CAPÍTULO 10: Declaraciones.

—Espera—dijo Zack.

—¡No, ya basta, déjame en paz!—dije enojada—¿quién te crees tu para manejar mi vida?¿Acaso yo me meto cuando besas a Laila?—pregunté y me fui caminando para el lado contrario a él porque no quería escuchar sus respuestas.

Zack intenta jalar de mi brazo pero por suerte logro esquivarlo

—¡¿Puedes dejar de agarrar mi brazo para detenerme?!—pregunté furiosa.

—Lo siento, de verdad. Pero es que quiero que hablemos de una vez, quiero aclararte muchas cosas—respondió.

—¡¿Como qué?! ¡ya se lo que me dirás, que no sales con Laila, pero luego iras y te la besaras!—por suerte las personas de alrededor ignoraban nuestra pelea y seguían bailando.

—No, no es así, por favor escúchame—dijo Zack—yo...

—Hola cariño—dijo Laila interrumpiendo nuestra conversación—¿Interrumpí algo?

—¡Ash!—suspiré— ya déjalo—Lo miro enojada y me voy caminando hacia el lado contrario.

Zack pasa sus manos por su cabeza he intenta seguirme, pero Laila lo sujeta del hombro.

—¿A donde crees que vas?—le dijo Laila

—A buscarla— dijo Zack—¡déjame en paz!

—¡¿Vas a ir a buscar a es aestupida que recién conoces?!— preguntó—¡¿Y yo qué?!

—Lo nuestro ya se acabó y te lo dije muchas veces, ahora me gusta ella y tendrás que aceptarlo, los amores cambian, así como cambian las personas—respondió Zack,.

Laila enojada salió corriendo tras de mi y me tiro a la piscina.

—¡Te dije que me las ibas a pagar!—Me gritó Laila desde la orilla de la piscina y todos giraron a ver—¡Eres una imbécil!¡¿quien te crees para robarme a mi Zack?!

Suspiré y salí del agua, Lucas intentó ayudarme , pero Zack fue hacia mi y Lucas lo detuvo.

—Ya amigo, hiciste suficiente—Le dijo Lucas.

Miré a Zack con todo mi maquillaje corrido y la ropa mojada. Lucas me llevó hacia afuera de la casa para descansar un poco.

—¿Estas bien?—pregunto Lucas.

—Si, gracias por ayudarme—respondí.

—¿Hasta cuando vas a seguir dependiendo de ese patán?—preguntó.

—Lo se, soy una idiota—respondí—tenías razón, me gusta Zack y eso no lo puedo cambiar.

—No lo puedes cambiar pero si olvidar, pero eso está en vos si quieres hacerlo o no—dijo Lucas.

—Ese es el problema, no quiero hacerlo, puede que sea un imbecil como dijiste, pero se que por dentro es una buena persona—dije— nadie lo llegó a conocer como yo, él necesita que lo quieran por eso es así.

—Laila lo quiere—respondió.

—Si pero eso creo que ya no es amor, esa relación se desvaneció hace tiempo, ella lo quiere por costumbre y el solo quiere empezar de nuevo.

—Vaya, si que estas hasta las manos—dijo Lucas y rió—vamos a dentro así te secas.

Asentí con la cabeza y me dirigí hacia el baño, ya quería irme de la fiesta pero dependía de mi hermano.

Entré al baño con Angie y ella ayudaba a secarme el cabello.

—¿Donde esta mi hermano?—Pregunté

—Arriba en una de las habitaciones con Belén—respondió.

—Me alegro que no haya visto la vergüenza que pasé—dije.

—Ni me lo digas—dijo Angie— ¿Estas bien?—preguntó.

—Si, solo estoy un poco cansada.

*Tocan la puerta *

—¿Podemos hablar?—preguntó Zack

—¡YA DÉJALA EN PAZ, YA HICISTE SUFICIENTE!—le gritó Angie— ¿¡ACASO NO TE BASTÓ!?

—Ya deja que pase, si no hablo con el, no terminara esta pesadilla—dije mientras abría la puerta, el tomó mi mano y me llevó a un lugar tranquilo.

Mientras pasábamos por la sala vi a Sofi bailando alocadamente en el sillón.

—¡Ay no!—dije.

—Yo me encargo— dijo Angie—¡Oye bájate de ahí!—dijo mientras se dirigía hacia ella.

Salimos de la casa y caminamos por la calle.

—¿Que sucede?—pregunté

—Quiero que hablemos—dijo

—Ya se eso—rodee mis ojos— ¿Pero de qué?—pregunté.

—Me gustas, me estas volviendo loco no puedo dejar de pensarte—dijo tomando mi mano haciendo que paráramos de caminar.

Lo mire muy sorprendida, no podía creer lo que me estaba diciendo.

—No se si creerte, se que después te irás con ella—dije.

—No la quiero a ella, te quiero a ti. Quiero estar contigo—dijo mientras me miraba fijamente a los labios.

—Entonces tendrás que demostrármelo—también miraba a sus labios.

—Lo haré, lo prometo, no te fallaré.

Nos alejamos y seguimos caminando de la mano por un rato más.

—¿Puedo pedirte tu numero de celular?— preguntó