Aston.
Otro dia mas sin ella, un dia mas en esta condena que no me propuse vivir.
Un dia mas siendo el esclavo de los recuerdos de lo que para mi fue una noche perfecta, pero hoy es mi tortura personal cada vez que recuerdo que desde ese dia ella se fue como si ni siquiera fuera tema, todo fue exactamente igual, siendo dueños de una rivalidad que no es nuestra.
Ella fiel a esa obligación de odiarnos y yo cada día sintiendo que mi corazón traiciona a cualquier sentido común porque él solo está dispuesto a amarla, jamás a odiarla.
No entiendo cómo es que pretenden que sea capaz de odiar a esa persona que es dueña de mi universo, sería como odiarme a mí mismo, pero eso solo sería posible si fuera capaz de hacerle daño, o al menos uno que no tenga reparación, porque ese “daño” que le hecho no es más que bromas un poco pesadas, que ella comparte totalmente, es como un idioma de entendimiento entre nuestras familias, jamás se ha cruzado una línea de realmente dañarnos, siempre se ha tratado de bromas, rivalidades y cortesías, nos odiamos pero más amamos el hecho de tener esta rivalidad que dia con dia nos fuerza a ser mejores, de alguna forma siempre nos hemos necesitado, porque somos el fruto del esfuerzo del trabajo.
Aún recuerdo cómo se sentían mis manos tocando cada centímetro de ese cuerpo que tanto tiempo se me ha dicho que está prohibido, pero en cada tacto mi cuerpo se iba haciendo cada vez más adicto al suyo como si eso fuera posible, ese sentimiento de estar tocando al fruto prohibido.
Ahora conozco cada centímetro de su piel, cada secreto perfectamente escondido en ella, y eso es algo que jamas llegare a olvidar, como por fin encontré el único sentido en el que puedo intentar dañar a esa chica que me tiene cautivado hace daños, es acariciando cada milímetro de esa piel que se calentaba ante mi tacto.
Ahora solo anhelo su regreso, con una pequeña esperanza de que algo en ella haya cambiado y de que no me vea solo como su enemigo, sino que como el hombre que puede ofrecerle su vida completa sin dudarlo, porque así me siento yo, totalmente de rodillas ante ella, incapaz de encontrar la manera de que un dia ella note que nosotros no somos simples enemigos, sino enemigos que pueden llegar a enamorarse una vida entera, dos almas solitarias atadas la una a la otra.
Dia a dia en silencio le pido perdón a mi familia porque les falle y no me arrepiento de hacerlo porque veo a mi enemiga por encima de cualquier tipo de obligación de sangre, hoy podría venir ella a pedirme que la convierta en mi esposa y sin dudarlo lo haría, mas alla de lo que cualquier otra persona podría llegar a pensar.
Mi caballo galopa sin freno hasta los límites de la hacienda, en ese lugar donde me siento un poco más cerca de ella por más que ella esté a kilómetros de su hogar, es como estar cerca del aire que ella respira, pero ella no está allí y no se cuando regrese y eso solo hace que mi desesperaciòn aumente, porque al menos antes no la veía tan seguido pero con dos o tres veces por semana me bastaba cruzarla en el pueblo, en las fiestas, en los límites o incluso en la carretera, pero ahora ni siquiera se a donde se ha ido, sus padres solo presumen que se ha ido a estudiar pero no dejaron claro jamás donde era que se encontraba su hija.
Ella me hace perder totalmente el control de todo, cuando la veo ya no recuerdo ni qué es lo que hay detrás de nuestra rivalidad.
Ella es capaz de activar cualquier tipo de alarma y las destroza, con ella no tengo escudos ni ningún sistema que me pueda proteger de ella, soy como un inocente niño con más miedos que certezas pero que tiene es que aunque ella sea mi enemiga y jure destruirme siempre ire a ella, porque es como si fuera un imán el que ella tuviera al que no me permite alejarme.
Amor y certezas jamás hemos tenido con respecto a nada, siempre se ha tratado de rivalidad y peleas estúpidas, que nos vuelven esto que hoy somos, algo completamente indefinido.
No se que especie de hechizo ella tiene sobre mí, porque desde que la conozco, siempre ha sido ella y nadie más, no mido ningún tipo de reacción si se trata de ella, vivo en modo automático.
Después de tantos años de cosecha de rivalidades, esta cosecha se vuelve una mezcla de todo lo que quedó del pasado, mezclado con sentimientos que crecen como la maleza en la pradera, que no corresponden al deseo de nadie, sino que crecen por mera rebeldía de la naturaleza.
—Hijo, tu hermano te está buscando, quiere que lo acompañes al pueblo a llevar un par de vinos. —me anunció mi madre entrando al laboratorio sin autorización.
—Las puertas existen por algo. —le recrimino. —Sabes que no me gusta que entren sin tocar, puedo estropear algo del proceso y nos saldría muy caro.
—Sabes que lo que menos quiero es arruinar la producción, pero para mi no deben haber puertas cerradas, soy tu madre y conmigo jamás deben haber secretos ni límites.
—Eres demasiada exagerada cuando hablas así, sabes que a la cosecha hasta el exceso de luz la puede dañar, por eso no quiero que sea algo de tan fácil acceso, además para eso existen las puertas, para ser tocadas, porque asi como tu tienes tu privacidad yo también la tengo.
—Sabes que no me refiero a eso, puedes decir que no me guardas secretos, pero anoche otra vez dejaste plantada a Lila, te repetí dos veces el dia de ayer que si estas con alguien mas me lo digas de una vez asi no sigo organizando citas con ella a las que no irás porque tienes compromisos más importante, hijo ya es momento de que finalmente formalicen una relaciòn con alguien, estas en edad de casarte, te tener hijos, de darme nietos a los cuales malcriar y que sigan nuestro legado, estas tierras no se mantendran solas, y sabes que tu hermano simplemente no tiene paciencia para convivir con otra persona que no sea el mismo, así que si no te presiono a tì, nadie mas continuara nuestro apellido y este se volverá marchito como las hojas de las viñas en otoño, y terminaran desapareciendo como ellas en invierno.
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Editado: 04.09.2025