Capítulo 78: Difícil situación

Dulce María accedió a ir a la fiesta de cumpleaños de su amigo Jordan, pues las palabras que le había dicho Evan eran ciertas. 

Cómo podría culpar a Jordan por invitar a una amiga como compañera, si ella no le había hablado sobre sus sentimientos.

Así que Dulce María se alistó, y salió con Evan para el lugar de reunión.

Por su parte, Alya también se estaba preparando para salir, se había puesto un vestido color esmeralda, y un collar adornaba su cuello, le había pedido a su mamá que le ayudara a arreglar su cabello.

Pues su mamá era la mejor para este trabajo, siempre la dejaba preciosa, también se aplicó su perfume favorito, ese que no podía faltar en ninguna de sus citas con el que ahora sabía que era Evan.

Así que cuando estuvo lista se dispuso a salir para la reunión, cuando llegó vio que Evan y Dulce María ya se encontraban en el lugar.

Alya se quiso acercar a Evan para saludarlo, pero este le hizo señas para que se detuviera, pues no quería hacer sentir incómoda a Dulce María.

Alya entendió el gesto, y así se dispuso a ir hacia donde estaba Jordan, este la saludo con un beso en la mejilla, y Dulce María vio esto.

Sus mejillas se pusieron rojas, su mirada era una mirada matadora, quería ir hasta donde estaba Alya y tomarla por el cabello, para que aprendiera a respetar.

Pero pensaba «¿Respetar qué? ¿Acaso Jordan es un hombre comprometido?. 

Así que suspiró, y trató de calmarse, al fin y al cabo no había ido allí, a formar problemas, sino acompañar a su mejor amigo.

Alya le entregó a Jordan un bello anillo que había conseguido, para que se lo obsequiara a Dulce María, cuando le revelará todo lo que sentía por ella.

Ese anillo se lo había ayudado a conseguir Violet, quien era la experta en este tipo de detalles; Alya le dijo a Jordan que estos detalles se volvían muy especiales en una relación.

Y le enseño el que ella llevaba colgado en el cuello.

—Mira, este ha sido muy especial para mí, lo tengo desde hace aproximadamente 11 años. — Exclamó Alya.

—Vaya, todo ese tiempo, es precioso. — Exclamó Jordan, mientras lo tomaba en su mano. 

Dulce María los observaba desde el otro lado del salón

—Lo ves Evan, por eso no quería venir, mira como coquetea con ella. — Exclamó Dulce María.

Evan se quedó observando, y notó el collar que Alya llevaba, se le hacía muy familiar, le parecía haberlo visto en alguna parte, y no precisamente en el cuello de Alya.

—No están coqueteando, solo están hablando, no dejes que los celos te hagan ver cosas que no son, te lo digo por experiencia propia.

No querrás después pasar por una gran vergüenza, créeme. — Exclamó Evan.

Alya siguió hablando con Jordan, pues aunque era su cumpleaños, lo que él quería era que fuese una noche muy especial e inolvidable para Dulce María.

—Evan, hay algo que no entiendo. — Expresó Dulce María.

—¿Qué cosa?. — Exclamó Evan.

—No se supone que Jordan y Alya iban a venir con sus atuendos combinados. ¿Entonces por qué están vestidos de manera tan diferente?. Además, Jordan lleva puesta la ropa que yo le conseguí en el almacén. — Exclamó Dulce María.

—Así es, pues yo le entregué la ropa a Jordan, ¿O acaso querías regalársela a los del almacén? — Exclamó Evan, mientras sonreía.

—¡Jajajaja! Por supuesto que no. — Expresó Dulce María.

—Por eso es que estamos aquí hoy, o crees que me vine de colado a una fiesta, en dónde apenas y conozco al cumpleañero. — Exclamó Evan.

—No había pensado en eso, con tantas cosas que tengo en la cabeza. — Expresó Dulce María.

—Y también hay otra cosa de la que no te has dado cuenta. — Exclamó Evan.

—¿Otra cosa? ¿Cuál, de qué hablas?. — Exclamó Dulce María.

—Pues que la vestimenta de Jordan y Alya no combinan, pero ¿Con quién cree que Jordan está combinado?. — Expresó Evan, mientras le señalaba el vestido a Dulce María.

—¡Oh, vaya! Es cierto.

Lástima que el esté tan lejos de mí en este momento. — Expresó Dulce María.

—¿Y por qué no vas y lo saludas?, Yo creo que se pondrá muy feliz de verte. — Exclamó Evan.

Así que Dulce María, tomó aire y se dispuso a ir a saludar a Jordan, pero cuando iba llegando, este se dio la vuelta y subió al escenario para dar inicio a la fiesta. 

Dulce María se sintió muy avergonzada, además había quedado al lado de Alya, algo que ella no quería.

De inmediato dio la vuelta, para regresar hacia donde estaba Evan, pero para su sorpresa, Evan ya venía en camino, hacia dónde ellas estaban.

Dulce María le hacía señas para que se devolviera, pues ella no quería estar en ese lugar, pero él se hizo el desentendido.

Alya la saludó de manera muy formal, y Dulce María lo único que pudo hacer fue forzar una sonrisa, pues no quería tener problemas con la «novia» de su mejor amigo.

Jordan comenzó a dar su discurso, en el que le agradecía a una persona muy especial para él.

—Agradezco a esta mujer, que ha sido una parte muy importante en mi vida, ha estado conmigo en mis logros, pero también me ha ayudado a levantarme cuando he caído, cuando las cosas no han salido como yo esperaba.

Gracias a esta preciosa chica que ha sabido llenar un gran espacio en mi corazón... — Expresó Jordan.

Mientras el cumpleañero hablaba, a Dulce María se le llenaron los ojos de lágrimas, y empezaron a rodar por sus mejillas, cuando Alya la vio le pasó un pañuelo, para que se limpiase. 

—Son unas palabras muy dulces ¿No te parece? La chica de la que él habla es muy afortunada al tener a su lado a un hombre con un corazón tan lindo. — Expresó Alya.

Dulce María lo recibió, pero no paraba de pensar «¿por qué esta chica es tan dulce y amable conmigo? Al parecer Jordan tiene buen gusto, tal vez así se me haga más fácil el ver a Jordan con otra mujer». Se decía Dulce María, tratando de darse ánimos ella misma.

—Por eso hoy quiero pedirle que por favor suba al escenario conmigo, pues quiero que haga parte de este día tan especial para mí.