Mi menta con chocolate!

Menta con chocolate?

CAPÍTULO 1


Narra Katty:
Me duelen los pies, tengo hambre y ya es la milésima vez que papá dice "ya estamos cerca."

Nunca experimente que es cambiarse de casa pero ahora lo entiendo.

Es horrible y peor aún cuando no tiene auto para transportarte, en nuestra casa estábamos bien pro un hombre decidió poner este lugar en venta y a mis padres les gustó y les interesó aún más ya que tiene un espacio para poner un local, mamá quiere abrir una pastelería.

Tan pronto como llegamos me llegó un exquisito olor a menta, respiré profundamente disfrutando ese delicioso aroma.

-Qué rico huele, no?-pregunto en voz alta-huele a menta.

-No huele a nada.-contesta papá.

-Solo huelo a tierra y a una casa nueva.--dice Ryan.

-¿De nuevo perdiste el olfato?-dice mamá.- ¿Te tomaste las pastillas?-interroga.

-No...pero de verdad huele a menta!

-Mi amor es el hambre-dice mamá con todo de burla.

No dije más nada, si seguía me van a  molestar.

Pasaron alrededor de 30 segundos talvez y...

-Chocolate!-grité haciendo que todos me miren, un no muy lejano olor a chocolate entró a mis fosas nasales pero no era dulce sino amargo.

-Ya está alucinando, dime hermanita, ¿de casualidad no te huele a pollo?-habla Ryan burlonamente.

-JA JA  que gracioso.--digo molesta y rodando los ojos.

-Comportense.-dice mamá mientras nos lanza una de sus miradas intimidantes.

Después de unos largos minutos más al fin llegamos a la dichoca casa nueva, al abrir la puerta de la gran casa nos encontramos con una hermosa escalera que se dirige al segundo piso, mientras que del techo sale un hermoso candelabro, hay otro en lo que parece ser la sala y una chimenea de ladrilloz. Tanto las paredes cómo al resto de la casa es completamente marrón, los único que lo distingue es que son distintos tonos marrón.

-Hay un habitación acá abajo, su papá y yo lo tendremos-habla mamá-arriba...-señala las escaleras.-hay cuatro habitaciones, ustedes irán arriba.

-El que llega primero gana.-dice Ryan retadoramente. Ví algunas fotos que el antiguo dueño le envió a mis padres. Y una de sus habitaciones tiene el más lindo balcón, el cual necesito en mi vida.

Así que empecé a correr hacía las escaletras en el camino empujaba a Ryan y a Elizabeth.

Rápidamente abrí la puerta de los cuartos y daba una corta mirada a cada uno.

La habitación con el balcón que quiero tenía un color marrón con verde menta.

-Si! Lo encontré!-grito, me metí a la habitación y cerre con seguro.

Al instante llega Eliza a mi puerta

-Abre Katty, déjame ver tu habitación.-habla Eliza al otro lado de la puerta.

-Te la enseñaré más tarde, primero acomoda la tuya.

La creo capaz de hacer un berrinche por esta habitación aunque a lo que ví en la anterior era un tono pastel y sé que Ryan no la escogerá.

-Ve a la de la par, esa es hermosa.-le comento.

-Y porque no te vas tú a esa?-dice un poco molesta.

-El rosa no es mi color, lo sábes.

-No es rosa, es pastel!-recalca.

-Es lo mismo.-rosa, pastel es lo mismo para mi.

Cuando por fin me sentí segura de que Elizabeth no estuviera todavía afuera de mi puerta. 
Salí, me dirigí a abajo no sin antes ponerle seguro a la puerta.

-Katty!!!!!-escucho el gritó de Eliza de hecho todos lo escuchamos.

-¿Que le hiciste a tu hermana está vez?-dice mamá cuando por fin encontré la cocina.

-Nada!-me defiendo.

-¿Y tu habitación cómo es? Toda oscura de casualidad?

-No mamá, es hermosa, luego te la muestro.

-Esta bien, lleva tus cosas arriba.

Asiento en respuesta.
Al salir afuera el aire frío choca con mi rostro y hace que algunos de mis mechones se muevan. No crean que se ve como de película sino es que no me peine y solo me hice una cola medio alta.

De nuevo ahí estaba ese delicioso olor que hace aceler mi corazón.

No entiendo el motivo a eso, porque mi corazón se aceleraría solo por oler algo?

Respiré profundamente de nuevo y así sucesivamente, satisfaciendo a mis fosas nasales por tan exquisito aroma.

De pronto cerca de un árbol cercano me pareció ver una silueta de una persona.

¡Ay mamá! Mi piel se puso cómo de gallina.

Será mejor que entremos, siempre hablo pluralmente y estoy sola.
Sin pensar de más, agarré mis cosas y estaba a punto de entrar cuando...

-¿Chocolate amargo y menta? Interesante...pero me encanta.

Habla una voz en mi cabeza. 
¡¿Pero que rayos?!

Entra a la casa babosa.-me digo a mi misma mentalmente.

-Nos vemos luego mentita...

¿Qué?

Ni siquiera me doy la vuelta para saber si alguien está afuera, solamente tiro la puerta de un solo golpe.

-Ni siquiera llevamos un día aquí, y ya vas a romper la puerta?!-grita mamá enojada.

-Es que me asuste! Me pareció ver algo raro afuera-digo.

-Si claro.-contesta sarcasticamente. Si, esa es mi madre.-si la rompes la pagas y no se de dónde sacarás el dinero para comprar una puerta nueva.

Su sermón ya inició y todavía no la he quebrado. Ruedo los ojos y me dispongo a caminar hacia mi habitación.

Cuando ya me dirigía hacía las escaleras sonó el timbre.

¡Esperen!

¿Hay un timbre?

-Katty fíjate quien es-habla mamá desde la cocina-¿dejaste a Ryan afuera?

-No deje a Ryan afuera, Ryan está...-volteo, a mi lado en este instante.

-Me buscabas hermanita?-pregunta cerca de mi.

-Tocarón el timbre abre tú.-me quitó el susto de encima.

-¿Hay un timbre en está casa?

-Pensé lo mismo pero..-vuelve a sonar. Nos miramos asustados para luego mirar la puerta.

-¿Ya abrieron?-grita mamá.

-Abre-ordeno

-Abre tú-me contradice

-Eres el hombre en este momento.-me hecha una corta mirada de molestia.

-Estereotipos




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