Mi Maravilloso Hombre Lobo 2

Capítulo 1. Maldito vínculo de parejas

Bianca Robles nunca se ha tomado nada en serio en su vida, para ella todo es diversión y disfrute, hasta que conoció a ese hombre, musculoso, alto y, sobre todo, hermoso. Desde ese día se propuso que tarde o temprano sería suya.

Sin embargo, parecía que, para él, ella tenía una enfermedad contagiosa, ya que siempre que se le intentaba acercar, él se alejaba a una distancia bastantemente considerable, pero cuando ella se alejaba, él la buscaba con su mirada.

Sinceramente, ella no sabía qué hacer con esta situación y la verdad era que este humano le gustaba mucho y con él quería demostrarle a su familia que ella si podía romper aquella maldición dada por la Diosa Luna a todas las mujeres de su linaje.

La verdad era que ella siempre quiso encontrar el amor de su vida, ese hombre que con solo una mirada le hiciera sentir deseo sexual y no solo para demostrarles a todos en su familia que ella era inmune al llamado al vínculo de pareja. Si no para desafiar aquel maldito destino que la Diosa Luna, le había impuesto en contra de su voluntad, ya que desde que se enteró de que tenía una pareja destinada, lo único que quería era vivir su propio destino.

Además de encontrar a alguien que la amara profundamente y no por un maldito vínculo de pareja o aquella brujería que se la había dado desde su nacimiento.

Pues ella nunca pidió que la vincularan con nadie de las otras razas creadas por la Diosa Luna y mucho menos con aquellas que casi acaban con su linaje familiar.

Y ahora, al ver como su prima Priscila, fue capaz de acabar con aquella maldición de que solo podían sentir deseos carnales al encontrar su compañero dado por la Diosa Luna, estaba más que segura que ella también podía hacerlo y encontrar a un humano para amar y darle su corazón y su primera vez.

Ya que, aunque todos pensaban que ella era la única de la familia que no había sido afectada por el vínculo de pareja. Era solo que siempre supo fingir al presentarles hombres con los que fingía salir y tener una relación amorosa y así demostrarles a todos que ella podía estar con el hombre que quisiera, sin que su vínculo de pareja se lo impidiera.

Pero la realidad era que cada vez que aquellos hombres con los que fingía salir la trataban de tocar, sentía una repulsión y unas ganas de vomitar inmensas, que una vez no pudo aguantar las náuseas y todos habían interpretado mal aquella situación, pensando que ella estaba embarazada.

Le hubiese encantado que eso fuera de aquel modo, puesto que por aquel maldito vínculo dado por la diosa Luna, todas las mujeres de la familia Robles habían mantenido su pureza, a menos que consiguieran a su verdadera pareja. Y hasta ahora eran muy pocas las que habían encontrado entre los pocos de su raza o la de los magos que pudieron sobrevivir de aquel ataque de las otras razas.

Y si entre ellos no estaba su compañero destinado les tocaba permanecer virgen por siempre, pues no tenían otra posibilidad de casarse o tener hijos, una muestra era su tía Abril que ya tenía mil años y todavía seguía guardando su primera vez y por lo que parecía, su verdadero compañero sería una de las razas traicionera y su único destino era permanecer soltera por el resto de sus días en esta vida.

Por ese motivo, ella pensaba que la Diosa Luna, cuando creó esos malditos vínculos de pareja, lo hizo para burlarse de ellos, pues quien en su sano juicio se entrelazaba con su enemigo.

Esos seres que una vez quisieron acabar con ellos, y los que lo hicieran, tenían que ser unos locos suicidas para hacer tal cosa.

Ya que quien les aseguraban a ellos la raza de los elfos-magos, que, si aceptaban su destino mandado por la Diosa Luna, ese compañero, no la traicionaría y terminaría acabando con su vida, o peor aún, pues para ninguna de las otras razas eran un secreto los poderosos que eran su linaje.

Lo mejor que había hecho su tatatatatatatatatatatatarabuela, la reina Minerva, fue bloquearles aquellos malditos vínculos de parejas, ya que ella por ningún motivo estaría dispuesta de tener una relación de pareja con las razas que una vez masacraron a sus antepasados.

Y si tuviera la oportunidad de acabar con todos esos linajes, hace mucho rato hubiese acabado con cada uno de ellos.

Pero la Diosa Luna, sabía cómo era su corazón de negro, por ese motivo no le dio ninguna buena habilidad. Puesto que sabía que, si hubiera dado cualquier poquito de poder, ya había acabado hasta con el nido del perro de las demás razas, pues con ella, Bianca Robles nadie jugaba, sin importar que las cosas hubieran sucedido hace mucho tiempo.

Tiempo que ella ni siquiera pensaba nacer, ella no era tan pacífica como su bisabuela y su demás familia, y dejar todo en manos de la Diosa Luna, la cual parecía que nunca escuchaba sus oraciones.

Puesto que, desde que tuvo conocimiento de quien era su familia, le rogaba a la Diosa que le permitiera romper aquel maldito vínculo y permitirle estar con otras personas y no solo con su verdadero compañero, pero hasta ahora nada de que sus oraciones habían surgido algún efecto.

Ya que pensaba que la Diosa Luna alguna vez le tenía que escuchar sus ruegos, por ese motivo había salido con muchos hombres humanos, para ver si podía mantener una relación con unos de estos y así romper aquel estúpido vínculo de parejas.

Pero nada, hasta que conoció al mejor amigo de su cuñado, pues desde la primera vez que lo miro por la pantalla de su teléfono su corazón comenzó a latir más de lo normal, por ese motivo le pidió a su prima que se lo presentara; sin embargo, ella le había dicho que por su bien se mantuviera alejado de aquel hombre.




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