Mi odisea en un mundo virtual

Capitulo 6 : yo quiero un héroe

En la habitación de Mayuri se encontraba sentada en una silla frente a un espejo con su cabello suelto sobre su espalda mientras que Sara se lo cepillaba con delicadeza, a pesar de que ese momento siempre relajaba a la princesa en esta ocasión no parecía relajada lo que alerto a su guardia.

Por la cabeza de la joven súcubo pasaron los recuerdos de más de veinte grupos diferentes en los que se había infiltrado, todas esas personas la aceptaron en sus respectivos equipos ofreciéndole amor y protección, pero ella siempre los traicionaba dándoselos como bocadillos a su madre.

—No importa cuanto intente contentar a mi madre, nunca me a expresado ninguna pisca de amor... en cambio todas las personas que eh traicionado siempre me trataron como una familia—reflexiona Mayuri—¿realmente valió la pena traicionarlos a cambió de nada?, yo ya no se que pensar.

—Señorita Mayuri, ¿pasa algo?—pregunto Sara sin detenerse—¿hay algo que la este incomodando en estos momentos?.

—La verdad es que si Sara, pero quiero que me respondas una pregunta con total sinceridad, ¿crees que mi madre en algún momento pueda llegar a amarme como su hija?—hablo Mayuri confundida, entonces Sara se detuvo por unos momentos antes de continuar.

—Si tengo que dar mi opinión es que no importa lo que usted haga o lo que sacrifique con tal de ganarse el amor de su madre, si su madre no te quiso de pequeña nada hará que te ame ahora que eres una adolescente, estoy segura que ella no te ve más que como un peón desechable y sin valor sentimental—dijo Sara con franqueza.

Esas palabras duras pero sinceras hicieron recordar a Mayuri como desde pequeña intento ganarse su amor de diferentes maneras desde un collar de flores hecho con sus manos limpias y con intenciones inocentes, hasta sacrificios con sus manos ahora manchadas con sangre de inocentes, esto hizo que Mayuri comenzara a llorar.

—Princesa Mayuri—pronuncio Sara preocupada soltando el cepillo para abrazarla—le ruego me disculpe, no debí ser tan franca con usted... después de todo solo es una niña que quiere que su madre la quiera.

—¿Sirvió de algo pasar veinte años traicionando a diferentes grupos para darle de comer a mi madre?, ¿valió la pena sufrir todas las noches pesadillas donde veo las caras de todos los que murieron por mi culpa?—Mayuri alza la cabeza ligeramente—¿de que sirvió tanto esfuerzo y sufrimiento Sara?.

—No sirvió de nada princesa Mayuri, estuviste todo este tiempo queriendo el amor de una persona que solo te estaba usando—respondió Sara sobándole la cabeza para que pudiera desahogarse.

—Mis manos están manchadas de sangre de inocentes, aunque me liberara de mi madre no podría hacer nada para redimirme por mis pecados—expreso Mayuri con tristeza—los últimos compañeros a los que traicione ahora deben estar muertos.

—Aún existe esperanza de redención para ti princesa Mayuri, se que no debería decirte esto pero tu madre no a devorado a Rea ni a Rainer ya que se las comera cuando despierte de su sueño reparador, ellas dos están en el área de los prisioneros—dijo Sara soltándola para mirarla a los ojos—todavía puedes hacer lo correcto y salvarlas a ellas dos para quitarte al menos un poco de peso de encima.

—¿Hacer lo correcto?, ¿acaso estas insinuando que traicione a mi madre?—pregunto Mayuri con miedo.

—Comprendo que en el fondo a pesar de todo le sigas guardando cariño a tu madre, pero si te quedas aquí lo más probable es que ella acabe contigo cuando despierte, por eso la única opción que tienes es escapar—hablo Sara sujetándola del hombro—huir lejos a un lugar donde tu madre no pueda encontrarte, si estas dispuesta a escapar con gusto escapare contigo para protegerte.

—Pero si haces eso también te querrá matar a ti—dijo Mayuri preocupada.

—Desde que fui secuestrada de mi aldea siendo forzada a unirme a las tropas de su madre le jure lealtad aunque mi corazón no quería seguirla, pero cuando la conocí a usted siendo aun una niña necesitada de afecto materno me jure a mi misma con el corazón criarla y protegerla sin importar que pasara—respondió Sara sincerándose—por eso mi espada esta para proteger y seguirla solo a usted aunque eso signifique una muerte segura.

—Realmente eres una caballera muy leal Sara, si no fuera por ti sentiría que realmente estoy sola en este lugar que llamo hogar, eres la única que me mostro su apoyo y lealtad desde que era una niña—dice Mayuri cuando la elfa le seco las lagrimas—por eso siempre te estaré agradecida Sara.

—Aunque no soy nadie para darle ordenes le suplico que haga lo correcto por su propio bien, solo así podrá encontrar la paz y la verdadera felicidad que tanto necesita—suplico Sara arrodillada.

—Yo quiero seguir creyendo en mi madre... pero mi corazón esta cansado de esperar una muestra de afecto, así que por primera vez en mi vida pensare en mi misma de manera egoista y tomare tu palabra Sara, escapemos lejos de este infierno—hablo Mayuri con firmeza.

—Estuve esperando siglos a que dijera esas palabras señorita Mayuri, con gusto la escoltare hasta el reino Windhelm que es el lugar más seguro para nosotras dos—hablo Sara con seriedad.

—Sin embargo no quiero huir sola, quiero llevarme a Rea y a Rainer conmigo, yo las metí a ambas a este infierno a morir pero seré yo misma quien les devuelva su libertad—dijo Mayuri lo que enorgulleció a Sara.

—Como usted ordene princesa Mayuri, si usted desea eso de corazón no tengo ningún motivo para oponerme—hablo Sara levantándose del suelo.

—Gracias Sara, dime una cosa la legión esta buscando una manera de destruir la barrera que creo mi mamá con un artefacto ¿verdad?—pregunto Mayuri con malicia.

—Así es señorita Mayuri—respondió Sara—aunque aún no saben como hacerlo.

—Entonces, ¿Qué te parece si antes de irnos les dejamos la puerta abierta?—pregunto Mayuri con malicia.

Una hora antes de la actualidad dentro de una gigantesca habitación se pudo ver a una mujer gigante que parecía tener treinta y cinco años estando en un perfecto estado físico, esta tenía un cuerno saliendo de cada lado de su cabeza, cabello negro, sus ojos eran amarillos, media fácilmente diez metros de altura, sus uñas eran moradas, pechos talla D, llevaba puesto una pechera, guanteletes que no cubrían las yemas de sus dedos y botas de obsidiana, debajo de la armadura usaba un vestido de color morado con adornos de color rojo, el cual tenía un agujero por el que pasara su cola de súcubo la cual estaba envuelta en obsidiana, la punta tenía la forma de un hacha de doble filo.




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