Mi odisea en un mundo virtual (remake)

Capítulo 7: Una batalla por la supervivencia

 

En el campo de batalla dentro del castillo de la reina súcubo, Mayuri volaba con sus alas extendidas, acercándose al cuerpo de Nemesis, pero el coloso brilló con un resplandor blanco y, en un parpadeo, se puso en guardia, propinándole un potente golpe con su espada que la enterró en el suelo.

 

Por otro lado, Rea volaba sosteniendo a Macross por las manos y lo lanzaba hacia el coloso. El caballero murmuró "vida sacrificada", provocando que el filo de su espada brillara en un dorado resplandor con el que golpeó el pecho del coloso, empujándolo hacia atrás antes de recibir un contraataque con un gancho alto que lo lanzó al aire.

 

Aprovechando su guardia baja, Rea se lanzó en picada, esquivando la espada del coloso, y gritó "dagas ígneas", encendiendo sus armas en fuego con las que atacó fuertemente al coloso antes de ser derribada por un simple manotazo, mientras el coloso soltaba una risa al ver a sus tres oponentes caer.

 

La princesa súcubo saltó fuera del lugar en el que estaba enterrada. Al ver que estaba en un punto ciego del coloso, murmuró, "Magia de tierra, escucha mi llamado, ¡gran erupción!" Ella juntó ambas manos antes de golpear el suelo, creando una gran fisura que hizo tambalear al coloso. De la fisura emergió una gran erupción de magma que impactó al enemigo, pero en lugar de dañarlo, su cuerpo lo absorbió. Luego, estiró uno de sus brazos, expulsando el magma hacia Rea y Macross, que apenas lograron esquivarlo.

 

El coloso entonces levantó una de sus piernas con intención de pisar a Mayuri, quien logró esquivar el ataque, pero el impacto fue tan fuerte que generó una onda de viento que la desestabilizó, haciéndola rodar por el suelo.

 

—¡No lo ataquen con magia! —exclamó Mayuri, tirada en el suelo—. ¡Es capaz de absorber la magia y redirigirla!

 

—Qué cruel eres, Mayuri, como siempre arruinando las sorpresas con tus chismes —comentó el coloso, claramente enojado.

 

—Sin magia, ¿eh? Este combate será realmente complicado —dijo Macross con entusiasmo—, y muy interesante.

 

—No es momento para emocionarte, Macross —regañó Rea.

 

—Distráelo por un momento, quiero usar una de mis cartas más fuertes, pero necesitaré unos segundos para activarla —comentó Macross, mientras un brillo morado comenzaba a envolver sus brazos.

 

—¿Crees que con eso podremos ganar? —cuestionó Rea, mientras Mayuri esquivaba los ataques del coloso.

 

—Con esa habilidad podré cortar su cuerpo blindado de un solo tajo —respondió Macross, mientras el brillo también envolvía su espada.

 

—¡Tienes un minuto! —gritó Rea antes de salir volando para apoyar a Mayuri.

 

—¡Metamorfosis demoniaca! —exclamó Macross seriamente.

 

Los brazos del caballero se envolvieron en guanteletes morados y su espada se transformó en una katana demoniaca. Venas moradas comenzaron a aparecer en su cuerpo, y sus ojos se volvieron completamente rojos al finalizar su transformación.

 

Tanto Mayuri como Rea volaban alrededor del coloso para distraerlo, mientras los brazos del mismo brillaban en un color amarillo, lanzando poderosas ondas de choque que alejaron a ambas guerreras como si fueran simples moscas. En ese momento, Macross saltó hacia la espalda del coloso.

 

—¡Nueve espadas del inframundo! ¡Corte vacío! —gritó Macross, sosteniendo su katana con ambas manos.

 

El caballero aterrizó en el cuello del coloso, generando ocho espadas de diferentes tipos a su alrededor. Las nueve armas se volvieron parcialmente transparentes y atravesaron el cuello del coloso, pero esto no pareció dañarlo en absoluto.

 

—¿Eso es todo lo que tienes, caballero? Me dejas muy decepcionada —habló Nemesis burlonamente.

 

—¡Profanador del cielo! —murmuró Macross.

 

Entonces, los filos de las nueve armas se extendieron hacia adelante, atravesando completamente el cuello del coloso, mientras las ocho espadas generadas por la habilidad se blandían solas en diferentes direcciones, lanzando ondas de cortes capaces de atravesarlo todo, provocando una gran cortina de humo. Macross realizó este ataque y luego dio un salto para alejarse.

 

—¡Seis puertas elementales! ¡Gran impulso! —gritó Rea.

 

—¡Destructor de músculos! ¡Triple impacto! —gritó Mayuri.

 

Delante de Rea aparecieron puertas de los seis elementos básicos, las cuales atravesó a una velocidad increíble, rodeándose de un aura de cada uno de los elementos. Por su parte, los brazos de Mayuri crecieron hasta ser tan grandes y gruesos como los de un hombre completamente fornido.

 

Ambas volaron hacia el coloso, donde Rea le dio una fuerte patada elemental en su brazo derecho y Mayuri golpeó con ambos brazos el brazo izquierdo del coloso, provocando que este se viera impulsado hacia atrás, casi cayendo sobre su propia espalda, aunque logró recuperarse para no caer.

 

El coloso, que permanecía completamente intacto, alzó sus brazos brillando con una aura verde y soltó un potente ventarrón que lanzó a sus tres oponentes por los aires. Macross terminó incrustado en el suelo, regresando completamente a la normalidad, Rea quedó incrustada en una pared, haciendo que sus alas desaparecieran, y Mayuri terminó por destruir el recuadro de su madre, liberando un polvo negro.

 

—¡No! ¡Esa no! Maldición, tendré que tener más cuidado para no romper otra más —pensó Nemesis al ver caer a Mayuri al suelo—. Ya me he encargado de los más fuertes, neutralizar a Rainer no será un problema.

 

La caída de sus tres guerreros fue presenciada por Rainer, quien estaba escondida detrás del gigantesco trono. Ella quería intervenir y ayudar, pero sabía muy bien que si salía solo sería un estorbo para ellos… después de todo, Macross se lo dejó claro.




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