Mi Novio, Su Hermano y Yo

Capítulo 105: Los nuevos inquilinos

Alya y Violet estaban recibiendo muchas solicitudes de personas interesadas en alquilar la casa, pero ellas estaban revisando cada cosa con mucho cuidado. Lastimosamente tuvieron que decirle que no a muchos, pues les habían prometido a Evan y Ethan qué buscarían personas serías y con buenas referencias.

Así que debían de cumplir con su palabra, pasaron varios días y aún no conseguían a alguien qué les generará confianza, para darles la casa en alquiler.

De pronto Violet, vio entre las solicitudes a una pareja de esposos qué se veía muy amable, y que tenía buenas referencias.

Ya encontramos nuestros nuevos inquilinos. — Expresó Violet.

—¿No crees que deberíamos de consultarlo primero con Evan y Ethan. — Expuso Alya. —No míralos, se ven tan tiernos, enamorados, además no tienen hijos así que no vamos a correr el riesgo de que nos dañen nuestras cosas ¿No te parece?. — Exclamó Violet.

—Está bien, comunícate con ellos y vemos como salen todas las cosas.

Violet se puso en contacto con la pareja y lo citaron en horas de la tarde, para conocerlos y enseñarles la casa.

Cuando iban llegando, Alya estiró su cuello y se asomó por la ventana para detallar un poco, cómo eran esas personas, cuando los vio notó que llegaron tomados de las manos y grandes sonrisas se dibujaban en sus caras, se veía que se amaban mucho.

Alya y Violet se apresuraron a recibir a sus inquilinos, hablaron con ellos y les enseñaron la casa.

—¿Así que ustedes no tienen hijos?. — Expuso Alya.

—No señora, lamentablemente no he tenido el privilegio de ser madre, es algo que anheló mucho, pero también sé que llegará en el momento cuando menos lo espere. — Expresó la nueva inquilina.

—Sí señora, estamos pensando en adoptar, pues ya hemos agotado todos los recursos, hemos ido a muchos médicos pero no nos han podido ayudar. — Expresó el nuevo inquilino.

—Cómo lamento escuchar eso. — Exclamó Alya.

—¿Y ustedes tienen hijos?. — Expresó la nueva inquilina.

—Nosotras dos estamos en espera de nuestros bebés. — Exclamó Violet.

—¿Cómo es eso? ¿ustedes también están pensando en adoptar?. — Exclamó el nuevo inquilino.

—No nada de eso, lo que quise decir es que las dos estamos en embarazo. — Expuso Violet.

Los nuevos inquilinos se miraron fijamente a los ojos  y una macabra sonrisa se formó en sus labios.

—Ah, qué gran noticia nos acaban de dar. — Expresó el nuevo inquilino.

—Vaya muchas gracias, no pensé que se fueran a emocionar tanto. — Exclamó Alya.

—Lo que pasa es que nos alegra mucho cuando vemos a mujeres gestantes, pues me alegra que ellas sí hayan tenido el privilegio de llevar a sus hijos desde el vientre. — Expresó la nueva inquilina.

—¿Pero entonces tenemos un trato? ¿Podemos mudarnos a esta casa?. — Expresó el nuevo inquilino.

—Claro que sí, nos encantaría tenerlos de vecinos, se nota que son unas personas muy agradables así que bienvenidos. — Exclamó Alya.

Las chicas se dispusieron a volver a su casa, pues debían de preparar la cena para que cuando sus esposos llegaran, encontrarán todo listo.

Y así poder darles la gran noticia, de que tenía nuevos inquilinos, cuándo llegó la noche y los cuatro estaban cenando Alya les dijo a los gemelos.

—Les tenemos muy buenas noticias.

—¿Sí? ¿Cuáles son las buenas nuevas?. — Expresó Evan.

—Diles tú, Violet. — Expresó Alya.

—Pues les cuento que ya tenemos nuevos inquilinos, ellos se ven muy amables y nos trataron muy bien, fueron muy formales y le encantó la casa, ya firmamos con ellos y quedaron en que mañana llegarían con la mudanza.

¿Qué les parece?. — Espresó Violet.

—¿Qué dices? Pero pensé que hablarían con nosotros antes de tomar una decisión. —  Exclamó Evan.

—Por favor no se molesten, confíen en nosotros en qué tomamos una muy buena decisión. — Exclamó Alya.

Evan no estaba muy convencido de esto, pero no quería ponerse a discutir pues las chicas se veían muy felices.

—Esperen y mañana los conocen, van a ver que son muy formales, aunque en sus ojos se ve un poco de tristeza pero eso puede ser porque no han podido tener hijos. — Espresó Alya.

—No había visto a alguien emocionarse tanto, al escuchar qué una persona a la que no conocen les dice que está embarazada, eso fue un poco extraño. — Exclamó Violet. —Si, también sentí que sobreactuaban, pero puede ser por lo que dijeron, de qué les emocionaba ver qué otras personas fueron bendecidas con sus hijos. — Exclamó Alya.

A la mañana siguiente escucharon qué un carro se aproximaba, entonces Evan se levantó y vio por la ventana.

«Estos parecen ser los nuevos inquilinos» pensó Evan.

Vio cómo iban bajando las cosas de su auto, de pronto la nueva inquilina se resbaló y dejó caer muchas fotos, eran de muchos niños esto le pareció extraño a Evan.

Pues según las chicas ellos no habían tenido hijos, recogieron todo de manera veloz y se dispusieron entrar a la casa, el nuevo inquilino volteo a ver hacia dónde estaba Evan y le hizo un gesto con su mano en forma de saludo.

Evan le correspondió, pero había algo que no le gustaba en la mirada de ese hombre, de pronto su esposa llegó y ahí tomó al nuevo inquilino por el brazo, este le dio un beso en la mejilla y entraron de nuevo a la casa.

Evan vio que entre ellos había mucho amor, pero había algo que no le daba buena espina, esperaba que todo fuese su imaginación ya que desde un principio no quería que nadie alquilara  aquella casa.

Cuando Alya despertó Evan le dijo que ya habían llegado los inquilinos, Alya se emocionó mucho, y quiso irlos a saludar.

Pero Evan la detuvo, pues no quería que estuviese muy cerca de esas personas.

—Pero Evan ¿Por qué te portas de esa manera? Deberías de darles la oportunidad de conocerlos. — Exclamó Alya.

—Está bien, pero vamos juntos más tarde, de verdad no quiero que estés sola con esas personas. — Replicó Evan.



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En el texto hay: gemelos, romance, cambio de identidad

Editado: 09.06.2023

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