Clara siguió a Emilio, llevando a Luna de la mano, a través del elegante vestíbulo. La niña se miraba alrededor con ojos brillantes, fascinada por la opulencia que la rodeaba.
Al llegar a la sala de recepción, Alejandro ya estaba allí, hablando con un grupo de personas distinguidas. Al verlos llegar, se acercó.
—Ah, perfecto. Llegan justo a tiempo— dijo, sonriendo a Luna. ¿Cómo estás, princesa?
Luna sonrió y se abrazó a su padre.
En ese momento pensó lo cínico que era el. De la nada la trata bien. Cuando todavía no ha aceptado, que no puede olvidar los momentos Ur tuvo el con su esposa y Luna.
Clara se mantuvo un paso atrás, observando la escena. De repente, una mujer elegante se acercó.
—¿Y esta es...?— preguntó, mirando a Clara con curiosidad.
Alejandro sonrió. —Es la niñera de Luna.
— Clara Cameron, mucho gusto— respondio clara un poco brava por la respuesta de su jefe.
La mujer sonrió.
—Encantada. Pensé que era... su novia.
Clara se ruborizó.
—No, solo soy la niñera— aclaró rápidamente.
Alejandro intervino. —Sí, Clara se ha convertido en parte de la familia.
La mujer asintió. —Entiendo. Es una suerte tener alguien tan dedicado.
Clara sonrió, incómoda. No quería dar a entender que era más que una empleada.
🙂
Estaba incómoda. La gente me miraba como si fuera la novia de Alejandro. Yo solo era la niñera de Luna.
Una mujer elegante se acercó y me sonrió.
—Encantada, soy Sofía. La esposa de Carlos, un amigo de Alejandro.
—Mucho gusto, respondí, intentando ser amable.
Sofía me miró con curiosidad. —¿Cuánto tiempo llevas con Alejandro?
Me sentí nerviosa.
—Trabajo con Luna desde hace unos meses —aclaré.
Alejandro intervino. —Asi es— dijo tomando un poco de su copa.
Sofía asintió. —Es obvio. Luna parece muy feliz.
Cambiaron de tema, pero yo seguía incómoda. No quería dar a entender que era más que una empleada.
Luna, entretanto, jugaba con unos niños cerca.
Me alegró verla feliz.
De repente, Alejandro me llamó. —Clara, ¿puedes traer a Luna? Quiero presentarla.
Me levanté y fui por Luna. La tomé de la mano y la llevé con Alejandro.
—Esta es mi hija, Luna—dijo, sonriendo.
La gente sonrió y felicitó a Alejandro. Yo me mantuve atrás, observando.
Clara se sintió aliviada cuando la atención se centró en Luna y Alejandro. Mientras observaba la escena, notó que Sofía la miraba con curiosidad.
De repente, Alejandro se acercó y le susurró:
—Clara, ¿te importaría cuidar a Luna un momento? Tengo que hablar con algunos invitados.
—Claro —respondió Clara, tomándole la mano a Luna.
Mientras Alejandro se alejaba, Sofía se acercó.
—¿Te gusta trabajar con Luna? —preguntó.
—Sí, es una niña encantadora —respondió Clara sonriendo.
Sofía asintió.
—Alejandro parece muy dedicado a ella.
Clara se sintió incómoda.
—Sí, es un padre amoroso —dijo, intentando cambiar de tema.
Pero Sofía siguió:
—Y tú, ¿cómo te llevas con él?
Clara se ruborizó.
—Trabajamos bien juntos —dijo rápidamente.
En ese momento, Luna tiró de su mano.
—Clara, quiero ir a jugar —dijo.
Clara sonrió, agradecida por la interrupción.
—Vamos, cariño —dijo, llevándola hacia el área de juegos.
Pasamos tiempo jugando, hasta que doy la vuelta mirando a las personas jugando con sus hijos, son pocas las madres o padres que juegan con ellos por que algunos desde el inicia sus niñera los cuidan.
( Algo parecido que estoy haciendo ahora. ¿Por que no viene su padre y juega con ella?, que absurdo.¡ Mal padre ! ).
Y ahí está.
Mientras Clara jugaba con Luna, notó que Alejandro la observaba desde lejos. Su mirada era intensa, como si estuviera estudiándola.
De repente, Luna corrió hacia su padre.
—Papá, papá! ¡Clara es la mejor niñera del mundo! —exclamó.
Alejandro sonrió y acarició la cabeza de Luna.
—Sí.—dijo, mirando a Clara con una expresión inexplicable.
Clara se sintió incómoda y desvió la mirada.
Sofía se acercó de nuevo.
—Alejandro, ¿por qué no presentas a Clara a tus amigos? —sugirió.
Alejandro la miró con una expresión de odio pero al ratico se le fue disminuyendo.
—No creo que sea conveniente.— dijo sin tapujos.
— Claro que lo es, es la niñera de tu hija.— dijo Sofía con una expresión de reto.
Alejandro asintió.
— Lo dijiste tú.— dijo mirandola— niñera..niñera.
Alejandro se acercó a Clara con una sonrisa forzada.
—Clara, te presento a mis amigos, dijo, tomándola del brazo.
Clara se sintió incómoda por la tensión.
—Encantada, respondió, sonriendo débilmente.
Sofía observaba con curiosidad.
¿Por qué Alejandro cambia de humor tan rápido?
¿Qué hay detrás de su mirada intensa?
Alejandro comenzó a presentarla a sus amigos.
Clara intentaba mantener la calma.
Luna jugaba cerca, sin notar la tensión.
—¿Te gusta trabajar con niños? preguntó uno de los que estaban presente.
—Me encanta, respondió Clara.
Mientras Alejandro presentaba a Clara a sus amigos, ella sentía una creciente incomodidad. La tensión entre Alejandro y Sofía era palpable.
—Me alegra conocerla, Clara —dijo Carlos, esposo de Sofía.
—Lo mismo digo —respondió Clara, sonriendo.
Alejandro se mantuvo cerca, observándola con atención.
—Clara es una niñera excepcional —dijo, sonriendo.
Sofía levantó una ceja.
—Eso es evidente —comentó.
La conversación continuó, pero Clara sentía que estaba en el centro de un torbellino.
De repente, Luna corrió hacia ellos.
—Papá, tengo sed —dijo.
— Clara te llevará.—soltó mirando a clara.
— ehh.. disculpe, pero no sé ni donde está el baño. — dijo clara, intencionalmente.
Alejandro sonrió.
—Vamos a buscar un refresco —dijo, llevándola.