La alarma sonó exactamente a las 5:30 am. Y realmente no quería levantarme. Estire mi mano a la mesita de noche y la desactive.
Me quede mirando fijamente el techo, estaba algo cansada por quedarme leyendo hasta tarde, pero hoy era el primer día de clases. Tenia que levantarme.
Así que me estire en la cama, solté un largo bostezo y me dirigí al baño. Me quite la pijama y entre en la ducha. El agua caliente ayudo a que me despertará y mi ánimo mejorará.
¡Estúpidos libros por ser tan buenos!
Las vacaciones al fin habían terminado y debía volver al instituto. Estaba emocionada por reencontrarme con los chicos. Erick se había ido a visitar a su familia en otro estado, Roxie había ido de campamento y Joshua simplemente se había ido de viaje, por lo que solo había podido pasar tiempo con Rosa.
Salí del baño y empecé a buscar mi uniforme en el armario, este consistía en una camisa blanca manga corta con botones azules y una falda algo mas arriba de las rodillas de color azul marino.
Después de estar completamente vestida y arreglada salí de mi habitación y me dirigí a la cocina. Mamá estaba preparando el desayuno y papá estaba leyendo el periódico mientras le daba un sorbo a su café.
— ¡Buenos días! — dije sonriente.
—¡Buenos días princesa! — exclamo papá mientras le besaba la mejilla.
— Buenos días cielo — respondió mamá concentrada en los hotcakes.
Ambos estaban uniformados y listos para el trabajo. Papá era el jefe de la policía y mamá era doctora en el hospital del pueblo, lo cual hacia que yo fuese muy... conocida.
— ¿Que tal dormiste cariño? — me pregunto mamá.
— Bien... — papá me interrumpió.
— Amorcito, ambos sabemos que no durmió nada, pude ver la lámpara en su habitación encendida a las 2 am.
Entrecerré los ojos hacia el que decía llamarse mi padre mientras se dedicaba a tomar su café ignorando mi mirada, el sabia el regaño que solía darme mamá por no cuidar mis horas de sueño.
¡Traidor!
— Vicky ya hemos hablado de esto, no puedes... — empezó mamá.
Pero justo en ese instante se escucho el timbre.
— Salvada por la campana — murmuro papá.
Le saque la lengua al ver que no se había salido con la suya y corrí a abrir la puerta, creía saber de quien se trataba.
Y no me equivocaba, en el umbral de la puerta se encontraba Rosa. Su sonrisa no se dejó esperar y se lanzo a mis brazos, dándome un muy fuerte abrazo.
Rosalinda Cooper era mi mejor amiga desde que era muy pequeña, tenia tez blanca, ojos azules y un largo cabello negro, igual que su madre.
— ¿Lista para el primer día de clases? — pregunto con entusiasmo.
— Por supuesto — sonreí.
Creo que ella estaba mas emocionada que yo, probablemente a causa de Erick.
Ambas nos encaminamos a la cocina para desayunar junto a mis padres, algo que ocurría con bastante frecuencia, ya que Rosa era considerada parte de la familia. La hermana que nunca había tenido.
Mis padres la recibieron con el mismo cariño de siempre y todos desayunamos los ricos hotcakes de mamá y su delicioso jugo de naranja.
Hoy papá tenia un caso nuevo en la comisaria, mamá tenia dos operaciones programadas en el hospital y Rosa y yo debíamos asistir al instituto y volver temprano, por orden de mamá claro.
Con eso en mente fui a buscar mi mochila mientras mamá ordenaba todo y papá iba a por el auto.
Era un día como cualquier otro, o al menos eso pensaba yo. Hay que tener siempre en cuenta que la vida esta llena de sorpresas.
Editado: 15.06.2021