Esta lloviendo, llegó al campo, me gusta y más cuando llueve, aunque no me gusta la parte en la que las llantas de mi auto se atascan en el lodo y termino todo sucio de ahí todo es hermoso, llegó y estacionó el auto, tomo mis cosas y me dirijo al lugar, tocó la puerta a la espera de que alguien la abra.
La abre La Madre Abril, le hago una pequeña reverencia y ella a mi, me indica dónde está la habitación y de ahí sigo el camino solo, llegó a dónde me indico la madre abril y tocó, recibo como respuesta un “pase”, entro y dejo mis cosas en el escritorio que está en la esquina, observó a los pequeños que están en el suelo todos sucios por pintar con acuarelas.
—Me retraso por 15 minutos y ustedes están hechos un desastre — los regaño y ellos solo se ven entre sí, me río — creí que me recibieran con más amor.
Digo indignado, me cruzo de brazos y me voy a mi escritorio a sacar las hojas para que sigan pintando, la pequeña Natalia corre y se abraza de mi pierna robándome una sonrisa, la verdad que todos en el orfanato de la madre abril son muy adorables, he estado con ellos desde hace dos años y me ha ayudado demasiado el estar rodeados de tantas sonrisas.
Estos dos años les he enseñado a leer, escribir, entre otras cosas, los sábados nos dedicamos a pintar o contar historias “aunque a estos niños adoran las historias de terror” me alegra que siempre estén entusiasmados, cuando llegue se sentía una tristeza inmensa que cada que ponía un pie aquí se oprimía mi pecho, ahora ya ha cambiado.
—Señor Christian —me habla julio
—¿Sí? — digo separando las hojas
—Hoy nos contara la historia — pregunta y yo frunzo el ceño
—Si…la historia que se llama “Mi preciada flor” — menciona Natalia entusiasmada
—Ya veo que les ha encantado esa historia — digo con una sonrisa, miro mi reloj — pues vamos, necesito que todos presten atención.
…
Era un día lluvioso como hoy, las gotas de agua caían sobre los cristales del aula, diría que estaba prestando atención a lo que estaba diciendo la maestra, pero les mentiría, en realidad estaba viendo las gotas caer eso de alguna manera me traía paz, ese día se me había olvidado mi paraguas y tenia que esperar a que mi madre me recogiera, preferí esperar en el aula.
Seguía mirando por la ventana, de pronto vi a alguien salir corriendo como naruto, se estaba mojando “que idiota” pensé, cuando vi que era una chica y aún peor se había tropezado al querer bajar los escalones para llegar al portón, mamá llego por mí, me subí al carro y unas cuadras más adelante volví a ver a la chica corriendo como naruto “acaso están grabando otra temporada y yo ni enterado” me pregunté.
“Si tan solo me hubieran dicho que esa chica que corría como naruto se iba a convertir en mi todo, me habría reído en el momento”
Al día siguiente, el día era soleado, ese día mi humor estaba por los suelos pues estaba asándome y aparte el profesor ni siquiera estaba explicando nada, mis compañeros solo estaban molestando como de costumbre, de pronto alguien empezó hacer tanto ruido que por un momento me dieron ganas de tomar mi cuaderno y aventárselo a esa persona.
Me volteo furioso a enfrentar a la persona que esta irrumpiendo en mi paz, me llevo la sorpresa que es la chica torpe de ayer, esta intentando ¿quitarse una grapa del dedo? Es enserio, no puedo creer que compartiéramos aula y yo ni en cuenta ¿abra la posibilidad de que me cambien?
—Olivia que demonios hiciste — le grita el pelirrojo “Artur”
—Quería ver cuáles eran las posibilidades de que se me engrapara el dedo — dice asusta “ya perdió hasta el color”
La detallo, es delegada “en extremo” me pregunto si comerá bien, es demasiado delgada, su cabello negro es corto en capaz “como si ella se lo hubiera cortado”, tiene ojos verdes, su piel es un tono claro, sus labios son rojos claro y nariz pequeña, tiene pecas y es alta.
La mire tan fijo que supongo que noto mi mirada que me volteo a ver y me regalo una sonrisa, me volteo rápidamente “maldición” mamá siempre ha dicho que no vea a las personas tan fijamente, ese era uno de mis defectos.
—Señor Christian — levanta la mano Susy
—Susy has interrumpido al señor Christian, ya no nos va a contar nada — empiezan a pelear, sonrió.
—Tranquilos… dime Susy que pasa — me dirijo a la pequeña
—Arthur y usted, quien es el más guapo — su pregunta me toma por sorpresa.
—Pues mira Arthur era pelirrojo, alto, ojos cafés, piel blanca, pecas, buen físico, jugador de futbol americano y popular, mientras que yo soy castaño, ojos verdes, alto, un poco flaco, piel moreno claro y realmente no me llama la atención ningún deporte, ahí ustedes decidan quien es el más guapo — les digo — Mas les vale que digan que yo.
Todos empiezan a reír y decir que yo soy el único guapo de todo el mundo “me suben el ego estos niños”, después de esto me piden que siga contando y yo obedezco.
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Editado: 16.11.2024