Mi Odioso Vecino [ Vecinos #1]

Capítulo 2.

— Hazte la loca, bien que te gustaba de niña —argumenta. 

— Bien dicho: de niña. Ya eso fue cosa del pasado y está bien enterrado. Además, en ese tiempo no sabía nada sobre el amor, solo tenía siete años 

— ¿Y el beso? 

— Eso fue un reto, además fue asqueroso. No me hagas acuerdo de eso Stacy 

— Audrey, ¿qué es lo que realmente sientes por Bastian —pregunta seria? 

— ¿Qué voy a sentir? Yo por Bastian no siento nada, solo es mi odioso vecino que ya me tiene harta. 

— Eh... bueno, tiempo al tiempo. 

Caminamos hacia el salón, y paso por el lado de Bastian y él únicamente sonríe como siempre y eso me fastidia. 

[***] 

Al fin libre. Si Amira ve mi cara se burlaría de mí. Me levante con ánimo y termine desanimada, motivo: es el último año y hay muchos números. 

— Estoy segura de que este año no lo pasamos —asegura Stacy desanimada 

— Pienso lo mismo —digo con una lágrima casi afuera de mi ojo 

— ¿Esas caras?, ¿qué les paso? — pregunta Amira. 

— Números, los pinché números —digo casi llorando. 

— Eso les pasa por bagas, y así dices que quieres ir a la universidad —eso último es para mi 

— Amira, yo voy a ser fotógrafa —manifiesto. 

Me gusta tomar fotos, he aprendido mucho sobre la fotografía por medio de tumorales en YouTube y tengo mi propia cámara. Suelo tomar foto en mis tiempos libre, también le toma a mis compañeros, y a los que necesiten fotos y gano dinero para cualquier emergencia (pagarle a los profesores para pasar el año) 

— En fin, vámonos, que se nos hace tarde. 

— Si —decimos sin nada de ánimo. 

Amira nos toma de la mano y nos llevaba arrastrando, pero se detiene de un solo. Alzo mi mirada y veo el espectáculo. 

— ¿Ese no es Ethan? —pregunta Stacy. 

— Sí. Es el mismo que viste y calza. 

— ¡Vaya!, le fue bien el primer día de preparatoria. Bueno, era de esperarse, es guapo. 

— Sí. Stacy, ¿ella es de tercero? —La chica está en el mismo año que yo, diferente salón. 

— Sí. Es Romina, no sabía que le gustan menores. 

— Será menor, pero ese cuerpo que tiene no parece de 15 años. 

— Cierto, cierto. Ethan están bien bueno, si no es porque lo conozco desde que soy una enana yo también anduviera por esos rumbos. 

— Ya no me sorprendes Stacy. 

— Con gana preguntarle a Romina si besa rico, ya sabes, simple curiosidad —me guiña el ojo. 

— Te creo —río—. Oye, pero se ve que se la están pasando bien, beso y beso. 

— Con gana gritarle que se vayan a un motel —ríe. 

— Hazlo —Stacy aclara su garganta y se prepara para gritar. 

— Oi... —es interrumpida por Amira 

— Vámonos —ella se arregla los lentes y se nos adelanta. 

—¿Qué bicho le pico? —pregunta Stacy 

— Sabrás judas — respondo. 

La seguimos. Stacy y yo vamos risa y risa, no puedo decir lo mismo de Amira y cuando esta a si es mejor es no molestarla. 

— Bueno, yo ya llegue a mi casa, más tarde voy un rato a la suya. 

— Bueno. 

— Nos vemos más tarde —dice Amira seria 

Stacy entra a su casa y mi hermana y yo seguimos nuestro camino. 

— Amira —la llamo al alcanzarla 

— Dime. 

— ¿Sucede algo? 

— No pasa nada. 

— bueno 

[***] 

Llegamos a casa, Amira calienta la comida y comemos en silencio. Está amargada y cuando esta así lo mejor es ignorarla. 

Terminamos de comer, ella deja el plato en el lavabo y se va a su habitación. Termino de comer (soy lenta para comer) y, lavo los platos. 

Seco mis manos, y el tono de llamada llama mi atención, agarro mi celular y contesto. 

Iniciado de llamada

— Noah —él es mi hermano mayor, vive con papá en Alemania. 

Noah no es hijo de mamá, ella lo crío mientras era pareja de papá, pero mi hermano la considera su mamá y ella su hijo. 

— Audrey, ¿cómo estás?, ¿cómo está mamá y Amira? 

— Estamos bien. 

— ¿Y Amira? 

— Está en su habitación, esta de mal de humor. 

— Esa amargada. 

— Te escuché idiota —dice Amira que acaba de bajar con su libro. 

— Amira, escuchaste mal, yo dije: amigable 

— No soy sorda Noah —se acerca a mí. 

[***] 

Terminamos de hablar con Noah. El timbre suena y Amira va a abrir la puerta. 

— ¡¡Llegue!! —exclama Stacy. 

Las tres vamos a mi habitación y ponemos una película de romance, eso es algo que hemos hecho desde niña, vemos películas de amor para no perder las esperanzas de un amor así bonito. 

Cierro mis ojos, ya que una fuerte música ha arruinado la película, miro hacia mi ventana para ver al causante del escándalo. Me pongo de pie y camino hacia mi ventana. 

— ¡¡Bastian!! —grito con fuerza. 

El muy idiota esta que baila como si nada. 

— ¡¡Oye!! —grito, pero no me escucho. 

— Audrey, Bastian no te va a escuchar —manifiesta Stacy. 

— Eso lo veremos. 

Salgo de la habitación, ese idiota de Bastian me va a escuchar. 

—Audrey, no vayas a pelear con Bastian por esto —dice Amira. 

— No pases coraje, sabes como es Bastian —sugiere Stacy. 

Bajo las escaleras y salgo de mi casa y voy a la del lado. Ya estoy harta de Bastian, ya no lo soporto, es un grano en la cara, cada vez que aparece es para molestar y dañar el humor. 

Toco el timbre de la casa de la vecina, la señora de servicio me abre la puerta. 

— Vine a ver a Bastian —digo lo más calmada posible. 

— Está en su cuarto. 

Ella se hace a un lado. Camino a paso rápido y subo las escaleras. Escucho el saludo Ethan, pero no respondo, escucho el llamado de Stacy y Amira y también las ignoro. 

Sé donde queda la habitación de Bastian, ya que esta al frente de la mía, abro la puerta y él está sonriéndome a su celular. Camino hacia él y le meto una patada en el trasero. 

— ¡¡Auch!! —me mira— Audrey, ¿por qué me pegas? 

— ¿Por qué me pegas? —lo imito— Estas que haces un escandalo y lo preguntas. 

Camino hacia la bocina y la apago. Le dedico una mirada furiosa a Bastian. 

— Audrey, es de mala educación... 

— Por Dios Bastian, no me venga con educación, sé que tengo más que tú así que no importa. 

— No te enojes. Tranquila, te van a salir canas verdes y te vas a poner vieja y nadie te va a querer —siento que me aprietan el hígado. 

— No me importa que nadie me quiera, me quiero yo misma y con eso me basta. 

— No te enojes, ya no voy a hacer escándalo —me da una sonrisa traicionera. 

— Eso espero Bastian..., eso espero —no deja de sonreír. 

Bajo mi mirada hasta sus labios, su cuello, su clavícula y su dorso desnudo. Recorro su cuerpo descubierto y clavo mi mirada al tatuaje en la parte inferior del codo (tenía 15 años cuando se lo hizo). 

— Cuenta se te salen los ojos, sé que estoy bien bueno que provoco orgasmo con solo verme —dice con su maldito tono arrogante que odio. 

—Nada más veía el tatuaje, no pienses mal. 

— ¿Te gustan los tatuajes? 

— Si, pero mamá me dijo que si me hacía uno me sacaba ese pedazo de piel —él ríe. 

— ¿Cuál de los dos te gusta más? 

Veo las gaviotas que comienza desde el final de la costilla y termina en su espalda. Y el otro es el que tiene en la parte inferior del codo es unas letras en otro idioma. 

— Las letras, me gusta la forma que tiene aunque no sé que significa —siempre me ha gustado ese tatuaje. 

— A mí también me gusta mucho, es el más importante. 

— ¿Por qué? —miro sus ojos verdes. 

— ¿Por algo? —se encoge de hombros. 

— ¿Ya no te harás más? 

— Si, pero después. Por ahora con los que tengo es suficiente. 

— ¿No te arrepientes? 

— No. Audrey, cuando uno se hace un tatuaje es porque sabe lo que quiere para toda la vida. 

— ¿Y tú que quieres para tu vida? —lo miro fijamente 

— A ti... —abro los ojos como platos y mi corazón se acelera— que te interesa —ruedo los ojos. 

No sé ni por qué me sorprendo si es Bastian. 

— ¿Qué tienes de malo decir? —lo miro con incógnita— Me voy, solo vine para que apagaras la música. 

— Si tú te vas la música se puede prender sola —le doy una mirada fulminante. 

— Bastian no comiences —lo miro casi suplicante. Quiero ver la película paz y si él hace escándalo no la voy a poder disfrutar. 

— Audrey, es mi casa... bueno, la de mis padres, pero ello no están, mi hermana mayor no está y yo hago lo que se me da la gana. 

Meneo la cabeza y ruedo los ojos. Con Bastian no se puede tratar, es tan odioso. 

— Bastian, no prendas esa música, estoy haciendo algo importante y la música no... 

— Deja ver tu película —se cruza de brazos. 

— ¿Cómo lo sabes? 

— Yo lo sé todo, especialmente de ti, Audrey. 

— Bastian tú... ¡aish!, mejor me voy —me molesta mucho que Bastian sea así. 

Me doy la vuelta para irme a mi casa a disfrutar la película. 

— Audrey. 

— ¡¡Qué!! —exclama fastidiada. 

— ¿No quieres bañarte conmigo? —me siento como el exorcista al girar la cabeza tan rápido. Él me da su típica sonrisa de burla. 

— A mí me gusta bañarme sola, así que vete al diablo —digo y salgo de su habitación. 

Bajo la escalera. Stacy está junto a Ethan que está tocando la guitarra y le está cantado a mi amiga. 

Ethan canta muy bien, tiene buena voz hermosa y si él se lo propone hasta cantante puede ser, he visto su canal de YouTube donde sube cover y tiene bastante seguidores. 

En el otro mueble se encuentra Amira con su cara seria leyendo el libro. 

— Audrey, ¿no se mataron? —pregunta Stacy 

— Casi lo mato, pero no lo hice. 

— Ya vámonos —dice Amira y noto molestia en su voz. 

Nos vamos de la casa de los García. Entramos a nuestra casa y vamos a la habitación a seguir viendo la película. 

Bastian no ha prendido la música y eso es bueno. Miro de reojo hacia la ventana, él está en su escritorio y en el celular. 

— Se te van a salir a los ojos —comenta Amira. 

Miro a mi hermana. 

— ¿A quién le dice Amira? ¿Acaso es a mí? —pregunta Stacy. 

— No es nada, solo pensé en voz alta —manifiesta. 

Ignoro a mi hermana y sigo viendo la película y vigilando a Bastian para que no prenda la música. 

Pasamos una tarde llena de amor, cada vez que veo una película de romance me dan gana de tener novio. Stacy se va a su casa y minutos después llega mamá y nos prepara la cena. 

Terminamos de cenar y mamá se ofrece a lavar los platos, y mi hermana y yo vamos a la nuestras habitaciones. 

Me lavo mi cuerpo, me pongo mi pijama y agarro mi teléfono. Veo los estados de WhatsApp y Bastian ha publicado una foto de él sin camisa mostrando todo lo que tiene. 

Dirijo mi mirada a la almohada con su cara que se encuentra en el pequeño mueble que se encuentra aquí en mi habitación. 

Dejo mi teléfono en mi cama y camino hasta el mueble agarro la almohada y me siento. 

— Deberías estar pegada en la puerta y no en el mueble — hablo con la almohada. 

Mi celular suena, dejo a la almohada a un lado y voy a mi cama por el celular, son las notificaciones de Instagram de las personas que han reaccionado a la foto que publique hoy en la preparatoria. 

Vuelvo a WhatsApp y hay nuevo estado y hay esta el de Bastian de nuevo. Él ha subido un video con música; es de Manuel Turizo y Valentino: bésame, talvez sea para Tiffany su novia. 

Dejo mi celular a un lado y me acuesto a dormir. 

[***] 

Me despierto, me arreglo, desayuno, nos despedimos de mama y nos vamos. Nos bajamos del bus, cruzamos de calle y en la entrada de la puerta está Bastian recostado. 

— Hola señoritas. 

— hola —le responde Stacy y Amira. 

Bastian no deja de mirarme. 

— ¿Ahora qué quieres tú? 

— Yo nada, solo estaba esperando a alguien importante 

— A tu novia — pregunta Stacy 

— Sí. 

— Bueno, me voy, tengo cosas más importantes que hacer para perder mi tiempo contigo —expreso con desagrado. 

— ¿Cómo que no soy importante? —se acerca de una manera peligrosa— Audrey, yo soy tan importante como el aire —dice y sus labios se curvan en una sonrisa arrogante. 

— Bastian, para mí no eres importante —su sonrisa desaparece—, a sí que aléjate a dos metros de mí que tú eres mi pájaro de mal augurio —digo en un tono seco. 

Paso por su lado, su rostro está serio. Miro de reojo a Amira y Stacy, al no verlas moverse sigo mi camino. Estoy harta de Bastian, estoy cansada de él, ya no lo... 

— ¡¡Auch!! ... Disculpa no te vi —digo rápidamente. Alzo mi mirada y quedo anonada con la hermosa figura que se encuentra delante de mí. 

— No te preocupes, yo tampoco te vi —me responde el chico, trago grueso porque no quiero que se salga la baba. 

Su piel es bronceada y su cuerpo bien músculos, sus ojos café claro y su cabello es rubio. ¡¡Dios mío!! ¿En dónde estaba este chico?, ¿acaso es él mi ser amado? 

— Soy Stefan, ¿y tu preciosa? —me ha dicho preciosa, siento mi cara arder. 

— Soy... soy Audrey. 

— Es un placer... —estira la mano y le doy la mía y la besa — conocerte 

— El placer es mío —después mi día no empezó tan mal. 

— Audrey — la voz fría de Bastian me hace soltar su mano de un solo. 

Miro a Bastian rápidamente, tiene su mandíbula tensa, su mirada me está reclamando algo. 

— ¿Es tu novio? —pregunta Stefan 

— No. Él, es mi vecino. 

— Au... 

— Bastian, ven conmigo —Stacy lo agarro de la mano. 

Él la mira y me da una mirada llena de enojo y mi mejor amiga se lo lleva casi a jalones. 

— Tu vecino es raro —manifiesta Stefan 

— Si, pero no te preocupes. 

Miro de reojo a Bastian y Stacy, ella está que le dice algo y siento curiosidad por saber que es lo que están hablando, motivo: ellos nunca han sido muy cercano, se conocen desde niños, pero nunca han estado tan cerca y menos agarrado de las manos. Quiero saber, ¿por qué Stacy lo está agarrando de la mano? 

— Oye, soy nuevo, me ayudarías con mi salón. 

— Claro. 

Stefan está en el mismo salón que yo por lo que fue fácil llegar. Ingresamos al salón. 

— Somos compañero, espero nos llevemos bien. 

— No llevaremos muy bien Audrey —él toma mi mano y la besa. 

Siento mi corazón acelerarse, sonrío y él no deja de sos... Bastian pasa en medio de los separando la mano de Stefan de la mía. Miro enojada y él se sienta en el pupitre que está delante de mí. Él siempre se ha sentado delante de mí, y yo no me cambio de asiento es porque Bastian es inteligente y yo le copio en los exámenes. 

— ¡¡Buenos días, gente!! —grita Braulio. 

Él es el mejor amigo de Bastian, y el payaso de salón. 

— Braulio, hay un nuevo, démosle la bienvenida como es debido. 

— Cla... — es interrumpido. 

— Braulio, necesito hablar contigo. 

— Claro. 

Bastian se pone de pie y se lleva a jalones a Braulio. 

— Creo que tu vecino es el que manda aquí. 

En cierta parte tenía razón; Bastian y Braulio tienen el control del salón, fiesta, relajo, planificaciones para no dar exámenes o no venir a la preparatoria, todo lo malo que hace lo estudiante viene por parte de esos dos. 

— No. 

Braulio y Bastian ingresan y toman asiento. Braulio cambia su actitud divertida a una más seria. 

— ¿Para cuándo la fiesta Braulio? —pregunta Hernán. 

— Este fin estoy ocupado, será después —manifiesta con pesar. 

— Bueno, otro día será. 

— ¿Le hacen fiesta a los nuevos? —me pregunta. 

— Sí. A los nuevos se le da la bienvenida con una fiesta. 

— ¡¡Vaya!! 

— Toma asiento, que las clases ya comenzar. 

— Sí. 

Camino hacia mi asiento y mi mirada viaja hacia Bastian, ante su mirada ruedo los ojos haciéndole notar el desagrado que siento por él. 

Me siento. Stefan se sienta en el pupitre que esta al lado de mí. 

— ¡¡Buenos días, chicos y chicas!! —mis compañeros responde al saludo. 

Stacy ingresa y se sienta detrás de mí. Siempre no hemos sentado así para ayudarnos en los exámenes. Me giro hacia ella. 

— ¿De cuándo tú y Bastian son tan cercano? 

Me muero de la curiosidad. 

— Audrey, nos conocemos desde lo siete años, obvio que somos cercanos. 

Nunca se han acercado tanto como hoy. 

— Si —pongo una cara que dice: no te creo nada. 

— ¿Te molesta? 

— ¿Por qué me molestaría? No me interesa en lo más mínimo Bastian, me preocupas tú, ya sabe la fama de ese tonto. 

— A mí gustan los chicos malos. 

Ruedo los ojos y me acomodo en mi asiento, veo la espalda ancha y musculosa de Bastian. 

La profesora de química ingresa tan elegante y seria. 

— Buenos días, señores y señoritas. 

— ¡¡Buenos días!! —respondimos todo unísono. 

— Por lo que veo están todos, eso es bueno, ya que los primeros días algunos estudiantes consideran que siguen de vacaciones —por ese tono de voz se ve que es complicada—. Primeramente, me presento: soy Rosalina Castro, su profesora de química. Segundo, tomaré un examen de retroalimentación de lo que aprendieron el año pasado, puesto que suelen ver estudiantes que no sé que hace en un año superior si no saben nada —trago grueso. 

Stacy y yo tuvimos que romper nuestra alcancía para completar los puntos que nos faltaban. 

Siento que me zarandean, miro a Stacy. 

— Estamos perdidas, debes copiarle bien a Bastian — asiento. 

— Ustedes dos —mi cuerpo se tensa, lentamente miro a la profesora—. Para no estarme poniendo atención deben saber mucho, espero que sus notas sean las más altas. 

Me quedo en silencio. Bastian me mira un par de segundo y fijo la mirada en la profesora. 

— Bien, una vez reparta las hojas nadie me escribe hasta que yo de la orden, es que me escribe tiene cero. 

La profesora comienza a repartir las hojas de los exámenes, mientras todos nosotros sacamos nuestro lapicero. Estoy preocupada, tengo el presentimiento de que voy a morir. 

La profesora pone la hija en mi pupitre y veo esos números y letras, definitivamente estoy perdida, mi única salvación es Bastian. 

— Tienen veinte minutos para responder las dos preguntas y los tres ejercicios, si van a copiar que no lo vea por favor, no los quiero ver en vacaciones. 

Dios ayúdame a que no se dé cuenta de que estoy copiando.

— Comiencen. 

Bastian comienza a mover su mano, trato de ver, pero no puedo, Bastian ha cubierto la hoja con su cuerpo. 

Maldición, porque hoy.

Bastian tiene la costumbre de poner la hoja a un lado, y eso siempre me permite copiarle, pero hoy se le antojó cubrirla con su cuerpo. 

Nunca entendí química y el profesor me pidió algo de dinero para darme el punto que me faltaba para pasar. 

— Audrey —escucho el susurro de Stacy. 

La profesora se acerca a uno de las estudiantes y aprovecho para hablar. 

— No puedo copiarle. 

— ¿Qué hacemos? 

— Intentarle copiar a otro. 

— Ya toca. 

Intento ver a la persona de mi lado, Stefan se da cuenta de que le estoy viendo y mueve su ojo para dejarme ver y ni corta ni perezosa aprovecho y copia lo que puedo. 

Miro que Bastian se pone de pie y entrega su examen. La profesora lo revisa y sonríe. 

— Excelente trabajo joven García. 

El muy estúpido de Bastian es bastante bueno con los estudios, especialmente en química, física y matemáticas. El siguiente que se pone de pie es Braulio, aunque no lo parece Braulio es cerebrito, por eso siempre trabaja con Bastian, ya que son los mejores del salón. 

Agudizó mi mirada para ver el resto de números, Stefan mueve más la hoja y logró termina uno de los tres ejercicios. 

— Audrey, déjame ver. 

Me muevo para que Stacy copie. 

— Copie el ejercicio dos, toma apunte. 

Ella comienza a dictarme número a número. 

— Montesinos —mi cuerpo se tensa, ella agarra mi hoja y camina—, Mendoza —miro de reojo como le quitan el examen a Stacy—. Amo su amistad, me hacen creer que las verdaderas amistades existen. 

Ella mira nuestros exámenes y sonríe. 

— No sé que como han llegado tan lejos con ese nivel en química —suelta un suspiro y deja nuestras hojas de examen a un lado con desagrado. 

— Estamos perdidas. 

— Sí. 

Miro a Stefan y él solo me da una sonrisa a media. Si tan solo Bastian no hubiera tapado la hoja no nos hubieran descubierto, ya que el cuerpo de Bastian me cubre (la ventaja de ser pequeña), pero hoy el muy tonto decido moverse dejándome a la vista, porque recién me doy cuenta de que se movió mientras yo hacía el examen. 

Por eso lo odio, porque se encarga de hacerme la vida imposible, ni ayuda ni deja que otro ayude.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.