2- El idiota de "Harry"

— Lo siento — me disculpé con la chica y me apresuré para ayudarla con los pocos libros que quedaban en el piso

Mi torpeza fue tan grande que terminé derribando otra fila de libros de los que ya había colocado la rubia

— No sé que me pasa, en serio lo lamento — le dije apenada

Ella me miró con el seño fruncido, de seguro pensando en que soy una torpe, en realidad pasaba a la perfección, porque estaba haciendo el ridículo

— Ya déjalo, yo me encargo — me dijo volviendo a organizar todos los libros — tú solo harás que me quede sin libros

En ese instante sentí pena, ¿Que me estaba ocurriendo? , ese chico era un chico más, no tenía que ponerme así , pero joder, era justo como lo había imaginado desde que comencé a leer el libro "La vida de Harry Sartin"

Baje mi cabeza después de las palabras de la rubia y volví a tomar mis maletas y caminé hasta el gran ventanal que había justo después de las dos camas

Miré hacía la gran residencia que tenía en frente y trate de no volver a mirar hacia el chico, sabía que me iba a poner tonta nuevamente si lo miraba otra vez

— Perdón por como te traté hace un momento — sentí que hablaban atrás de mi y me giré para ver un par de ojos azules y una sonrisa un poco apenada de la rubia — es que solo de pensar que mis libros puedan sufrir algún daño me altero

— Te entiendo, yo reaccionaría igual si estuviera en tu lugar — fui sincera

— Por cierto, soy Melinda — dijo estirando una de sus delicadas manos hacia mi y la estreche con amabilidad— si vamos a compartir la misma habitación te ruego que evites chocar con mis libros, es que soy una madre sobreprotectora y esos libros son mis bebés

*Ambas reímos*

— Bueno, creo que es hora de deshacer mis maletas — miré todos los bultos que traía y busque con la mirada el armario tratando con todas mis fuerzas no tener que volver a ver al chico

Al pasar mi vista por la habitación pude notar que este ya no estaba, cosa que me alegró muchísimo

—Aquella será tu cama — dijo señalando la cama donde estaba sentado la copia perfecta de Harry — y tú armario es el de la derecha, puesto que el otro es mío

(...)
Ya era la hora de comer y desde que me puse a organizar mis cosas Melinda había salido y aún no regresaba y Tani supongo que estaba organizando sus cosas aún.

Estoy bajo la ducha quitándome la suciedad del día y relajando mis músculos bajo el agua tibia justo cuando escucho la puerta de la entrada abrirse de golpe, los gritos de un chico llamando a mi compañera de cuarto activan mis cinco sentidos.

Me apresuro y me envuelvo en la toalla por precaución y justo cuando le estoy haciendo un nudo sobre mis senos la puerta se abre de golpe, dejando a la vista a un joven mucho más alto que yo, sus pelo negro hacía un perfecto contraste con su piel blanca y sus ojos grises, su cuerpo parecía que había sido esculpido por la mismísima Afrodita y Apolo ya que eran considerados los de una hermosura mayor

En mi vida había visto tanta perfección en un solo cuerpo, pero tocaba caer en la realidad este era la mismísima copia de Harry

— Idiota — le grito enojada — no te enseñaron a tocar la puerta de las mujeres

— Tu no tienes nada del otro mundo, por lo que mi interés no es verte desnuda — se dió la vuelta para irse del baño — ni siquiera estás linda y mucho menos buenota

¿Porqué las personas tienes que ser tan crueles?, ¿Porqué las palabras duelen como si fueran heridas?, ¿Porqué una herida interna se siente más dolorosa que una física?, Y ¿Porque tengo que ser yo la que siempre recibe los malos tratos?, ¿A caso he hecho algún mal en otra vida?

Pero saliendo de mi trance sentimental, me dispuse a vestirme y me hice algunas preguntas

— ¿A qué habrá venido eso? — me pregunté mentalmente — ¿Porque estaba tan furioso buscando a mi compañera?, ¿Acaso ellos son ...?

Mis pensamientos fueron interrumpidos por Melinda y *Harry* , que entraron a la habitación con mucho ruido justo cuando me disponía a salir para ir por Tani

—Joder Melinda te he pedido mil veces que no te metas más en mis problemas, yo puedo solo , déjame resolverlos a mi manera —le gritó el chico

— ¿Acaso quieres terminar igual que la última vez? — le interrogó la rubia con gritos — porque la verdad yo no pienso permitirlo, no te das cuenta de lo mucho que te quiero, no te das cuenta que no puedo verte en problemas

— Haber Meli, entiendo que seas así y me quieras cuidar, pero entiende que yo puedo solo — está ves usó un tono de voz más suave

— ¿Y tú qué escuchas?, ¿Acaso no tienes vida propia para cuidar? — esta vez habló gritando nuevamente, si, como están pensando, esas últimas palabras fueron dirigidas a mi y no se porque razón, pero me dolieron, las sentí como se clavaron una por una en mi pecho, es que aún me hacía la idea de que el era Harry

— Si tengo vida propia, y por lo que estoy viendo es más interesante que la tuya — ¡si!, me atreví a enfrentarlo , el no tenía derecho a tratarme así — Además, si no quieres que escuche te vas a tu habitación a gritar

Dicho esto salí de la habitación y cerré la puerta tras de mi de un portaso.

Fui hasta la habitación de Tani y llame a la puerta y al instante una chica que debía ser su compañera de cuarto me abrió.

Me examinó de pies a cabeza, como si yo fuera un bicho raro. La chica en verdad era linda, llevaba una cabellera roja hasta el inicio de sus nalgas, unos ojos verdes y grandes, una piel bronceada del sol y un cuerpo bien moldeado.

— Tani se encuentra — le pregunté y antes de que respondiera mi amiga asoma su hermosa cara por encima del hombro de la pelirroja y me dijo hola

La chica solo dio media vuelta y se adentra nuevamente en la habitación dejándome en la puerta con mi amiga

— Amor de mi vida — así me llamaba mi amiga cuando estaba muy emocionada

— Tenemos que hablar, Tani, ¿Porque no vamos al comedor y te cuento? — ella frunció el seño algo extrañada pero asintió para salir y irnos a comer