Capítulo 103: La gran noticia

A la mañana siguiente Alya ya estaba más tranquila, tenía un mejor semblante, hasta se había levantado para prepararle un rico desayuno a su esposo.

Eso sorprendió mucho a Evan, pues estaba muy cambiada, también ya estaba organizada para salir a la clínica.

—¡Buenos días amor! Espero que hayas podido descansar. — Expresó Alya.

—Sí, mi vida, tuve un buen descanso. — e? Expresó Evan.

—Ya te prepare el desayuno para que puedas salir al trabajo temprano, yo iré a la clínica y te prometo que me haré los exámenes que corresponden. — Exclamó Alya.

—Eso no es necesario, pues mis jefes saben que estoy haciendo unas diligencias importantes con mi amada esposa, así que no tendrás que ir sola a la clínica, yo estaré a tu lado. — Exclamó Evan.

—¿En serio, me acompañaras?. — Exclamó Alya, mientras una gran sonrisa se dibuja en su rostro.

—Claro que sí amor ¿Cuando te he dejado sola?. — Expresó Evan.

Los dos tomaron sus pertenencias y se dispusieron a salir de casa, llegaron a la clínica temprano y se dispusieron a ir a laboratorio, para qué le hicieron los análisis a Alya.

Alya estaba muy nerviosa, le sudaban las manos, pues las agujas la aterrorizaban, pero le había prometido a Evan que iba a ser muy valiente.

Alya entró, el encargado de tomarle las muestras le dijo:

—Pasa Alya, toma asiento, en un momento estaré contigo.

—¡Gracias!.  Expresó Alya.

La tomaron del brazo y procedieron a extraer sangre, Alta  giro su cabeza para no ver lo que estaban haciendo.

—Por favor háganlo rápido, pues ya quiero salir de aquí, nada personal, espero me entiendan. — Espresó Alya.

—¡Ya está!. — Exclamó el profesional de salud.

—¿Ya? Eso fue rápido, pensé que iba a ser mucho más demorado, muchas gracias. — Exclamó Alya, y salió feliz del lugar.

Afuera se encontró con Evan y le dió un gran abrazo.

—¡Oye? al parecer te fue bien, te ves muy feliz. — Exclamó Evan.

—Si, lo estoy, estoy muy feliz de haber salido de esto. Exclamó Alya.

—Entonces, ¿Cuando nos entregan los resultados?. — Expresó Evan.

—Creó que me dijeron que en horas de la tarde nos los enviarían por correo, no tenemos necesidad de venir aquí otra vez o Eso espero. — Exclamó Alya.

—¡Ah qué bien! Así que vamos por este sándwich que te prometí. — Exclamó Evan. —No, claro que no, no quiero volver a ver un sándwich por el resto de mí vida. — Expresó Alya.

—¡Oh, vaya! ¿Dónde está mi Alya, Y qué hiciste con ella?. — Exclamó Evan, mientras hacía que buscaba algo detrás de Alya.

—Ya basta, déjame en paz, mejor vayamos por un helado ¿Si?. — Expresó Alya.

—Podremos ir por el helado después de que tomes el desayuno, oye no puedes pasar de un extremo a otro ¿Me oíste?. — Expresó Evan.

—Está bien, vamos a desayunar. — Expuso Alya.

Así que Alya y Evan se fueron a desayunar, luego de eso Evan la complació yendo con ella a comer helado, caminaron un buen rato, hablaron de muchas cosas, y decidieron volver a casa.

Pero antes pasarían a visitar a Violet.

—Hola amiga ¿Cómo estás? Hemos estado tan cerca pero tan lejos, te extrañé. — Expresó Violet, dándole un fuerte abrazo a su amiga.

¿Cómo van las cosas por aquí?. — Exclamó Alya.

Todo va muy bien, parece que he regresado a la normalidad. — Exclamó Violet.

—¿Cómo así que a la normalidad?. — Expresó Alya.

—Sí, yo también quiero saber cómo es eso. — Exclamó Evan.

—Primero siéntense les voy a contar cómo ha sido mi primer mes de embarazo, primero fueron los mareos y vomitar por todo, por el olor a perfume, por el olor a comida, por el jabón de trastes, por el jabón de la ducha, por oler esmalte, por el sabor del labial, por la base de maquillaje, es una cosa impresionante.

Parece que mi olfato se a multiplicado por míl, y aún sigo así, me tocó dejar todas esas cosas a un lado sí quiero alivar un poco las náuseas.

Primero no podía comer, pero de repente a los días comía todo lo que se me atravesara por 5, Ethan estaba muy asustado, pues si seguiamos con esa rutina, seguro nos iríamos a la quiebra. — Expresó Violet.

Evan escuchaba y meditaba, pues todo lo que Violet describía, era lo mismo que le ocurría a Alya, pareciera que las gemelas eran ellas dos.

Pero ya hoy todo desapareció cómo por arte de magia, me levanté con energía para realizar mis labores, no sé pero esto es muy extraño, una experiencia interesante. — Expresó Violet.

Alya, ¿Esto no te parece extraño?. Exclamó Evan.

—Sí amor, ella ya lo dijo, era una experiencia extraña. — Exclamó Alya.

—Pero no es eso a lo que me refiero, sino que si lo detallas bien, son los mismos síntomas que tú has tenido ¿No te parece?. — Expresó Evan.

—Pues ahora que lo dices, sí parecen ser los mismos síntomas, pero ya ves, la prueba que hicimos salió negativa. — Expresó Alya.

—Bueno, pero ya casi nos envían los resultados de los análisis, con la prueba de sangre, y así vamos a salir de dudas de una vez por todas.

Que tengan los mismos síntomas no es algo normal.

—Por favor que tal si me acompañan mientras llega Ethan del trabajo, y así aprovechamos para ver los resultados todos juntos; si llegan cuando esté aquí ¿Puede ser?. — Exclamó Violet.

—¿Sí Evan, podemos quedarnos un rató más?. — Le preguntó Alya.

—Claro que sí amor, mientras tanto yo voy revisado unos planos qué tengo pendientes, si llega el correo les aviso. — Expresó Evan. Pasó un rato, Alya estaba acompañando a Violet mientras estaba en la cocina preparando la cena, para cuando su esposo llegara.

Pues ya había aprendido la lección y ya estaba cayendo en cuenta de qué era la ama de casa, aunque su esposo Ethan le ayudaba en lo que más podía.

Ethan llegó a la casa y se alegró de ver la visita que tenían.

Alya y Violet, organizaron la mesa y se sentaron todos a cenar, de pronto llegó una notificación de un correo nuevo.

Evan tomo la computadora y se dispuso a revisar para ver si era el mensaje que estaban esperando, y así fue.