Mi Más Bella Canción De Amor

Capítulo 5

★━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━★

Cristy, aunque había tratado de mantenerse ecuánime todos estos días, en realidad estaba muy nerviosa. Presentarse en público la tenía parada de pestañas, pero todo lo que le había dicho Elías la tenía mucho más ansiosa aún. Tenía que admitir que él le gustaba muchísimo, que había sido un perfecto caballero, que se sentía bastante cómoda con él pero, sobre todo, que esa declaración de intenciones le había movido el piso totalmente.

La noche que lo conoció, al llegar a su casa, luego de cenar con su familia e irse a descansar, mientras estaba en su computadora, ya tarde, descubrió en sus redes sociales que alguien que se hacía llamar “Mr. X” había dejado algunos mensajes y comentarios diciendo que estaba absolutamente impresionado con su talento musical y que le apenaba mucho no haber sabido de ella antes, pero que lo considerara fiel admirador de su música y luego, por mensaje privado, le había dicho que ansiaba escucharla en su siguiente presentación prometiendo que tendría todo listo.

Sonrió al leer ese último mensaje y no pudo evitar pensar en Elías. Ahora entendía el por qué le había dicho que le iba a robar una letra. Estaba segura de que ese tal Mr. X era él. Por curiosidad, revisó sus perfiles y, efectivamente, estaba la foto de Elías, por lo mismo decidió no responder a ninguno de los mensajes. Aunque se dedicó un par de minutos a ver sus publicaciones y todas eran prácticamente sobre los platillos que preparaba y algunas imágenes del local donde trabajaba. No había nada personal, ni amigos ni familiares, así que apagó el computador y se recostó en la cama con una sonrisa en los labios, como hacía mucho que no lo hacía.

Pasó la vista por su oficina, viendo que todo estuviera en orden y revisó de nuevo el interior de su mochila para comprobar que llevaba todo lo necesario. Había conversado con sus papás y sus abuelas contándoles lo que ella y su hermano planeaban hacer. Y aunque todos se preocuparon un poco, le dieron su incondicional apoyo. De hecho, su papá se había ofrecido a acompañarlos, en forma anónima, para poderles ofrecer una escapatoria rápida si las cosas se salían de control y ella aceptó gustosamente. Se echó la mochila al hombro, hizo un par de profundas aspiraciones y salió hacia la recepción. Ahí se topó con sus papás. Su mamá inmediatamente la abrazó.

— Lo que estás haciendo es muy valiente. — Le dijo la mujer con cariño. — Estoy muy orgullosa de ti y sé que todo va a estar bien. Es hora de que la gente disfrute tu talento. Me encantaría poder estar ahí contigo, pero voy a respetar tu privacidad. Cuando tú lo decidas, todos estaremos ahí, en primera fila, aplaudiéndote.

— Gracias mami. — Musitó Cristina, totalmente emocionada manteniéndose en sus brazos. — Estoy asustada, si te soy honesta. Necesitaba este abrazo y todo lo que me acabas de decir para poder agarrar valor.

Lucía la besó en la frente.

— Eres mucho más valiente de lo que piensas. — Le dijo con una sonrisa. — Pronto te darás cuenta de lo increíblemente fuerte que eres. Una total guerrera.

— Eres la hija de Lucifer. — Le dijo su papá sonriendo traviesamente, luego se puso serio. — Heredaste la esencia de tu madre. Su fuerza corre por tus venas, así que sé que puedes enfrentarte a todo lo que se te presente y salir victoriosa, con la frente en alto.

— Soy la hija de Lucifer... — Asintió Cristina con una sonrisa divertida. — Eso debería asustar a cualquiera que lo escuche, antes de atreverse a intentar algo contra mí.

Los tres rieron divertidos, negando.

Lucy soltó a su hija y dio un paso atrás, admirándola. La joven tenía el cabello recogido en un apretado moño, su maquillaje era bastante dramático y exagerado, incluyendo unas grandes pestañas postizas. Vestía unos leggins negros hasta la rodilla y un pequeño top de tirantes, del mismo color además de unas zapatillas de tacón de aguja.

— Explícame exactamente qué es lo que vas a hacer cuando termines de actuar, para poderme quedar tranquila.

— Voy a ponerme la peluca y un blusón dorado bastante llamativo encima de esto. — Dijo la chica, señalando con un gesto la mochila sobre su hombro. — Cuando termine, ya tengo todo en orden en la mochila, se supone que me van a tener un biombo oculto o algo así, me quito el blusón, la peluca y los zapatos, llevo toallitas húmedas para desmaquillarme lo más rápido posible, me suelto el cabello y me pongo un vestido de lo más común encima de esto, unas sandalias, y listo, salgo corriendo por la puerta de atrás tratando que nadie me vea.

— Perfecto. — Asintió su mamá. Volviéndola a abrazar brevemente. — Dudo mucho que te tome más de tres minutos hacerlo.

— ¡Eso espero! — Exclamó la joven. — Y bueno, si estamos listos, será mejor que me vaya.

Volvió a besar a su madre en la mejilla y salió con su papá hacia el auto.

— Tranquila Cristy. — Dijo el hombre, mientras encendía el motor. — Eres increíblemente talentosa y sé que tu hermano te va a estar cuidando. Yo voy a estar cerca, vigilando sin que me noten. Vas a estar a salvo. ¿De acuerdo? Relájate y disfruta tu presentación.

La joven sólo soltó un suspiro. Abrió su mochila y se puso el llamativo blusón, se aplicó un labial color rojo intenso y, por último, se colocó la peluca. Se echó una vista en el espejo y sonrió.

— Hola guapetón. — Le dijo a su papá con picardía. — ¿Listo para divertirte?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.