Mi Novio, Su Hermano y Yo

Capítulo 31: ¿Cómo te diste cuenta?

Alya llegó muy temprano a su primer día de trabajo, estaba muy emocionada, y esperaba que fuese un día maravilloso. Cuando entró, se encontró con Darla, esta la saludó de manera amable, y la guío en todas las cosas que tenía que hacer, hablaron un poco, como para irse conociendo y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. 

Alya le contaba que para ella era algo difícil el estar lejos de su novio «Ethan» y sus amigos, pues ya se habían acostumbrado a hacer casi todo juntos, que esta era una nueva experiencia para ella. 

Todo marchaba bien entre ellas, de pronto llegó Alex a dónde ellas se encontraban, y al ver a Alya la saludo de una manera muy cariñosa, pues la tomó de la mano y le dio un beso en la mejilla, cosa que no hizo con Darla. 

Alya se sintió incómoda con ese saludo, pues ya había podido notar cuáles eran las intenciones de Alex, y ella no podía permitir que esto pasara a mayores, pues amaba mucho a «Ethan» y no quería tener problemas con él, ni ningún malentendido. 

Cuando Alex le hablaba a Alya, siempre le sonreía y buscaba la manera de tener contacto físico con ella, cada vez que Darla veía esto, su sangre hervía, pues le daban muchos celos por ver cómo la persona que amaba, se interesaba por alguien más. Alya notó que a Darla le molestaba que Alex estuviera cerca de ella, y que la tratará con tanta confianza. 

Aunque Darla disimulaba muy bien, Alya logró notar su incomodidad. 

Cuando Alex salió del lugar, Alya se dispuso a hablar con Darla, pues a ella no le gustaba quedarse con dudas, y aplicaba el dicho «es mejor preguntar, que suponer. 

—Darla, sé que nos hemos tratado muy poco, pero te puedo hacer una pregunta. — Expresó Alya. 

—Sí, dime. — Exclamó Darla, con voz tímida. 

—¿A ti te pasa algo con Alex? 

—¿Qué quieres decir con eso? No entiendo. — Expresó Darla.

—Me refiero a que si Alex te gusta, si sientes por él más que una simple amistad. — Prosiguió Alya.

—Como se te ocurre decir eso, entre Alex y yo solo existe una bella amistad, eso es todo. Mejor sigamos con el trabajo. — Expresó Darla, y se dispuso a salir de la oficina. 

Alya sabía que allí había algo más, pero no sabía por qué esa manera de reaccionar de Darla. Si eran solo amigos, porque se sintió aludida con la pregunta. 

Alya siguió con sus labores, pero no paraba de pensar en Darla. Pues en la forma que miraba a Alex, se notaba que había amor. 

Alya sintió que debía de indagar más sobre el asunto, pues quería tratar de ayudar a Darla, y también sabía que si Alex se interesaba por Darla, la dejaría a ella tranquila y se evitarían muchos inconvenientes. Pues ella sabía que podía darse el caso, dónde tendría que parar a Alex y dejarle los puntos bien claros. 

Aún no se sentía capaz de hacerlo, pues hasta ahora no había llegado a propasarse con ella. Y no le había dado motivos para ella tener que encararlo, 

Cuando llegó la hora del almuerzo, Alex de nuevo se acercó a Alya para invitarla para que fueran juntos a almorzar. Pero Alya le respondió que no podía ir con él, porque ya había quedado con Darla, en que iban a ir juntas. De manera oportuna Darla iba pasando por allí, y Alex la llamó

—¡Hola! ¿Cómo va todo?. — Expresó Darla. 

—Alya me dijo que iría contigo a almorzar. Quería preguntarte, si te incomodaría que yo las acompañara. — Expresó Alex.

—¿Qué vamos a almorzar juntas?. — Replicó Darla, sin comprender la situación.

—Sí, recuerdas que ya íbamos a salir a almorzar. — expresó Alya, mientras le hacía señas a Darla, para que le siguiera el juego. 

—Cierto. Discúlpame, es que con tantos informes que hay para entregar, se me pasan por alto algunas cosas, pero si, ya vamos de salida. — expresó Darla. 

—¿Entonces las puedo acompañar?. — preguntó Alex con la certeza de que le diría que sí. 

—Perdón, pero es almuerzo de chicas, es que queremos hablar de algunos asuntos de trabajo, y pues si tú estás allí, nos distraes. ¡Lo siento!. — Expresó Darla.

Alex quedó muy sorprendido con esa respuesta, pues Darla siempre lo complacía, y de manera común se hacía lo que él disponía.

Alya y Darla salieron a almorzar, y de camino iban hablando sobre lo que había pasado. 

—Perdón Darla por meterte en esto, pero fue lo único que se me ocurrió para evadir la invitación de Alex. — Expresó Alya.

—¿Evadir? Y porque quisiste hacerlo, yo estaría feliz de recibir una invitación así. — Expresó Darla, mientras suspiraba. 

—¡Lo sabía! Vez que si sientes algo más por Alex. Si no porque te pones así. — Expresó Alya. 

—No me cambies el tema, mejor dime por qué no aceptaste su invitación, si se nota que Alex bota la baba por ti. — Expresó Darla. 

—Por eso mismo, yo no puedo estar muy cerca de él, no puedo darle falsas esperanzas. Darla yo tengo pareja y lo amo, él se llama «Ethan», hemos pasado por mucho; juntos, y mi gran anhelo es algún día poder ser la señora Richards. — Expresó Alya, y una gran sonrisa se dibujaba en su rostro. 

—Vaya, eso es muy bello, tus ojos se iluminan cuando hablas de él. Se nota que lo amas de verdad. — Expresó Darla.



#4968 en Novela romántica
#1350 en Chick lit
#2034 en Otros
#533 en Humor

En el texto hay: gemelos, romance, cambio de identidad

Editado: 09.06.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.