En la caja hay, cartas, una foto y pulseras, Olivia toma la foto y me la muestra, en la foto ¿soy yo cuando tenía 10 años?, la miro con el ceño fruncida y ella sonríe tal cual hubiera hecho una travesura.
—Recuerdas que te dije que Arthur después de un tiempo volvió — menciona y yo asiento — cuando el volvió, yo tenía 10 años, el vino para llevarme al cumpleaños de su abuelita, cuando fuimos a la ciudad el aún estaba en la escuela, tengo entendido que tú y el estaban en el mismo equipo de futbol, bueno la cosa es que un día fui a uno de sus partidos y ahí te vi, realmente llamaste mi atención cuando la pelota golpeo tu cara
“No es tan bonito cuando te dicen que lo que les atrajo de ti fue un balón golpeando tu cara”
—En ese momento yo estaba pasando por una depresión fuerte, mis únicos pensamientos eran dejar este mundo, pero cuando te vi, algo en mi despertó, me quede unos días más, te volví a ver en la plaza con una niña y una señora tu venias sonriendo y cantando, eso me saco una sonrisa…esa noche tuve una recaída en la cual me corte las venas y termine en el hospital, después de estar ahí diez días por fin Salí y en la entrada estabas tú, venias con la cara cubierta de sangre y llorando, en ese momento quise regresarme a preguntarte que había pasado, después de eso no te volví a ver
dos años después Arthur me conto que ibas a la misma escuela que él, quise volverte a ver, aunque sea por última vez, cuando ingrese a la escuela te veía todos los días, no me animaba a hablarte siempre te veías de malhumor, así que me conforme con verte, hasta que choque contigo por accidente”
—Yo nunca, realmente nunca te noté hasta un día que te vi por la ventana — le comento apenado
—Lo sé — la miro, tiene una sonrisa, aunque esa sonrisa no les llegue a los ojos — Me alegra que tú seas quien está a mi lado ahora
Después de toda la historia, nos alistamos para ir al funeral, están todos los niños del orfanato, unas señoras, rezan todos, como unos 10 minutos después entra Arthur por la puerta me imagino que las personas que vienen detrás de él son sus padres, se va directo a abrazar a Olivia, Olivia se aferra a él como si su vida dependiera de ello, salgo de la habitación y me voy a la parte trasera de la casa hogar, está fresco.
Respiro hondo, tomo asiento en el pasto, tengo muchas preguntas lo cual sería imprudente de mi parte, Olivia llega y se sienta a mi lado, recarga su cabeza sobre mi hombro, nos quedamos así por un largo tiempo.
—Siento que no puedo más — murmura oliva, apenas la alcanzo a escuchar
Le tomo la mano, siento caer una gota en mi hombro, supongo que está llorando.
—Estaré aquí para sostenerte cada vez que caigas — le susurro, ella me mira con lágrimas en los ojos
—No hagas promesas que no puedes cumplir — me susurra y un nudo se forma en mi garganta
—Hare lo posible por cumplir esta promesa
Después del entierro, regreso a casa, Olivia se quedó con los niños, tuve que explicarle a mamá porque me ausente tanto tiempo, la señora creyó que me había ido de la casa y me había unido a una banda de pandilleros “estoy castigado por una semana”
—17 años tienes y ya estás en una pandilla — entra mamá por cuarta vez a mi cuarto
—Que no estoy en una pandilla — le repito y ella se pone una mano en el pecho — mamá hace una semana aprendí a cruzar la calle y tú crees que voy a unirme a una pandilla
—Tienes razón, eres demasiado tonto para unirte a una pandilla
—¡Oye! — sale de mi cuarto
“Ahora voy a meterme a una pandilla solo por decirme tonto”
Voy a tomar un baño, cuando salgo escucho sonar mi teléfono, lo tomo y es un mensaje de Arthur.
“Podemos hablar un momento, mañana”
Okey, también tengo muchas cosas que decirle, al día siguiente llego a la escuela, se siente raro no ver a Olivia aquí, normalmente es una de las que hacen desastre, una hora después entra Arthur, se sienta frente a mí y me mira por largos minutos.
Que incomodo…
—Olivia y tu — se queda callado
—¿Qué? — enarco una ceja y el respira hondo
—Que son
—Personas — le digo con una sonrisa y el me mira serio
—Hablo enserio — suspira — Olivia no para de hablar de ti
—¿La chica que corre como naruto habla de mí? — sonrió mirando mi cuaderno
—Qué asco me dan los dos — voltea los ojos
—No es mi culpa que no consigas novia — me fulmina con la mirada, me encojo de hombros
Pasan las horas como de costumbre, hasta ahora me he puesto a pensar que ya casi nos graduamos y yo no he decidido mi futuro y eso es traumante, miro a la ventana y esto se siente como un dejavu cuando veo pasar a naruto corriendo como Olivia…no espera, era al revés, cierro los ojos, me levanto al baño, juntarme con Olivia me ha afectado.
En el pasillo me la topo, más bien chocamos y ella cae al suelo, le ofrezco la mano y ella la toma.
—L-lo siento — me mira sorprendida — Cristian, tengo tanto por contarte, ahora no puedo debo ir a mi examen nos vemos después
—Hola — murmuro, ella se va corriendo
Decido saltarme una clase y me voy al patio, veo jugar a los chicos de futbol, dejé el futbol por una lesión que tuve en la rodilla, bueno realmente fue Arthur quien me llego demasiado duro, sé que fue a mi casa a pedirme perdón durante varias semanas, sin embargo, soy bastante rencoroso, nunca tuve un amigo como tal, hablaba con compañeros solo si se trataba de la clase.
El tiempo pasa rápido, veo a Arthur entrar a la cancha, al parecer van a entrenar, me mira y me saluda con una enorme sonrisa, sigo sin entender porque a pesar de siempre ser frio con él, siempre me saludaba con una enorme sonrisa, es raro.
Terminan las clases, busco a Olivia, al parecer ya se ha ido, salgo de la escuela esta vez mamá no vendrá por mi así que tendré que caminar, esta nublado solo espero no me agarre el agua a medio camino, voy por la calle caminando, decido desviarme a la plaza por un café, cuando salgo de la plaza se desata la lluvia empapándome, ya no hay vuelta atrás, solo queda llegar a casa.
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Editado: 16.11.2024