Mis paredes vaginales se contrae y exploto del placer, y por más que Bastian cubrió se ha escuchado.
—Espérame —tengo miedo, pero Bastian sigue—. Escuche algo raro —Bastian se corre dentro de mí cayendo rendido a mi lado.
—Audrey —mi alma deja mi cuerpo y huye de la habitación.
—Finge que hablas dormida —recomienda en mi oído.
—Audrey...
Inhalo—. ¡No, no moleste Noah! —mi voz suena cansada porque estoy cansada—. No, no me quites pastel, es mío —Bastian está que se ríe por lo bajo—. Eres un tragón, Noah —Bastian comienza a jugar con mi seno.
—Audrey está hablando dormida —ríe—. Hablamos después... Dile a mi hijo que lo amo, y cuídate mucho... Chao —escucho los pasos alejarse poco a poco.
Mi alma traicionera volvió a mi cuerpo. Bastian me jala y me pega a su cuerpo.
—Tenemos que volver a repetirlo —lo abrazo cansada, pero satisfecha.
—Casi nos descubre —susurro sobre su pecho.
—Pero no lo hicieron.
—Contigo he hecho cosas que ni soñando haría, pero me gusta sentir la adrenalina y sobre todo amo que estar en tus brazos.
—Amo hacerte mía —me da un beso en mi cabeza—. Descasa diez minutos, tenemos que seguir disfrutando —sonrío.
—Cinco minutos.
—Estoy creando a mini monstruo sexual —se ríe bajito.
—Tonto —me dejó envolver de ese bonito sentimiento que nos embarga.
[***]
La alarma del celular suena y la apago porque tengo mucho sueño. Me remuevo, pero estoy encerrada en los brazos de mi chico.
—Bastian —ya sé para qué puse la alarma—, amor.
—Uhm —me abraza más.
—Ya tienes que irte, mamá te puede ver... Recuerda que ella no va a trabajar.
—Cierto —sus brazos dejan de rodar mi cintura y sus manos se van a feminidad—. No vamos a poder estar junto hasta en la noche, así que necesito mi soporte del día.
—Me estás explotando, pero no importa —se me escapa un gemido al sentir sus dedos jugando con mi clítoris.
—Buenos días, amor —que comience el vaivén de sensaciones.
[***]
Cortamos el beso y saboreo mis labios.
—Más tarde te mando la pastilla con Ethan.
—Estaré atenta —me da un beso sobre mis labios.
—Te amo.
—También te amo —me da un beso en la frente y se va.
Cierro la puerta y me doy la vuelta. Bostezo porque no dormí mis horas necesarias, pero si disfrute de más.
—Ustedes son unos arriesgados —me sobresalto al ver a mi hermana.
—Ami...
—Mejor vivan juntos —aconseja.
—Somos muy jóvenes.
—No lo creo —me mira de pie a cabezas—. Audrey, ten mucho cuidado, no quiero una noche escuchar gritos de mamá despertando a todos los vecinos, ya tengo con tus gemidos —mi cara arde.
—¿Se escucha?
—De vez en cuando... La cama chocando contra la pared se escucha mucho... Soluciona ese problema —asiento apenada.
—¿Qué haces despierta tan temprano?
—No dormir porque si tú y Bastian no temían por mamá, yo sí. Me quedé despierta por si acaso ella se fuera despertar y así poder ayudarte —mi hermanita es un amor—. Inclusive ya iba a ir a despertarte, pero como la pared sonaba supuse que estabas despierta.
—Sí.
—Vamos a dormir, tengo mucho sueño —camina como momia hacia la parte de arriba y la sigo.
En este día casi no voy a estar con Bastian, ya que mamá va a estar todo el día en casa y los vecinos también. Y si voy a la casa del al lado, sus padres van a sospechar el que no encerramos en la habitación sabiendo que no podíamos estar juntos sin pelear.
Ingreso a mi habitación directo a mi cama y tiro en ella cerrando mis ojos y sonrío como boba al oler el aroma de Bastian impregnado en mi lugar favorito.
—Te adoro, Bastian.
BASTIAN.
Ingreso a casa caminando despacio. Aunque, si mis padres me descubren, solo puedo decir que salí a hacer ejercicios.
—¡A su puta madre! ¿Qué haces aquí? —pregunta asustado.
—Vivo aquí pendejo.
—Sí lo sé. Lo que quiero decir es que haces tan temprano despierto... —me mira de pie a cabeza— Eres un maldito... ¿No te dio miedo?
—No te interesa.
—Definitivamente, cuando sea grande, quiero ser como tú.
—Anda duerme, Ethan.
—Te admiro hermano... Que bueno que sigas con vida —se va muy sonriente.
Fue peligroso lo que hice, pero valió cada segundo de temor al ser descubierto.
Parece un sueño todo lo que he hecho con Audrey, pensé que nunca sería mía, creía que nunca más iba a besar sus labios, ya que la oportunidad que tuve la arruine vomitándome en su boca.
Ahora yo disfruto de ella y Audrey disfruta de mí. Nos completamos tanto en la cama, como en lo sentimental. Amo a Audrey, y voy a cuidar bien de nuestra relación, porque a la única mujer que yo amo y la quiero siempre a mi lado es a Audrey.
NARRADOR.
La visitas nocturna de Bastian era muy continuas que ya sabía todas las mañas para que la mamá de Audrey ni se diera cuenta.
Con el pasar de los días quisiera sentir más adrenalina y Audrey se escapaba de su casa para pasar la noche en la casa de sus vecinos. Ella se sentía más segura yendo a la casa de los padres de Bastian que en la casa de su madre.
Escapada tras escapada, placer en casa, en la preparatoria, en cualquier lugar donde pudieran hacer el amor. Ellos, juntos a Stacy y Braulio, no respetaban lugar.
El cumpleaños número 18 de Bastian llegó y su padre había dado el consentimiento de hacer una fiesta en su casa, y ellos se irían a visitar a Naín.
Para suerte de Audrey, su madre se iría a visitar a sus nuevos suegros, por lo que iba a quedarse con Bastian toda la noche.
Ethan estaba ayudando con el resto en arreglar la casa y las habitaciones de visitas que no se usaban. Sabía lo que iba a pasar y esas dos habitaciones serian testigo de muchas cosas.
La noche llegó y los invitados también. Todo el salón de clases estaban invitados menos uno: Stefan.
AUDREY.
—Te ves divina Amira —manifiesta Stacy.
Hicimos que Amira se pusiera un vestido y se maquillara un poco.
—Esto parece una segunda piel —se queja.
Amira tiene un cuerpo divino y con ese vestido se le nota más. Esta noche los chicos no le quitarán los ojos de encima.
—No seas escandalosa... Esta noche debemos estar guapas, tenemos que ser la que más deslumbre en la fiesta.
Rueda los ojos mientras nosotros reímos. Me termino de arreglar y nos vamos a la fiesta. Al llegar, Bastian está junto a Braulio y Ethan.
Nos acercamos a ellos. Bastian no me deja de mirar y Braulio no deja de mira a Stacy y Ethan solo nos sonríe amigable como siempre.
—Te ves hermosa —me dice, ya que no podemos besarnos, no por ahora.
—Como siempre divina —le dice Braulio a mi amiga y la pega a su cuerpo—. Vamos a la habitación.
—Pero recién llego.
—Eso es lo de menos —Braulio toma a Stacy entre sus brazos y se la lleva —Bastian mira a Ethan.
—Ni creas que voy a tomar tu lugar como cumpleañero, yo también voy a disfrutar —declara Ethan marchándose a un grupo de chicas.
—Oye... —sonrío porque Ethan ignoró a Bastian.
Miro a Amira y su mirada es afligida. Me acerco a ella.
—¿Por qué esa carita?
—¿Puedo beber?
—No...
—Nunca te digo nada, esta noche haré lo que se me da la gana —solo pestañeo sin poder decir nada.
Amira se acerca a la mesa donde están las bebidas y agarra una y se la toma como si fuera agua.
—¿Qué le pasa?
—No lo sé.
—Vamos a bailar —toma mi mano.
—Vamos.
No unimos al resto de mis compañeros que bailar muy exóticamente (le restriega su nalga en todo su miembro y los otros bien excitados). Suena una música y Bastian me pega a su cuerpo.
—Escucha la música, te la dedico.
Que bellos son tus ojos
Que hasta de robármelos me antojo
Déjame inhalar tu piel
Soy adicto al sabor de tu miel.
Muerdo mis labios y comienzo a mover lentamente mi cuerpo (no sé bailar bien). Bastian pone su mano en mi cintura y me pega más y mi cuerpo comienza a coger vida al ver como mueve su cuerpo tan sensual.
Déjate llevar
Sé que tú también quieres
Que por tocarme te mueres.
Los ojos de Bastian me mira con tanto deseo que me rompe por completo.
Déjate llevar
Sé que tú también quieres
Que por tocarme te mueres.
Me doy la vuelta y mis nalgas queda cerca de su miembro y veo a mis compañeras mover sus caderas y recuerdo el movimiento de mi cadera cuando hacemos el amor y lo hago sobre su parte sensible.
¿Como no volverme loco?
Si me siento en las nubes cuando yo te toco
Cuando te enciendo tú apagas el foco
Me coges el timón y te vuelves piloto.
Agarra mi cadera y la aprieta —. Quiero hacerte el amor aquí —me dice, pero yo solo sigo moviendo mi cadera.
Estás tan buena que estoy que te embrujo
Te juro de perderte, no me doy el lujo
Porque lo tuyo es mío y lo mío es tuyo
No perdamos el tiempo y vamo' a lo seguro.
Le restriego mis nalgas y él no se queda atrás y me restriega su miembro duro y eso me excita mucho.
Báilame despacio bebé
A mí me mata tu sensualidad
Solo de ti yo quiero más y más
Muevo mi cadera en círculo—. ¡¡Joder Audrey!! Te juro que te voy a hacer el amor aquí —me vuelve a decir al oído.
Báilame despacio bebé
A mí me mata tu sensualidad
Solo de ti yo quiero más y más
Comenzamos a simular el acto sexual sin importarnos que estamos enfrente de mis compañeros. Bastian me da estocada por atrás, pero con ropa.
Que bellos son tus ojos
Que hasta de robármelos me antojo
Déjame inhalar tu piel
Soy adicto al sabor de tu miel
Mi parte íntima está muy húmeda. Estoy deseosa de que me haga un baile para mi sólita y sin ropa.
Déjate llevar
Sé que tú también quieres
Que por tocarme te mueres
Bastian muerdo el lóbulo de mi oreja y muerdo mis labios porque ya no resisto.
Déjate llevar
Sé que tú también quieres
Que por tocarme te mueres.
Obvio que me muero por tocarlo. La música acaba y dejo de mover mi cuerpo lleno de calor. Esos ojos de Bastian me desnuda y ese bulto en el pantalón me mata.
Bastian agarra mi mano y me camina a pasos rápidos. Ansiosa le sigo el ritmo de su paso hasta llegar a su habitación. Cierra la puerta con seguro.
—Quiero que me bailes.
—¿Con ropa o sin ropa?
—Sin ropa —comienzo a desnudarme y él también.
Quería que él me bailará, pero después lo hago que bailar para mí. Por ahora lo voy a complacer en lo que me pida, porque es su cumpleaños.
Bastian se sienta en la cama completamente desnudo, se recuesta en el respaldo mientras acaricia su miembro y me mira. Quito mi brasier y lo tiro a un lado. Camino hacia él y me siento a horcajadas.
—Hay algo que quieras de regalo —mueve mi cadera sobre su miembro haciéndole sentir lo húmeda que me tiene.
—Cuidado con tus palabras —advierte.
—Pídeme lo que quieras —me muevo más rápido.
—Quiero tres cosas —jadeo.
—¿Cuáles?
—Una noche entera de sexo hasta que yo ya no puedas más.
—Vamos a dar inicio esa noche.
—Quiero que cumplas una de las tanta fantasía que tengo contigo.
—Ya he cumplido algunas, así que esta no será la excepción. ¿Cuál es tu fantasía?
—Recrear una escena porno —esta noche me va a sacar el aire.
—Está bien. ¿Y lo último?
—Eso te lo digo después.
Agarra mi cadera—. Me vuelves loco.
—Tú me enloquecen más —agarro su miembro y me lo meto yo misma.
—Pensé que me seguirías bailando.
—Te bailo después —rodeo su cuello y comienzo a mover mi cadera de arriba hacia abajo—. Tenemos toda la noche, Bastian —susurro sobre sus labios y él gruñe a mover mi cadera el círculo.
—Toda la noche —me besa y me tira en la cama dándome estocada duras y rápidas.
Y esto es solo el inicio.
NARRADOR.
La fiesta se disfrutaba sin el cumpleañero. Las habitaciones de invitada eran usadas a cada momento. El trago se acaba y sacaban más. La música era fuerte y todos gritaban, mientras bailaban.
Una borracha y otro borracho se chocaron y en vez de pelear se besaron.
Las habitaciones estaban ocupadas, esa casa dejó de ser casa para convertirse en motel.
AUDREY.
—Audrey —escucho la voz de Amira—. Audrey —me remuevo y abro mis ojos de un solo al sentir el dolor en mi trasero... El tercer deseo de Bastian era darme por el chiquito y pues Audrey golosa y excitada, acepto y fue doloroso, muy doloroso, pero se sintió rico. Sin embargo, ahora duele mucho.
—Audrey —miro a mi hermana saliendo del trauma del chiquito. Stacy tenía razón, eso duele.
Stacy los hizo con Braulio y no podía caminar y creo que yo tampoco podré. Debí seguir su consejo: "no le des el chiquito a Bastian".
—Dime —miro a Bastian y gracias a dios tienes sus partes cubiertas.
—No puedo decirte aquí, sal un momento —habla muy bajo. Veo su cabello todo alborotado y si cuello lleno de chupetones.
Abro mis ojos de más y me levanto de un solo, y a la vez me aguanto el dolor atrás.
—¿Acaso? —pregunto asustada.
—Bastian se puede despertarse —Bastian se remueve.
—Amira...
—Te espero afuera —ella sale rápido de la habitación.
Con dolor me pongo de pie y agarro la camisa de Bastian y me la pongo. Doy un paso y me duele hasta la vida, pero sigo caminando.
Salgo de la habitación y Amira no deja de dar vuelta asustada, nerviosa y yo también los estoy.
—Amira, dime que no es lo que estoy pensando.
—Tuve sexo y no recuerdo absolutamente nada. La cabeza no deja de latirme y dolerme, pero no recuerdo nada... Tome demasiado, Audrey —mis ojos se humedecen.
—Perdóname, yo debí cuidarte... —mi corazón duele—. Amira, hay que llamar a mamá, alguien abusó de ti. Se aprovechó de que no estaba en tu cinco sentidos.
—Audrey, tuve sexo con Ethan.
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Editado: 12.07.2022