—Naín.
—¡¡Dios!! —se da la vuelta con Ian en brazos—. Acomódense —pide.
Me separo de Bastian y lo primero que hago es agarrar mi braga y ponérmela, seguido arreglo mi blusa y Bastian solo mete a su amigo en el pantalón.
—¿Qué haces aquí Naín? —pregunta mi novio.
—Estoy de vacaciones y mamá me pidió que viniera a cuidar a Ethan, ya que tú le dejas hacer lo que se le da la gana —replica.
—Exageran, ya está grande. Ya puedes darte la vuelta —nos mira. Su cara está roja y la mía debe de estar más.
—Audrey, ve a tu casa —ordena con seriedad.
Naín ha cambiado mucho desde que se convirtió en madre, ella era muy amigable y divertida, pero desde el embarazo se volvió sería y reservada.
—Sí —miro a Bastian y él únicamente asiente. Me acerco a mis cuadernos y los cojos, yéndome como alma que lleva el diablo.
Espero y esto no traiga problemas a mi noviazgo.
BASTIAN.
—¡¡¿En qué estabas pensando?!! ¿Cómo se te ocurre meterte con Audrey? —pregunta preocupada.
—Ella es mi novia.
—Se odiaban a muerte y ahora aprovechan que los dejan solos para andar haciendo cosas que todavía no pueden hacer —argumenta.
—Habló —digo con ironía.
—Bastian, eres muy joven. Sé que está en la edad de disfrutar, pero has pensado en las posibilidades de dejarla embarazada por andar de calenturientos.
—Si la dejo embarazada, yo me haré responsable, ¿ya?. No hagas una guerra donde no la hay.
—Nada más tienes 18 años, eres un inmaduro.
—¿"Inmaduro"? —me rio porque mi hermana está hablando estupideces.
—Un bebé no es un juego.
—Si algún día Audrey sale embarazada, yo me haré responsable. A diferencia del tipejo que te dejó con el encargo, yo responderé si hay un embarazo. Así que no te metas en mi vida Naín —exijo.
—Me meto porque quiero lo mejor para ti. Seguro su noviazgo es a escondidas, porque la vecina no le gusta que sus hijas tenga novia antes de los dieciocho.
—Sí, es a escondida, ¿va a decirles?
—Si me sigues desafiando, sí. Además, debes respetar la casa de nuestros padres —está insoportable.
—No te metas, porque no tienes la moral para decirme que hacer. Te recuerdo que saliste embarazada a los 17 años, así que cuida a tu hijo, y no jodas en mi vida —se me acerca y me da una cachetada.
—Bájala dos rayas a tu coraje. Soy tu hermana mayor, mi deber es corregirte por tu bien, por ende me meto —alega.
—Serás mi hermana mayor, pero lo que no te permito es que te metas en mi vida y menos si se trata de Audrey —me voy cabreado a mi habitación.
—¡¡Bas!! ¡¡Bastian!! —ingreso a la habitación y cierro la puerta con seguro.
Naín ya no es como antes. Aquella hermana consentidora, amorosa y comprensiva nos ama, pero cambio demasiado. Aunque sea mi hermana, no dejaré que me meta en mi relación; yo amo a Audrey.
Entra una llamada de Audrey y contesto —. Dime amor.
—¿Qué pasó?
—Discutimos, pero no te preocupes... Voy a ir a tu casa.
—Claro.
Me doy una ducha rápida, me visto y salgo de la habitación. Esta noche dormiré donde con Audrey, ya que hoy nos tocaba dormir en mi cama. No obstante, no quiero discutir con Naín. Llevo el uniforme de educación física, el uniforme del equipo de baloncesto (me toca entrenamiento) zapatos, ropa interior, laptop (tengo que terminar la diapositiva de filosofía), lo cuadramos que necesito y celular. Cierro la mochila y salgo de la habitación hasta la sala por los cuadernos de química.
Llego hasta la sala, agarro los cuadernos y me voy, pero Naín se pone al frente, ruedo los ojos en intento irme por la puerta trasera.
—Bastian, discúlpame por la cachetada, yo solo quiero tu bien. Lo mejor es que termine con ella.
—¿Por qué? —mueve sus manos nerviosas, es una manía que ha tenido toda la vida.
—Porque no, la vecina no deja que ellas tengan novios.
—Falta poco para que cumpla 18 años, y ella me conoce de toda la vida; no hay problema.
—Bastian...
—He amado a Audrey desde siempre, y papá sabe de mi relación con ella y me apoya. Porque tú no quieras, no la voy a dejar, ¿no sé por qué te pones en contra, Naín?
La dejo en media sala y me marcho a la casa de Audrey, ella me hará sentir mejor. No sé qué bicho le ha picado a Naín para que se porte así.
AUDREY.
Tocan el timbre y abro, Bastian entra y lo abrazo porque mi corazón me impulsa a hacerlo.
—¿Estás bien? —su rostro está contraído
—No quiere que esté contigo, y no le pienso hacer caso, yo te amo Audrey.
—Yo también... No pienses en Naín, ella debe estar portándose así por lo que le pasó, debe ser difícil para ella superar eso.
—Porque a ella no le fue bien, no debe meterse en la relación de otros. Aunque sea su hermano. Mi amor, no quiero hablar de ella, mejor vamos a hacer algo para olvidarme de lo ocurrido —sugiere.
—Vamos a terminar de hacer los deberes.
—Sí.
Entrelazamos nuestras manos y subimos a nuestra habitación. Entretenernos un rato nos hará bien.
NAÍN.
Jamás le he pegado a Bastian, y él tiene razón, pero es que si se enteran sobre mi secreto ellos van a sufrir. No es cualquier cosa lo que he callado, es algo muy grave, y no verán bien lo que hice. No quiero que ellos sufran por mi culpa, porque la única culpable de todo fui yo.
Tomo a Ian entre mis brazos y le doy un beso en la cabeza. Solo pido que no se parezca a él cuando crezca. Heredó su cabello rubio, pero no quiero que herede nada más, papá y mamá se van a decepcionar más y no me lo van a perdonar y que decir de él y su familia.
NARRADOR.
Mientras Bastian y Audrey estaban viendo una serie. Naín estaba mal, pues la culpa la estaba invadiendo. Por otro lado, Amira se bajó del autobús y Ethan también, ya que Bastian no contestaba el celular y no fue por él a la preparatoria.
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Editado: 12.07.2022