Mi Novio, Su Hermano y Yo

Capitulo 22: ¡Es un alivio!

Cuando Evan regresó a su cuarto, allí estaba Ethan, esperando con gran entusiasmo, que Evan le contará todo sobre su reunión con Alya. Evan entró y se sentó en la cama muy pensativo. 

—¡Oye! Evan, ¿No me vas a contar cómo te fue? Llevo rato esperando para saber. 

¿Qué pasó?. — Expresó Ethan impaciente.

Evan suspiró, se recostó sobre su almohada y le dijo:

—Pues que te digo, no sé si estar feliz o triste. 

—¿Cómo así? Dime qué fue lo que pasó. — le dijo Ethan.

—Todo salió bien en la «cita». Y sentí la química que había entre los dos, no sentí que me odiara, la verdad.

Ya cuando veníamos tuvimos un pequeño incidente con un automóvil, entonces yo, para que ella no se ensuciara, la cubrí con mi cuerpo, y por eso vengo así de sucio. (Por cierto, siento haber ensuciado la cama); entonces cuando la abrace para moverla del lugar. Quedamos muy cerca, y pude ver en sus ojos el mismo amor que ella me demuestra cuando somos «Ethan» y Alya.

—¡Pero eso suena bien! ¿Por qué estás aburrido hermano?, Esas son muy buenas noticias. — Le decía Ethan.

—Eso mismo pensé yo, hasta que ella me dijo que no le contara a nadie lo que había pasado. Yo le dije que no lo haría, pero esto es algo que a ti, no te puedo ocultar; pues debes saber todo, para poder actuar de la mejor manera frente a ella. Me dijo que así como ella no podría perdonar un engaño, o el hecho de que le mintieran, tú tampoco lo harías. 

—¡Ya entiendo! Y yo que pensé que ya estábamos llegando al final de esta mentira. — Expresó Ethan desilusionado.

—Sí, aún no podemos revelarle este secreto a Alya. No nos entendería, y todo se iría por la borda. Pues no te imaginas lo segura que se veía, cuando me decía que no podría perdonar a quien la engañara.

Mientras tanto, Alya estaba en su cuarto. Entonces, Violet le preguntó cómo había estado su día, y si había hecho bien las paces con Evan. Pero a diferencia de Evan, ella no podía contarle a Violet lo que había pasado, no podía hablar con ella de manera libre. «Si supieras que me moría de ganas por besar a tu novio, ¡Qué vergüenza!» Pensaba Alya.

No dejaba de imaginar, en qué pensaría su amiga de ella, si supiera lo que estuvo a punto de pasar, se pondría furiosa y no quería probar qué tan duro golpeaba Violet. Cada pensamiento en la cabeza de Alya, la confundía más y más. No sabía cómo iba a hacer cuando viera de nuevo a Evan. Y más aún, que tal que a ella le dieran celos al ver a Evan con Violet, su novia; eso sería algo horrible.

A la mañana siguiente, después de haber estado en sus clases.  Como lo hacían de manera regular, se dispusieron a ir para el comedor. Pero cuando llegaron, notaron que faltaba Alya, esta se había quedado rezagada, pues le daba temor, encontrarse con Evan. Más, ellos no sabían que eso estaba pasándole a Alya, simplemente pensaron que se había quedado hablando con su maestro, ya que cuando a ella no le quedaba claro un tema, le preguntaba de nuevo al profesor, para que no le quedarán dudas; pensaron que está vez, se trataba de la misma situación.

Ella, de manera disimulada, pidió algo de comer y lo llevó hasta su habitación. Allá estuvo hasta la tarde. Cuando Violet la fue a ver, Alya le dijo que no los había podido acompañar, porque estaba un poco indispuesta, y solo quería estar en la comodidad de su habitación.

Al día siguiente, Alya se levantó temprano y se preparó para ir a sus clases; cuando salió de la habitación, se fue con mucha cautela, pues no quería toparse con Evan, por ningún motivo. Iba caminando de manera rápida, cuando de repente los vio parados en la misma esquina, dónde acostumbraban a esperarlas para irse juntos, al menos hasta el pasillo. Al verlos, Alya tomó otro camino, ni siquiera tuvo la valentía de ir a saludar a su amado novio; pues temía que sus sentimientos le jugarán una mala pasada. 

Violet si llego como de costumbre a dónde estaban los chicos

—¿Y Alya? ¿No venía contigo?. — preguntó Evan. 

—No, ella salió primero que yo... ¡Pensé que ya estaba aquí con ustedes! Qué extraño. — Expresó Violet.

Cuando Violet llegó al aula de clases, vio que Alya ya estaba allí, sentada en su lugar. 

_¡Oye! «Ethan» me preguntó por ti. ¿Qué pasó? ¿Por qué no nos esperaste?

—¡Lo siento! Es que salí demasiado temprano y no quería estar allí parada sola, por eso preferí adelantarme en esta ocasión. — Le respondió Alya, esperando que Violet le creyera, sin preguntar nada más.

Cuando terminaron sus respectivas clases, se fueron para el comedor, para tomar el almuerzo. De nuevo notaron que Alya no venía con ellos, y no se veía por allí cerca. 

Ya con esto, Ethan y Evan empezaron a sospechar que algo no estaba bien, y coincidieron en que, tal vez, Alya seguía muy confundida y/o avergonzada por lo que había pasado entre ellos; y que ya no estaba cómoda con la presencia de ambos.

Cuando Ethan y Evan se dieron cuenta de esto, buscaron la excusa para alejarse un poco de Violet para poder conversar. Pues aunque Violet conocía sobre sus planes de cambio de identidad, no sabía sobre lo que por poco ocurre entre Evan y Alya. Y eso era algo que no estaban dispuestos a decirle, para no crear en ella malos sentimientos. 



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En el texto hay: gemelos, romance, cambio de identidad

Editado: 09.06.2023

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