vida como niñera de Luna.
El camino hacia la mansión estaba lleno de nervios y expectativas. No podía evitar pensar en el encuentro con el padre de Luna. Su mirada intensa y su actitud autoritaria me hacían sentir un poco intimidada.
Al llegar a la mansión, toque el timbre en espera de que alguien me abriera. Martha salió saludándome y ayudándome con una de las maletas. Me dirigi a las escaleras subiendo, sintiendo una mezcla y ansiedad y felicidad,Pues bueno..sería la niñera de una gran niña preciosa.
Cuando llegamos a mi habitación déjanos todas las maletas en el suelo.
—Te lo agradezco por ayudarme — le dije a Martha por ayudarme a subir las maletas.
—Fue un gusto, iré abajo a hacer el almuerzo, el señor Alejandro vendrá con un invitado. es mejor dejar todo listo cuando lleguen.— me dijo Martha.
—Te ayudare. Iré a ver a Luna y después iré contigo— le dije.
— No te preocupes puedo hacerlo sola, ya casi termino, solo ve y mira cómo está Luna.
Me dijo saliendo de la habitación, solo Asentí.
Antes de arreglar mis cosas primero, fui a buscar a Luna. La encontré en su habitación, jugando con algunos juguetes. Su risa iluminó el ambiente y, al verme, corrió hacia mí con los brazos abiertos.
—¡Clara! —exclamó, sonriendo de oreja a oreja.
—¡Hola, Lunita! —respondí, agachándome para abrazarla
—¿Donde estabas?— Me exclamó cuando nos dejamos de abrazar.— Te busque por todos lados.— Me dijo haciendo puchero con sus pequeños labios.
— Fui por mis cosas.— le dije acariciándole el cabello.
— ¡Entonces vivirás acá!—salto con emoción.
— si, estaré contigo.— le dije riéndome de su emoción.
Pasamos la mañana jugando, dibujando y riendo con Luna.
Como Martha me dijo que vendría el señor Alejandro con visita decide duchar a Luna por lo ensuciadas que estábamos. Le hice una coleta y le puse un moño, la vesti con un vestido hermoso color rosa. Y zapatos blanco ( le quedó hermoso)
— que lindura— le dije dándole un beso en la mejilla.
— ¡vamos! Tu turno.
— ¿Mi turno? — le pregunto con curiosidad.
—¡Si! Faltas tú. Vamos a elegir tu vestido.
— Luna...— le dije sin ánimo. Pero eso solo hizo para que me jalara del brazo saliendo de su habitación para ir a la mía.
Cuando entramos Luna busco por todos lados un vestido que ponerme. Mientras que buscaba me fui a dar una ducha. saliendo, me encontré en la cama un vestido corto color negro con una gran tela fina y tacones negro brillantes, A decir verdad no sé porque tengo que arreglarme yo. "Todo por verla feliz"me dije a mi misma.
Me puse el vestido, bueno mi vestido, ese lo había comprado cuando estaba en Canadá. Me peine el pelo y salí del cuarto para ir a buscar a Luna.
Al salir me encontré frente a frente con El señor Alejandro.
—Buenas tardes— le dije girando mi mirada para ir a buscar a Luna.
— Irás a algún lugar.— Me pregunto agarrandome del brazo.
— A ninguno.—le dije mirando su mano en mi brazo.
—ok. — dijo soltando mi brazo.
Me fui y no puede dejar de pensar lo extraño que se comporta el señor. Que raro.
Abrí la puerta de la habitación de Lunita y la encontré haciendo dibujos.cuando me vio me abrazo y me dijo que estaba hermosa, solo sonreí por sus ocurrencias.
Después de un rato fuimos a buscar a Martha para que Luna pudiera comer.cuando bajamos nos encontramos con Alejandro sentado en el sillón con su teléfono el la mano.
—¡Pa! Dijo Luna soltando mi mano y ir corriendo hacia el.
—Hola pequeña.— dijo el acariciándole el cabello.— estás hermosa.—soltó.
—Clara también, ¿cierto? — dijo Luna esperando la respuesta de su padre.
—Si, clara también está hermosa— dijo mirandome a los ojos, me puse nervioso y desvíe la mirada.
De repente se escucha en timbre y mire dirección a la puerta. El señor Alejandro se paró de donde estaba y paso a mi lado yendo dirección a la puerta.
Fui al lado de luna y la agarre de nuevo la manito.
—Donde está mi niña— escuché una voz masculina provenir del lugar.
—¡Tio!— dijo luna, esta vez la agarre para que no saliera corriendo, pero está me llevo con ella.
— Ahí está mi niña — dijo el hombre con cabello negro y ojos claro, estirando sus brazos y para que ella lo. Abrazara.
La solté y Luna fue corriendo a los brazos de el. A decir verdad ese momento me puso Feliz.
El hombre con sus brazos la cargo y le dio un cálido beso en la mejilla.
Este me miró de los pies a la cabeza y eso me puso nerviosa.se acerco a mi y me estiró su mano mientras cargaba a Luna.
—Leonardo, tío de Luan y hermano de este gruñón dijo señalando a Alejandro. Solo sonríe y le estreche mi mano.— Clara. Niñera de Luna.— le dije.
—Es un gusto conocerte linda. — dijo guiñándome el ojo.
— Bueno vamos a almorzar. — resonó una voz que fue del Señor Alejandro.
Aparte la mano de Leonardo y me quedé quieta esperando que bajara a Luna para llevarla al comedor.
En unos segundo me dio a Luna y ellos avanzaron al comedor mientras que yo me quede atrás con Luna agarrándola de la mano, para ir al comedor.
Ellos ya estaban sentados conversando. Y saqué una silla para que de sentará. Me iba a ir pero una voz resonó en el lugar.
— ¿No comerás con nosotros? — dijo Leonardo.Lo mire con nerviosismo y después pose mi mirada hacia Alejandro.
—yo..Creo que no..
— Toma asiento Clara.— dijo Alejandro mirandome fijo.
Mire a Luna mirandome y solo Asentí.
En la mesa ellos estuvieron hablando de negocios mientas que yo guardaba silencio y le daba algunas frutas a Luna.
— y dime hermosa, ¿Tienes novio? — Dijo Leonardo mirandome
— Creo que eso no nos incumbe.— dijo Alejandro mirando a su hermano.
— No.— Solté— No tengo novio.
— Tan hermosa y sin novio. No haz pensado conocer a uno. — dijo Leonardo. Sus preguntas cada vez me están poniendo incómoda.