Capítulo 90: Pasos de animal grande

Alya le entregó el dije a Evan, y Evan se quedó detallandolo.

—¿Cómo sabes qué el del dije soy yo, y no mi hermano y tú?. — Exclamó Evan.

—Lo sé, porqué tú me lo dijiste el día de la boda, y tu hermano Ethan me lo confirmó. — Expresó Alya.

—Es muy bonito. — Expresó Evan.

De pronto a Evan le empezaron a llegar recuerdos, de cuando ellos estuvieron en ese lugar.

Recordó qué había llevado a Alya a conocer su lugar favorito, recordó cómo se divirtieron ese día, y entendió porque Alya había escogido ese momento, para recordar su relación.

—¡Evan! ¡Evan! ¿Te pasa algo?. — Exclamó Alya.

—No te preocupes, estoy bien, solo que estaba viendo sí lograba recordar algo, aunque fuese solo un pedazo.

Pero, aunque me esfuerzo no logro recordarlo todo. — Expresó Evan.

—Tómate todo con calma, estoy segura de que pronto podrás recordar. — Expresó Alya. Volvieron a escuchar pasos alrededor de ellos, Alya estaba muy asustada, pero Evan la abrazó para que logrará calmarse.

El también estaba muy asustado, pero no quería qué Alya se diera cuenta de esto, Pues lo que necesitaba, era que ella estuviese tranquila.

—¿Quieres que salga a ver qué es lo que está por allí?. Expresó Evan.

—No, no me dejes aquí sola, además qué tal que sea un animal peligroso y te haga algo. — Exclamó Alya.

Pasó un rato y los pasos se escuchaban más lejos de donde ellos estaban.

—Alya, escucha, parece que ya se fue el animal que andaba por los alrededores. — Expresó Evan.

—¡Qué bueno! ¿Te puedo pedir un favor?. — Expresó a Alya.

—Sí claro, dime. — Exclamó Evan.

—¿Puedes quedarte cerca de mí? para ver si logro conciliar el sueño. — Expresó Alya.

—Está bien, aquí me quedaré, no te preocupes, ya tratemos de dormir. — Exclamó Evan.

Los dos se dispusieron a acostarse, para ver si lograban dormir, aunque querían dejar la lámpara encendida, prefirieron apagar, pues querían evitar qué algún animal, volviera a molestarlos.

Evan con un poco de vergüenza, se acostó al lado de Alya, tal como ella se lo había pedido; pasó un rato y Alya logró dormirse. Evan se dio cuenta e intentó alejarse un poco de ella, cuando Evan trató de alejarse, Alya dio la vuelta, hacia donde él estaba, y lo abrazó muy fuerte.

Evan ya no podía apartarse tan fácil, pues no quería arriesgarse a despertarla, por lo que  le había costado mucho conciliar el sueño.

Así que Evan, no tuvo más remedio que quedarse así, pronto el sueño lo venció y también se quedó profundamente dormido.

A la mañana, cuando el sol empezaba a emanar sus primeros rayos de luz, Evan se despertó, y se quedó viendo a Alya.

Algo por dentro le decía a Evan, que ella era una persona muy especial en su vida, cuándo la miraba su corazón empezaba a palpitar muy rápido, y sus manos empezaban a sudar.

Evan con su mano le quitó el cabello del rostro a Alya, en ese momento Alya empezó a despertarse, así que Evan de manera rápida quitó su mano del cabello de Alya. Cuando ella abrió los ojos, vio que Evan estaba enfrente de ella. Alya solo lo miro y una pequeña sonrisa, se forma en su rostro. —¡Buenos días Evan!. Exclamó Alya.

—¡Buenos días Alya!. Expresó Evan, correspondiendo con una tímida sonrisa.

Los dos se quedaron viendo fijamente a los ojos, entonces Evan de manera veloz, retiró su brazo que estaba bajo el cuello de Alya. Pues cuándo Alya lo abrazo en la noche, y él notó que no se podía mover del lugar, se propuso qué Alya estuviese lo más cómoda posible.

A Alya le hubiese gustado quedarse allí por un tiempo más, pero sabía que debía de ser paciente, esperaba que Evan pronto pudiese decidirse a estar de nuevo junto a ella.

Ellos pensaban que solo les quedaban confites en la mochila, qué los chicos le habían preparado.

Evan decidió buscar de nuevo, para ver qué encontraba, entonces vio qué había algo empacado en una bolsa aparte, cuando realizó vio una nota qué decía: «Esperamos que disfruten este rico desayuno juntos y sin peleas. Atentamente Ethan y Violet. ¡No estén molestos por favor!.

Así que los dos se dispusieron a tomar el desayuno, pero para eso no siguieron en la carpa de camping, sino que organizaron debajo del árbol, qué allí estaba, pues querían seguir disfrutando de la vista, aunque esperaban, qué los chicos llegaran pronto.

Ellos terminaron de desayunar y recogieron todas las cosas, querían tener todo listo para partir de manera rápida.

Evan aún tenía el collar qué Alya le había entregado, entonces le pregunto:

—El dije que me entregaste, ¿Es el mío o te lo tengo que devolver?. — Expresó Evan.

—Ese es el tuyo, pues desde hace un tiempo he llevado los dos conmigo, para entregártelo cuándo se diera la oportunidad.

—Mira, este es el mío. — Expresó Alya.

—Muchas gracias por entregármelo, qué lindo detalle, aunque no lo recuerdo siento qué es muy especial para mí. — Expresó Evan.

—¿Y dónde lo tienes?. — Expresó Alya.

—Ya lo tengo dónde se suponía que debía de estar, mira, aquí en mi cuello, cerca a mi corazón. — Expresó Evan.

No entendía porque hablaba de esa manera, pues no recordaba que fuese tan cursi.

Alya se alegró mucho, cuando vio que Evan estaba usando el collar de nuevo, sus miradas se encontraron, y se quedaron viendo fijamente a los ojos, los dos notan qué los ojos del otro reflejaban mucho amor. De pronto los dos sin pensarlo se fueron acercando, de manera lenta, no sabían que estaban haciendo, solamente dejaron qué sus corazones los guiarán.

Los dos estaban apunto de besarse, cuando de repente, escuchan unos pasos que se aproximan.

—Es el oso Evan, es el oso. — Exclamó Alya, mientras trataba de esconderse, en el regazo de Evan.

—Cálmate, no creo que sea un oso. — Exclamó Evan.

Los pasos cada vez se escuchaban más cerca, de repente algo saltó de entre los arbustos.

—¡Sorpresa! ¿Nos extrañaron?. — Exclamó Violet.

—¡Hola chicos! Por lo que veo, el plan funcionó, mírense, nos fuimos y cada uno estaba por su lado, y ahora que regresamos se están abrazando. — Exclamó Ethan.