Novio

El tiempo paro, de eso estoy segura, ¿Porque no me afectó y a Joe si? Tratando de entender empiezo a observar mi alrededor cuando a lo lejos puedo distinguir una pequeña luz verde, pienso que es una luciérnaga hasta que empieza a umentar su tamaño y parecer inestable.

Quiere que la siga , confirmando que todo sigue inmóvil me levanto y la empiezo a seguir, poco a poco se van multiplicando para llevarme a lo más profundo del bosque y formar dos líneas paralelas que dan camino a una cueva, un poco desconfiada decido entrar, en ese mismo instante se encienden un montón de antorchas para después aparecer un ser algo extraño, está rodeado de pelo blanco y puedo apreciar que es de edad avanzada.

-Sientate- me dice, más parace una orden, cuando voy a hablar coloca su dedo en mis labios y comienza a hablar-calla y escucha-.

 -Un secreto se revelara, lo que fue arrebatado regresará, un gran poder se liberará y solo un lazo lo detendrá.-

¿Esto que tiene que ver conmigo? ¿porque me lo dice?¿Porque paro el tiempo?¿Será que me estoy volviendo loca? -ahora vete y deja de atormentarme con tantas preguntas o te sacaré los ojos-.

Dicho eso patitas para que las quiero, me dijiro a la entrada de la cueva y mágicamente aparezco delante de Joe -seas mi novia- estoy atónita ante lo que me ha dicho y lo que he esperimentado, suponiendo que no esté loca, -¿Te comieron la lengua los ratones?- me dice con un poco de gracia y nerviosismo en su voz.

-¡No! No claro que no solo que me sorprendieron tus palabras- sonrió nerviosa- bueno, quiero decir que pues ni es algo que me hayan dicho o pasado, también no me lo esperaba, ¡Dios! Estoy tan nerviosa, es que no entiendo y no se que está pasando solo- antes de que diga algo más toma mi rostro entre sus manos para depositar un dulce y cálido beso en mis labios mientras formo una perfecta O y me sonrojo.

-Sí- digo sin pensarlo dos veces, hasta que noto su rostro de confusión- Digo que sí, si quiero ser tu novia- finalizó regresando el dulze y cálido beso que me dió, cruzamos miradas mientras nos acostamos en la pequeña manta para ver las estrellas.