Mi Odioso Vecino [ Vecinos #1]

Capítulo 3.

Esa profesora de química nos tiene a Stacy y a mí en su lista negra. Llevo un poco de papitas a mi boca del coraje que tengo con Bastian. 

Lo odio, ya no lo quiero ver más en mi vida. Mejor me hubiera quedado con papá en Alemania. 

— Audrey, cambia esa cara —me pide Stacy. 

— Todo es culpar de Bastian. 

— Audrey, no lo culpe a él. Bastian no tiene ningún derecho a ayudarnos y siempre lo ha hecho. 

— Nunca lo ha hecho —Stacy me sonríe. 

— Bastian no es tonto y sabe que le copiamos. Audrey, tú no te has dado cuenta, pero Bastian pone su hoja al lado es para que tú puedas ver. Él siempre nos ayuda a las dos, pero lamentablemente tú no ves eso; tus ojos solo ven todo lo malo de Bastian... Si fuera más observadora te daría cuentas de muchas cosas. 

Me quedo en silencio. Ahora que lo pienso Stacy tiene razón, Bastian ha permitido que todos estos años que le copie su examen. Él, indirectamente me ha ayudado. 

— Pero, ¿por qué no lo hizo hoy? 

— Él tiene sus motivos, yo de ti Audrey voy a hacer la pases con Bastian, porque está enojado contigo. 

— Pero yo no le he hecho nada. 

— La indiferencia duele Audrey. 

— ¡Audrey! —miro la agradable sonrisa de Stefan. 

— Hola. 

— Espero no te moleste mi presencia, pero creo que va a ser difícil integrarme al grupo de los chicos de salón, no le agrado a tu vecino. 

— ¿Qué hizo Bastian? 

— Pues intentar socializar, pero me ignoro, y sus amigos también lo hicieron, se pusieron a jugar basquetbol y hacía falta uno, pedí unirme, pero metieron a otro dejándome a un lado. 

Bastian es el capital del equipo de baloncesto, y pues, los estudiantes le tienen respeto y las chicas se babean por él; pero él ya tiene noviecita, la odiosa porrista Tiffany. 

Hablando de la reina de roma y ella que se asoma. Ella viene agarrado del brazo de Bastian que trae una cara de pocos amigos. 

Mi mirada choca con la de Bastian y él me da una dura mirada, desvío mi mirada y veo a Stefan. 

— Bastian es así, eres el nuevo y es normal. 

— Creo que sí. Disculpa si me vine a quejar como un niño. 

— No te preocupes. 

— Tienes migajas de papa, déjame y te limpio — él alza su mano, pero es detenida. 

Miro a Bastian, él agarra mi mano y me aleja a rastra de Stefan. Los estudiantes nos miran, él camina por los pasillos e ingresa al cuarto de limpieza y cierra la puerta. 

— ¡¡¿Qué te pasa Bastian?!! —al fin me digno a hablar. 

— Ese tipo no me agrada —si las miradas matarás yo: Audrey Montesinos ya estuviera muerta. 

— ¡¿Y eso que tiene que ver conmigo?! 

— Que me encanta fastidiarte la vida Audrey. 

Lo miro con rabia, hablaré con mamá y me iré a Alemania con papá. 

— Espero que acabe este ciclo para largarme con papá y no volverte a ver Bastian —me mira incrédulo. 

— ¿Te vas? 

— Si por... —siento los labios de Bastian en la comisura de mis labios, él hace un suave movimiento con su lengua. 

Mi corazón se acelera a mil, siento como mi estómago burbujea, mis piernas tiemblan cuando el olor de su perfume invade mis fosas nasales. 

Él se separa de mí y siento el impulso de abrazarlo, pero no lo hago. 

— ¿De qué son las papitas que comiste? Saben deliciosa. 

— ¿Eh? 

¿Qué le pasó?, ¿como cambio de humor tan rápido? Bastian tiene una sonrisa en su rostro. 

— ¿No me va a decir Audrey? 

— Son de crema de cebolla. 

— La agregaré en mi lista de favoritas. 

Él se da la vuelta como si nada y yo aquí confundida por lo que hizo. Llevo mis dedos a la comisura de mis labios, cierro mis ojos y mi mente recrea el momento. 

¿Qué me pasa? 

Meneo mi cabeza y salgo del cuarto de limpieza. El timbre suena y hora de volver otra vez al salón. 

Camino rápido hacia el salón e ingreso. Bastian está serio, pero lo ignoro y me siento. 

— ¿Qué te dijo Bastian? —me pregunta Stacy. 

— Nada, solo quería molestarme como siempre. 

— ¿Estás bien? —Stefan me pregunta con una sonrisa. 

— Sí. 

— Audrey, préstame un lapicero negro —pide Bastian de una manera nada linda. 

— No tengo Bastian. 

— Préstame lo que tengas. 

— Tú también tienes lapicero Bastian. 

— Préstame uno y ya —puedo notar que está enojado. 

— Toma Bastian —Stacy le da su lapicero negro. 

— Gracias —él le da una sonrisa. 

Si Bastian fuera mujer, fuera la típica odiosa del salón. 

— ¡¡Mi amor!! — Tiffany se le lanza a las piernas de Bastian y lo besa. 

Busco mi lapicero negro y se lo lanzó por la cabeza a Bastian. 

— Que te pasa Audrey, vas a lastimar a mi novio. 

— Me pidió un lapicero y ahí está, deje de hacer espectáculo que nadie quiere ver derramar su empalagosa miel. 

— ¡¡hay viene el profesor!! — Gritan y nos acomodamos en nuestro asiento. 

El profesor ingresa, nos saluda y comienza la clase. 

[***] 

Salgo del salón, Stacy se me ha perdido. Camino hacia el baño de mujeres, mis ojos divisan dos figuras conocidas, me acerco un poco más. 

Una amarga sección me recorre al ver como Bastian abraza a Stacy. Ellos dos tienen algo y lo han estado ocultando. 

Rápidamente, me voy, no quiero interrumpir su momento. Salgo de la preparatoria y me acerco a Amira que no está esperando. 

— ¿Stacy? 

— No lo sé. Vámonos Amira. 

— Esperémosla. 

— Me duele la cabeza, ya me quiero ir. 

— Déjame llamarla —ella saca su celular y su mirada queda fija hacia el frente. 

— Ami... 

— Audrey —me doy la vuelta. 

— Dime Ethan. 

— ¿Has visto a Bastian? —niego— ¿Dónde se habrá metido? 

— Ethan —miro a Bastian y a Stacy. 

— Te estaba esperando, tengo que hacer un en vivo y estoy con el tiempo —dice apresurado. 

— No ha pasado ni 10 minutos —dice cruzándose de brazos. 

— Vámonos rápido Bastian. 

— ¿Te llevo a Stacy? —siento una patada en mi estómago. 

— Chicas, vámonos con Bastian. 

¿Qué está pasando aquí? Es que no comprendo ¿por qué tanta cercanía? 

— No gracias. Yo prefiero tomar el bus y no estar de metida donde no me han invitado. Vámonos Amira —me doy la vuelta. 

Si Stacy está saliendo con Bastian, ¿por qué me lo está ocultando? Somos amigas y las amigas se tienen confianza. 

— Audrey —Bastian me agarra del brazo. 

— Suéltame tonto —trato de zafarme de su agarre. 

— Déjame llevarte a casa. 

— Yo me voy en bus. 

— Amira acepto irse con nosotros, ¿te vas a ir sola? 

— Si —me libero de su agarre y corro hacia el bus. 

Ese tonto no deja de fastidiarme la vida, me cae mal. Subo al bus y pago, busco una asiento vacío y que tenga ventana. Me siento y espero que el bus comience el recorrido. 

Miro los auto a través de la ventana del bus, miro la preparatoria, realmente estoy pensando en irme ante de lo planeado a Alema... 

Alguien se ha sentado a mi lado, miro y... Bastian esta al lado mío con su tonta sonrisa. 

— ¿Qué haces aquí Bastian? 

— El bus es público. 

— Sé que es público, pero tú tienes tu auto. 

— Ethan se encargó del auto. 

— No sé tus motivos para venirte en bus, pero hay más asientos vacíos. Por favor, vete a otro asiento. 

El bus comienza el recorrido por la calle de la ciudad. 

— No lo haré. Me gusta este, además me pueden robar, ya que soy una hermosura, ¿no quieres que secuestre a tu sexy vecino? ¿Quién te molestará si me secuestra? Además, si me secuestran ya no verá mi lindo rostro. 

— Sería bueno que lo hiciera, así me libro de ti. 

— Audrey, déjame quedarme a tu lado —mi corazón acelera su pulso. Tengo que ir a un doctor, no vaya a ser que tenga un soplo o arritmia, no quiero morirme tan joven. 

— No me moleste Bastian. 

— No te molestaré. 

Abro mi mochila y saco mis auriculares inalámbrico, pero me lo arrebatan de las manos. 

— Bastian dijiste que no me iba a molestar. 

— No trajes mis auriculares y quiero escuchar música, pero soy bueno y te daré uno. 

— Eso debería decir un que soy la dueña. 

Él no me hace caso y conecta los auriculares por Bluetooth, me da uno de los auriculares de mala manera se lo quito y me lo pongo. La música comienza a reproducirse y es de Manuel Turizo. 

— Te gustan mucho las canciones de Manuel Turizo. 

— Es mi segundo cantante favorito —enarco una ceja. 

— ¿Y el primero? 

— Ethan —suelto una sonrisa—. ¿De qué te ríes? 

— Nunca pensé escuchar eso de ti. 

— Ethan canta muy bien y eso tú también lo sabes, y todos su cover son lo mejores, incluso lo he descargado en mi teléfono, ¿Quieres escucharlos? —asiento. 

Él reproduce el cover de tan enamorado. Sus ojos verdes me miran fijamente, siento mi garganta seca, me siento muy sedienta y mis ojos se clavan en los labios de Bastian. 

Recobro mis sentidos, ya que el bus freno de una manera no muy linda. Veo a mi alrededor. 

— Ya nos toca bajarnos —Bastian se pone de pie y yo también. Nos bajamos del bus y seguimos nuestro camino. Nuestras casas no están muy lejos de la parada. 

— ¿No se te pelo el trasero? —escucho su carcajada. 

— Audrey, no es la primera vez que me subo a un bus. 

— Lo sé, pero debió habérsete pelado, ya que está acostumbrado al asiento de tu auto. 

— ¿Quieres verificar con tus propios ojos si se me pelo? 

— No gracias. 

Bastian dirige la mirada a la casa de Stacy, inconscientemente mis labios se frunce y aceleró mis pasos. 

— Pareces correcaminos Audrey. 

— Tengo que hacer muchas cosas en mi casa, Amira me debe de estar matando en su mente. 

Llego con las últimas a mi casa e ingreso ignorando a Bastian. 

— ¡Amira! 

— ¡¿Qué pasó?! —camino hacia la cocina, ya que de ahí proviene la voz. 

Ingreso a la cocina y mi hermana se encuentra almorzando. 

— Pensé que llegarías más tarde. 

— Pues ya me ves aquí —me lavo las manos y me la seco—. ¿Te viniste con Ethan hasta aquí? 

— Me bajé en la casa de Stacy y me vine caminando. 

Amira y Ethan nunca se han hablado. Llevamos más de 10 años siendo vecino y no se han pasado una sola palabra. 

— Debí imaginarlo —me comienzo a servir el almuerzo—. Sabes en qué paralelo está Ethan. 

— Es mi compañero —dejo servirme la ensalada. 

— Imagínate que te toque hacer un trabajo con él, le tendrás que hablar —ella hace una mueca. 

— Él haría su trabajo y yo el mío, además, no creo que me toque con él; no tengo tanta mala suerte como tú —me siento en la mesa. 

— Eso es verdad, nadie tienen tanta mala suerte como yo, he aguantado a Bastian desde la primaria y no sé por qué siempre termina siendo mi compañero de clases... pero sabes, después de todo no es tan malo tenerlo como compañero, ya que le copio en los exámenes. 

— Audrey —me río por su tono de voz. 

— Amira, ¿por qué no te hablas con Ethan? — ella termina de comer lo que tiene en la boca. 

— Porque no. 

— ¿No te agrada? Amira, Ethan es más amigable que Bastian, yo prefiero hablarle a Ethan que a Bastian. 

— Audrey, no me cae mal Ethan, y si me llevo mejor con Bastian es porque es Bastian. 

No entendí. 

— Ya terminé de comer, me voy a mi habitación, lavas los platos... por cierto, se te cayó un auricular. 

Llevo mi mano al oído y retiro el único auricular que tengo. Aunque no quiero ver a Bastian tengo que rescatar mi auricular. 

Sigo comiendo ya que soy lenta para comer, motivo: no me entra mucha comida en la boca, y si llevo a mi boca bastante cantidad de comida me da gana de vomitar, es una manía que tengo desde niña. 

[***] 

Termino de lavar los platos, voy corriendo a mi habitación a lavarme el cuerpo. Me visto, salgo de mi habitación y bajo rápidamente las escaleras para salir de mi casa. 

Camino a la casa del lado y toco el timbre. La señora Karina me abre la puerta e ingreso, rápidamente voy a la habitación de Bastian, toco su puerta. 

— Pasa Ethan. 

Si supiera que no soy Ethan. Ingreso a la habitación y quedo anonada viendo su cuerpo descansando boca abajo en la cama y so re todo solo está el bóxer. 

— Cúbrete adefesioso —él se reincorpora rápidamente. 

— Audrey —lo recorro con la mirada y ese paquete se ve bien grande. 

— Vi... vine —meneo mi cabeza— por mi auricular. 

Él sonríe con malicia, se pone de pie y... mis neuronas están fallando. Él se acerca a mí y... 

— Seguro vienes a verme a mí y estás utilizando la escusa del auricular. 

Trago grueso y me preparo mentalmente para hablar. 

— No te creas lo mejor del mundo, no me interesa ver tu feo cuerpo. 

— ¿En serio? 

Se me acerca y me le muevo rápidamente quedando detrás de él. Bastian se da la vuelta y comienza a caminar hacia mí y yo a retroceder, porque si corro hacia la puerta me puede atrapar. 

— Deja de molestar y dame mi auricular. 

— Audrey, a veces eres un bicho raro. 

— No estoy para tu jue... —he chocado con el borde de la cama y he caído. 

Bastian se abalanza sobre mí como leopardo cuando va a devorar una gacela. Su mirada se encuentra con la mía y me da esa sonrisa que odio. 

— No estoy jugando Audrey —se comienza acerca a mi rostro. 

Mi corazón está latiendo muy rápido por mi odioso vecino. 

— Bastian.


¿Qué pasará? 

¿Qué creen que pase con Stacy y Bastian?

¿Qué piensan de Amira? 

~cerezos ★




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