Mi odisea en un mundo virtual (remake)

Capítulo 8: Un Nuevo Atardecer

 

El coloso blandió su espada con la intención de aplastar el capullo negro, pero este floreció como una rosa oscura, revelando una nueva entidad que había surgido. Esta entidad, carente de emociones, detuvo la espada con una guadaña sin ningún esfuerzo, sorprendiendo a su atacante.

 

Parecía una versión sin vida de lo que alguna vez fue la aventurera Rainer. A pesar de que el coloso parecía poner todas sus fuerzas en su espada, el brazo de su oponente no temblaba ni se tensaba.

 

Mayuri y Macross eran testigos involuntarios de esto. Algo que solo ellas dos parecían notar era que Rainer estaba rodeada por un aura oscura, en la que se veían esqueletos, cuerpos y rostros de personas, demonios y seres bestia que intentaban escapar de esa oscuridad, solo para ser nuevamente tragados por ella.

 

—Mi madre me mencionó que la semilla oscura amplifica los sentimientos negativos de una persona para pudrir un alma más rápido, pero nunca me dijo hasta qué punto podría llegar a corromper a una persona—pensó Mayuri, aterrada.

 

—Debemos ayudarla lo antes posible. Cuanto más tiempo pase en esa forma, más difícil será traerla de vuelta—comentó Macross, moviéndose inquieta.

 

—Es verdad que necesitamos ayudarla, pero si intervenimos, solo seremos un estorbo o acabaremos heridos como daño colateral—suspiró Mayuri—. Lo mejor será mantenernos al margen en esta batalla. No, lo que estamos a punto de presenciar ni siquiera se le puede llamar batalla, es una masacre.

 

—¡No creas que por volverte más fuerte podrás derrotarme!—exclamó el coloso, retirando su espada—. ¡Te demostraré el poder de este cuerpo!

 

La espada del coloso brilló con un tono rojizo antes de envolverse en fuego. Arrogado, la blandió con la intención de aplastar a su oponente, pero para su sorpresa, ella lo esquivó rápidamente, moviéndose a un lado. Aunque intentó aplastarla o golpearla con su arma, su oponente solo se limitaba a esquivar sin desplegar sus alas.

 

La aventurera hizo un simple ademán con su espada, haciendo retroceder la espada gigante y al coloso, causando que perdiera el equilibrio. Luego, hizo girar su guadaña de doble filo sobre la palma de su mano, dándole la apariencia de una sierra mecánica.

 

—Sierra infernal—murmuró Rainer, lanzando la guadaña giratoria hacia su oponente que había recuperado el equilibrio.

 

—Un simple ataque como ese no dañará este cuerpo—habló el coloso confiado.

 

El coloso brilló con un tono blanco y se puso en guardia, logrando bloquear con su arma la guadaña giratoria, pero para su sorpresa, sus brazos comenzaron a retroceder ante tan pequeña arma. Esto era impensable para Nemesis; se suponía que ese cuerpo fue hecho para derrotar a la reina súcubo. Una simple humana no debería poder hacerlo retroceder.

 

Por su parte, Rainer desplegó sus alas demoniacas, totalmente oscuras. El coloso, leyendo las intenciones de su oponente, hizo brillar sus brazos de un tono plateado antes de pisar firmemente el suelo, desviando la guadaña giratoria hacia una pared, donde terminó incrustada.

 

Luego, blandió rápidamente su espada a un lado, golpeando a Rainer en el aire, quien terminó estrellándose contra una pared, levantando una nube de cenizas. Al ver esto, el coloso se sintió feliz de haber dado un golpe decisivo.

 

—¡¿Qué tal eso?! ¡Te lo dije! ¡No eres rival para mí!—gritó el coloso, orgulloso de su ataque.

 

Apenas terminó de hablar, pudo ver a Rainer completamente intacta en el hueco que formó en la pared. Ella tenía el brazo libre extendido, por lo que el coloso sujetó su arma con ambas manos mientras corría hacia ella. En menos de un segundo, perdió toda sensibilidad en su brazo izquierdo, solo para ver cómo la guadaña volvía girando a la mano de su ama, al mismo tiempo que su brazo izquierdo caía al suelo, provocando un gran estruendo.

 

—¡Maldita! ¿Cómo eres capaz de dañar la mayor arma creada por los cuatro reinos?—cuestionó el coloso, tratando de acostumbrarse a su nueva forma.

 

Se pudo ver cómo Rainer abrió la boca, como si quisiera responderle, aunque terminó cerrándola para luego agarrar sus armas con fuerza y salir volando a una gran velocidad hacia el pecho del coloso, golpeándolo con ambas armas y provocando que este retrocediera varios metros hasta detenerse.

 

La chica miró su espada antes de abrir la boca, soltando un aliento de fuego morado que envolvió su arma antes de volar hacia el coloso con la intención de clavársela en la frente. Pero él descubrió sus intenciones, así que alzó su brazo, que brilló con un tono amarillo, soltando ondas de choque que impactaron en Rainer, empujándola lejos y haciendo que perdiera su espada, que salió volando por los aires.

 

El coloso, apoyándose en su espada, volvió a levantarse. Aunque por alguna razón, a Nemesis le costaba mover el cuerpo; lo sentía más pesado y, por momentos, perdía el control, pero a pesar de eso, se negó a rendirse. No dejaría que una don nadie acabara con ella.

 

—¡Yo juro que acabaré contigo, Rainer! ¡No me importa nada! ¡Solo quiero verte muerta!—gritó el coloso, frustrado.

 

Este hizo brillar sus pies de un tono marrón antes de dar un pequeño brinco, provocando que del suelo salieran pilares puntiagudos con los cuales intentó atravesar a su enemigo. Pero ella los esquivaba volando, o directamente los cortaba con sus armas, lo que irritó a Nemesis al punto de centrarse únicamente en Rainer, sin darse cuenta de que Mayuri y Macross ya estaban libres de la parálisis.

 

—Realmente, Rainer tiene la ventaja ahora mismo—Mayuri miró al techo, sorprendida—. Ya veo, con qué eso era lo que tramaba.

 

Al mirar el techo, pudo ver que el cristal en el que estaba encerrado el cuerpo de Nemesis fue atravesado por la espada de Rainer, quien al parecer no la había perdido, sino que la había lanzado a propósito hacia arriba. Aunque esta arma quedó a centímetros de tocar la piel de Nemesis.




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