Aquella Luvia

Violet

Nadie conoce la fecha y hora exacta en la que tu vida cambiará drásticamente. No recibirás uno de esos molestos anuncios que dicen: "Tenemos el placer de informarte que hoy, a las 5 pm, llegará a tu vida alguien que transformará todo lo que conoces hasta ahora. ¡Prepárate!" 

Odio los momentos inesperados y tener que adaptarme a ellos sin saber si me beneficiarán o me perjudicarán.

Una frase que es muy conocida que suelo recomendar a mis pacientes es la siguiente:
 

"Confiar en ti mismo no garantiza el éxito, pero no hacerlo garantiza el fracaso".

                                                                                                                                                  Albert Bandura 

Esta frase cabe resaltar que la menciono una persona muy importante para mí, mi padre.

En este mismo instante me estoy duchando para luego vestirme, desayunar y dirigirme directamente a mi consultorio para atender a mis pacientes. Pero no se preocupen, no hay mucho más que añadir. Mi rutina diaria es muy sencilla: me despierto, disfruto de un relajante baño, me arreglo con un maquillaje natural y por último, me visto con elegancia. Opto por un sofisticado conjunto color beige que consta de una falda, una blusa blanca y un encantador chalé a juego. A veces también uso colores como el negro, rosa palo y celeste, son colores más vintage y pasteles, seguro entiendes. Mis desayunos siempre empiezan con unas exquisitas tostadas acompañadas de una deliciosa variedad de frutas. Sin duda, las fresas son mis favoritas, y no hay nada mejor que saborear su dulce y jugoso sabor para comenzar el día con energía y alegría. Me aseguro de que todas mis pertenencias estén protegidas y salgo de mi apartamento con total tranquilidad. Me dirijo hacia mi auto, un Jeep modelo "Grand Cherokee" de color gris, subo con mi bolso de color crema y lo coloco en el asiento del copiloto. Después, me dirijo directamente a mi oficina.

Ayudo a un gran número de personas a superar sus problemas, preocupaciones y traumas, independientemente de su edad, raza o condición. Mi objetivo principal es contribuir al bienestar mental de la sociedad, lo cual me ha convertido en una de las mejores psicólogas de Nueva York e incluso de Estados Unidos. Los artículos y reseñas sobre mi trabajo son claros, y me llena de gratitud y satisfacción ver cómo mis pacientes quedan satisfechos con mi desempeño profesional. 

Ahora prepárense porque les compartiré un breve resumen de mi vida, en la que mis padres desempeñan un papel principal. Mi madre, Alice Miller, es británica, y mi padre, Carlos Rizzo, es estadounidense. Su encuentro fue casual: mi padre se encontraba de vacaciones en Inglaterra cuando decidió cenar en un restaurante. Fue allí donde minutos después apareció mi madre y capturó por completo su atención. Un año después, decidieron comprometerse y, al cabo de un mes, celebraron una hermosa boda. Todo parecía perfecto, pero después de cuatro meses, la felicidad se vio oscurecida. Mi madre tomó la difícil decisión de divorciarse de mi padre, y así lo hicieron. Ella encontró el amor nuevamente y se volvió a casar, mientras que mi padre decidió no hacerlo. Quizás se preguntarán por qué mi padre optó por no embarcarse en un nuevo matrimonio. La respuesta es sencilla: nunca pudo enamorarse con la misma intensidad que sentía por mi madre. Aunque conoció a otras mujeres, nunca logró encontrar ese amor profundo y apasionado que vivió con mi madre. 

Ahora les compartiré como nació esta pasión respecto a la psicología. Todo comenzó cuando tenía 15 años ayudaba a mis amigas con sus problemas y constantemente me lo agradecían, me alegraba poderlas ayudar y escucharlas y brindarles apoyo.

En el segundo matrimonio de mi madre, mi hermana Alessandra Miller nació y se apoderó de todo: la atención y el amor de mi madre. Aunque debo admitir que esto no me interesaba mucho, ya que mi padre siempre me brindó todo su amor, lo cual es lo más valioso que una hija puede tener. Sin embargo, siempre consideré a mi hermana, la protegí y la amé como una hermana mayor debería hacerlo. Sin embargo, ella me traicionó de la peor manera posible: se acostó con mi ex-prometido y se casó con él, sin importarle nada ni nadie. No cabe duda de que estas dos almas están destinadas a encontrarse.

Tengo muy en cuenta que les debe sorprender que esa sea la vida de una psicóloga, pero considero que mis problemas no son de incumbencia de los demás, siempre tengo que mantener mi postura como la profesional que soy, finalmente llego a mi oficina donde se encuentra Olivia, mi asistente se encuentra en su lugar correspondiente con mi café, específicamente un late. 

—Muy buenos días, Dra. Rizzo, espero se encuentre en esta mañana excelente.

—Buenos días, Oliva, me encuentro espléndida, gracias, ahora vamos directo a la agenda del día de hoy por favor.

—Como usted prefiera, Dra. Rizzo, se supone que ahora en media hora tendría una sesión con el señor Lennox.

—Déjame adivinar— intervine — Una vez más, el señor Lennox ha decidido cancelar nuestra sesión.— pronuncié deliberadamente. 

— Si Srta. Rizzo.

— Esta situación en realidad ya me tiene un poco confundida Olivia — digo con algo de desconcierto.

— Ahora Dra. Rizzo tiene tiempo libre, lo que le permite a usted preparase para la siguiente sesión con el Sr. Smith — dijo mientras mira su agenda digital.

— Olivia, por favor, cuando el Sr. Lennox vuelva a llamar, te ruego que me avises y traslades la llamada a mi consultorio — declaro con determinación, observando cómo toma nota en su tablet.

— Por supuesto Dra. Rizzo — dice mientras me dirijo hacia mi consultorio. Al entrar, me encuentro con el amplio espacio lleno de sofisticados muebles, impresionantes obras de arte y vistas impresionantes de las mejores zonas de Nueva York, tomo asiento y dejo a un lado mi bolso, enciendo mi laptop y saco de mi bolso todo el material de trabajo que tengo, veo el registro digital de mis clientes y estudio brevemente en donde me quede con el Sr. Smith una vez culmino de ver mi última sesión miro mi celular tiene una llamada entrante.