Mi Odioso Vecino [ Vecinos #1]

Capitulo 33.

Meses después.

AUDREY.

¿Qué puedo decir?... Mi relación va de lo mejor, cero problemas, mucho apoyo.

Al día siguiente de regresar a casa me tocó ir a la preparatoria y como el chisme se regó rápido, Bastian y yo fuimos el centro de atención, hasta los profesores nos miraba raros. En fin, nos hicieron un cerro de preguntas que solo respondimos las menos relevantes.

Stefan..., ese nos miraba con los ojos brotados y con coraje, pues su tonto juego de separarnos no le funcionó, en cambio, nos unió más y mejoró la relación con mamá y ahora gozamos de apoyo por parte de ella. En conclusión: no quiero hablar de él.

Nain, ella tuvo que irse porque sus estudios comenzaron, pero regresará pronto porque sus vacaciones se acercan nuevamente.

Mamá y su novio van para algo serio, porque ya ha venido a dormir a casa varias veces, ¿quién soy yo para juzgar? Además, es su casa.

¿Qué más puedo decir? Ya me acordé. Hablé con mamá y con su ayuda me pude poner el implante anticonceptivo, y ya puedo estar con Bastian si utilizar el espantoso condón.

Amira, pues..., ya tiene novio, e incluso se lo trajo a presentar a mamá, lo peor es que ese día Ethan estaba aquí y lo más triste que al ni siquiera le importó, más bien, le valía un cacahuate.

Flashback.

—¿Cómo pueden ser tan caramelosos? —pregunto Ethan ante nuestra muestra de amor.

—No seas envidioso —le  molestó Bastian.

—¡Por Dios! Yo soy de todo, menos cursi, la cursilería no es lo mío —nos reímos. No sé cómo es que se inspira para componer.

—Cuando te enamores Ethan, vas a ser muy cursi —aseguró mamá dejando los bocadillos en la mesa.

—Mi suegra tiene razón —Bastian ya le andaba diciendo a toda boca "suegra" a mamá.

—Los años no pasan por gusto —tocan el timbre—. Bastian, ¿puedes ir a abrir, por favor?

—Sí, suegra —me dio una sonrisota y fue a abrir la puerta. Estaba segura de que era Amira, ya que le había pedido permiso a mamá para salir.

Bastian fue el primero al aparecer y enseguida me contó el chisme de que Amira vino con su amigo.

—Buenas tardes —saludó Rogelio, que venía tomado de la mano con Amira.

—Buenas tardes —mama miró su mano.

Vi a Amira que estaba mirando a Ethan, pero él en su mundo (el celular). Sus ojos se vieron triste por un par de segundo, pero después le sonrío a Rogelio.

—Mamá, yo quiero presentarte a mi novio, se llama Rogelio —juro que mi boca se abrió espantoso. Es que nunca me esperé eso porque yo sabía que Amira seguía sintiendo cosas por Ethan, que ni siquiera le interesó la confesión de Amira.

—¿Tu novio? —falta unos meses para que cumpla 16 años.

—Sí. No quiero secretos contigo, por eso te lo traje a presentar —mamá sonrió, y es obvio porque yo lo hice todo a lo escondido, pero bueno, eso sirvió para que mamá cambiará su forma de ser.

Mamá se pone de pie y se acerca a Rogelio, estiro la mano y él la estrechó.

—Un gusto conocerte, Rogelio.

—El gusto es mío, señora.

Para ser sincera, Rogelio es muy atento con Amira y siempre la mira todo enamorado, mientras Ethan ni ve que existe. ¿Qué se puede hacer? Absolutamente nada. Como dice por ahí: "no hay más ciego que el que no quiere ver". Mi hermana es preciosa, pero ante los ojos de Ethan no es así.

Después de todo ese merequetengue hablé con Amira y ella solo me dijo: "estoy enamorada de Rogelio". Y es verdad, puede estar enamorado de Rogelio, pero no lo ama. A ya ella, yo di mi consejo (mi ejemplo con Stefan) y respeto las decisiones que ella tome, así como respeto la mía. Y así, desde ese día Amira y su novio tiene una relación bonita y al igual que a mí, tiene el apoyo de mamá.

Fin de flashback.

—Audrey, apura hija, comes muy lento y tengo que lavar los platos —salgo de mis pensamientos.

—Es que no me entra mucha comida en la boca —no miento.

—Entonces lavarás los platos —recoge su plato—. Buen provecho.

—Gracias —digo al mismo tiempo que Bastian. Mamá solamente sonríe y se va a la cocina.

—Oye, ¿cómo que no entra mucha comida en la boca?

—Es que no me entra —se me acerca a mi oído.

—¿Y como otra cosa si te entra y te lo meres hasta al fondo? —boto lo que tengo en la boca y le doy un codazo.

—Yo que voy a saber —se ríe mientras se soba su costilla.

—No te enojes, amor —ruedo mis ojos y sigo comiendo mientras Bastian me mira  goloso.

—Lavas los platos, Audrey —ordena, pero yo no voy a lavar, tengo pereza.

—Bastian se ofreció a hacerlo —intenta hablar, pero con mi dedo índice hago que guarde silencio.

—Bastian, no deberías llevarle tanto capricho, déjala que aprendas a hacer las cosas —dice saliendo de la cocina y dirigiéndose a su habitación.

—Tiene razón, suegra —le doy una mirada asesina—. Escuchaste a mi suegra.

—Bien, yo lavaré los platos... Presiento que me va a doler la cabeza por una semana, eso es lamen...

—Yo los lavo, tú sigue comiendo tranquila, mi amor —amo hacer eso.

Sigo comiendo tranquila hasta terminarme todo. Seguido sale mamá bien elegante.

—Me voy, tengo cosas que hacer —se despide de nosotros.

—Chao —decimos los dos.

Mamá se va rápido dejándonos completamente solos, ya que Amira salió a pasear con Rogelio. Agarro el jugo y lentamente me lo bebo.

Cierro los ojos al sentir las manos de Bastian en mis piernas, sigo tomando mi jugo y él comienza a besar mi cuello.

—Tenemos la casa sola —dejo el jugo a un lado.

—Hay que respetar la casa de mamá —alego con una voz muy dudosa. Ya ando bien excitada.

—Solamente será esta vez, con una vez que lo hagamos aquí no pasa nada —¡Ay, Dios! No puedo negarme.

—Nada más una vez —me coge como saco de papá y a pasos rápido se dirige a mi habitación. Qué mamá nos haya dejado solo fue un rico error.

NARRADOR.

Una semana después.




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