Mi odisea en un mundo virtual (remake)

Capítulo 16: Dos destinos entrelazados

Hace dos semanas, en el pueblo de Wolfenstein, los remanentes de la Legión de los Heraldos del León de Fuego convivían con los habitantes locales. A diferencia de hace dos meses, el tamaño del pueblo se había quintuplicado para acomodar a todos sus habitantes. Un grueso y alto muro con estacas de hierro en las puntas rodeaba el lugar, con una única puerta de metal custodiada por dos guardianes sin armadura, pero con el emblema de la legión en sus ropas.

Caminando por el pueblo, una bella chica de unos veintiocho años destacaba. Su cabello largo y blanco estaba cubierto por un gorro en forma de cabeza de lobo. Sus ojos eran color menta, medía 1,74 cm de altura, tenía pechos talla B y una figura esbelta con piel ligeramente pálida. Vestía una blusa blanca de manga corta, un short azul, una falda corta hecha de piel de lobo, hombreras ligeras de metal dorado, botas de metal gris que le llegaban hasta la rodilla y guanteletes de metal con una gema azul en el dorso de sus manos.

—Así que esta es la nueva base de la legión. Realmente se ve muy bien, tal vez aquí encuentre la información que estoy buscando —pensó la chica.

Después de buscar un poco, encontró una gran casona con una placa en la entrada que decía "Oficina del Líder Mark". Decidida, golpeó ligeramente la puerta, y un hombre de treinta años la abrió, mostrándose confundido al verla.

—¿Buenas tardes, señorita? ¿Qué le puedo ofrecer? —cuestionó Mark.

—Vengo desde tierras muy lejanas en búsqueda de una persona llamada Rainer. ¿Sabe dónde puedo encontrarla? —preguntó la chica amablemente.

—Siendo sincero, eres la primera persona que me pregunta eso en mucho tiempo —Mark se hizo a un lado—. Pasa, por favor, será mucho más fácil hablar en privado.

—Con permiso —dijo la chica, entrando y sentándose en una silla.

—Para ser sincero, no tengo información sobre esa tal Rainer —Mark cerró la puerta—, pero nuestro antiguo líder, Macross, también tenía una especie de obsesión por ella.

—¿Por qué lo dice? —preguntó la chica, confundida.

—A pesar de haber sido ascendido a líder, se negó a tomar el puesto, cediéndomelo a mí. Tratamos de convencerlo de aceptar durante tres días, pero él se mantuvo firme —Mark suspiró sentándose en una silla—. Dijo que tenía que buscar a Rainer para devolverle el favor que nos hizo. Realmente pude ver preocupación en su rostro cuando mencionó su nombre.

—Suena muy grato y digno de su parte. He escuchado historias sobre el general Macross y estas me cautivaron como la guerrera que soy —dijo la chica con nostalgia—. Estas son magníficas noticias. Si encuentro a Rainer, también encontraré al héroe de las historias que tanto admiré y viceversa. Ahora sí, no puedo rendirme en mi búsqueda.

—¿Ibas a rendirte? —cuestionó Mark.

—Es un decir. Si no tienes más información, no tengo motivos para quedarme —la chica se levantó de su asiento—. Ahora tengo dos personas a las que encontrar, y esta región no es muy pequeña que digamos.

—Tranquila, chica. Es cierto que no tengo información de Rainer, pero tengo información de Macross que te podría interesar —dijo Mark con sinceridad.

—En ese caso, me quedaré un rato más —la chica se sentó—. Cualquier información es útil para mi objetivo.

El líder de la legión se dirigió a su escritorio, moviendo algunos papeles hasta tomar uno que entregó a la chica. Ella lo abrió y vio que era un mapa con varias aldeas y pueblos visibles junto a una foto de Macross.

—Ese es un mapa con todas las aldeas y pueblos que existen en esta región. También te di una foto para que puedas reconocer a Macross —informó Mark.

—¿No que todas fueron destruidas por la reina súcubo? —preguntó Wolf, confundida.

—Eso era lo que queríamos hacer creer para evitar más ataques. Logramos salvar unas pocas, poniendo a nuestros miembros más fuertes a protegerlas —comentó Mark—. Macross tomó este mismo mapa y planea ir a todos esos lugares en búsqueda de Rainer. Si vas a esos mismos lugares, tendrás una oportunidad de encontrártelo.

—Muchas gracias. Estoy segura de que con esta información podré encontrar a Macross y, como si fuera un comodín, también encontraré a Rainer —agradeció la chica levantándose.

—No hay de qué. ¿Podrías decirme al menos tu nombre antes de irte? —preguntó Mark, viéndola acercarse a la puerta.

—Mi nombre es Wolf, también conocida como la Bruja del Invierno o mejor conocida como la General Fenrir —dijo Wolf, abriendo la puerta.

El líder de la legión la vio salir de su oficina sin decir nada más. En ese momento, los cables en la mente de aquel hombre hicieron clic, provocando que sus ojos se abrieran de sorpresa. Al instante, corrió a las afueras de su oficina buscándola con la mirada, pero para su asombro, ella había desaparecido.

Tiempo actual

En el interior de una taberna, Macross estaba sentado cerca de una mesa. Llevaba puesto un pantalón largo de color jade, unas botas gruesas de color negro, un polo blanco sin mangas, guanteletes, hombreras y una pechera de metal negro. En su espalda colgaban una espada y un amplio escudo.

—¿Le sirvo algo, cariño? —preguntó una camarera con un traje bastante atrevido.

—Sírvame un trago de cerveza con miel, por favor —pidió Macross.

—¿Cerveza con miel? ¿Está seguro? La mezcla podría no agradarle —habló la camarera, confundida.

—Estoy seguro. Es la combinación perfecta que me ayudará a seguir en este largo viaje —aclaró Macross.

—Si usted lo dice, tiene la razón. Después de todo, el cliente siempre tiene la razón y como diríamos en este negocio —la camarera le guiñó el ojo y, antes de irse, dijo—: al cliente lo que pida.

—Muchas gracias, estaré esperando lo mío —dijo Macross antes de extender un mapa en la mesa con varias aldeas y pueblos tachados—. Contando este pueblo, solo me quedan dos pueblos más y una aldea por explorar. Encontrarla está siendo más difícil de lo que creí en un comienzo.




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