capitulo 3 - Vivan las mentiras (1)

Dimas°

-El señor Rojas esta aquí Alfa- digo en la puerta de su despacho.

-Déjalo entrar Dimas- el Señor Rojas entra como siempre pulcro- Buenos Días señor Rojas, Dimas retírate.

Salgo del despacho soltando todo el aire que llevo dentro, ni siquiera recuerdo que día es hoy ni hablar de la universidad solo tengo alarmas que me avisan de ir para tomar el algún examen.

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-Señor Dimas, su asistencia es inaceptable, tendré que tomar medidas extremas a menos que hable con su tutor- Solo me quedo callado, mientras que el gordo del director empieza a revisar el folder donde están mis datos y mis notas, levantando una ceja, y empieza a toser.

-Bien continuando, se llamará a su padre ...-Se escucha ruido fuera, es Caleb, cual entra a dirección.

-Dimas vámonos- está furioso, me levanto, pero el director lo detiene.

-¿Quién se ...- se calla con solo una mirada de Caleb, está furioso, incluso un humano es paralizado con su presencia. Corro tras él hasta el auto que nos espera y va muy rápido que me sorprende, llegamos a mi casa aunque un poco mareado, salimos, sigo sin entender nada entramos a mi casa y veo a mi papa con un pastel y un gorrito chistoso sobre su cabeza.

-Feliz cumpleaños hijo- dice mi padre.

-Tuve que salir de plana reunión por que recordé que día es hoy- decía Caleb mientras se ponía un gorrito- Feliz cumpleaños número 17.

-P...pero t..tu estabas en..enojado- digo tartamudo-Además es mañana- Caleb sonríe.

-Era la mejor forma de sacarte del colegio y te transformas hoy, se en presencia de otros lobos, no será tan malo.

-Mentiroso- digo en un susurro.

-Bueno vas a soplar las velas, después veremos del colegio- dice mi padre entre carcajadas

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Desde entonces usa el mismo truco para llevarme con él. Froto mis ojos por el cansancio, hay ocasiones donde ni siquiera regreso a casa, a pesar de tener 20, papa debe estar echando humos por la cabeza. Me apoyo en la pared para después deslizarme al piso, solo me encargo de las llamadas, o de enviar algunos paquetes por el "todo el mundo", por la manada, suspiro sonoramente.

-DIMAS- grita Caleb, me levanto rápidamente. entro al despacho- ¿Donde esta Nicolás?

-¿En el mar?… Alfa- digo algo confuso, toma su celular y hace unas llamadas, el Señor Rojas esta frustrado en el asiento frente a Caleb.

-Disculpen, ¿pero qué ocurre?- me responde el Señor Rojas.

-Nicolas nos mintió, la mercancía que debía de ser entregada se quedó varada en los almacenes de uno de los puertos- a lo que solo se frota su sien- pero no se sabe en qué puerto lo dejo, el contacto fue asesinado el único que queda es Nicolas, pero al parecer él nos dio una ubicación falsa.

-... bien, estaré ahí pronto- con eso dicho, Caleb cuelga.

-¿Alfa?...

-Nicolás aun no partio, lo iremos a buscar y a mi mercancía- sale de su despacho y lo sigo, Rojas sale tras de nosotros con cautela, subimos al auto y Rojas se despide de nosotros.

-Caleb, sabes cómo es Nicolas, el nunca te traicionaría...

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-Nicolas debemos irnos- le digo algo cansado, es de noche y la entrega de mercancía termino. “Peligro", volteo rápidamente y voy donde mi alfa, me pongo frente a el, una balacera empieza corremos tras unas cajas. Nicolás Empieza a disparar, derriba a unos cuantos logramos salir del lugar.

Nicolas y los hombres que dejamos se encargaron de atrapar a los responsables, con la mirada fría característica de Caleb golpea a uno de nuestros hombres " La traición se paga con la muerte"

-La traición se paga con la muerte- dice Caleb, me voy del lugar para no presenciar la escena llena de un carmesí profundo.

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Llegamos al puerto donde con una sonrisa de oreja a oreja de Nicolás que nos saluda rodeado por los hombres de Caleb, entramos en uno de los almacenes donde la mercancía se encontraba, yo sigo estupefacto volteo a mirarlos confuso.

-Ahora espero que me creas Caleb- dice Nicolás- Rojas debe creer que estoy muerto, debemos darnos prisa.