Mi primer amor

CAPÍTULO 15: Tesoro Escondido.

Terminamos de ordenar nuestro equipaje y nos fuimos al patio central ya que el director nos llamó para a hacer la primera excursión.

—¿Ya están todos?—preguntó el director y una profesora asintió con la cabeza—Bueno, para empezar vamos a mezclar a los alumnos de los diferentes años para que se puedan llevar mejor—dijo el director— porque de esto se trata el viaje, haremos cinco grupos.

—Genial, ahora sólo me falta que me toque con Laila—susurré sin que nadie me escuchara.

Y así fue, me tocó hacer equipo con el curso de mi hermano, el de Lucas y mío. Al menos estaba con mi mejor amigo y mis amigas. Empezamos a caminar y sólo veíamos un camino largo, lleno de árboles alrededor y repleto de hojas coloradas ya que estábamos en otoño. Una de las empleadas que trabajaba de guía comenzó a hablar desde cuándo existía el lugar y de cómo se fue haciendo tan turístico a través de los años.

—Les dije que sería aburrido—dijo Sofi.

—No por mucho— dijo Lucas y le tira un monto de hojas en la cara.

Con Juli y Angie comenzamos a reírnos, pero Sofía se enojó y lo empezó a correr por el lugar intentando lanzarle más hojas. Por un momento mire hacia adelante y vi como Laila tomaba del brazo a Zack, rodee mis ojos pero no pude evitar sentirme triste.

<Definitivamente nunca va a cambiar este chico, no se porque sigo insistiendo en que en algún momento dejará de ser tan mujeriego> pensé.

—¿En qué piensas?—me preguntó Lucas.

—En lo idiota que soy—dije y me miró muy atónito.

—A pero eso no hace falta pensarlo—dijo y le golpee en el hombro—¡Oye! Era broma.

Terminamos de caminar y nos detuvimos a descansar, era un lugar muy venusto, los árboles seguían el camino repleto de hojas coloradas y a plena vista se podía contemplar de un lago en el causaba muchos sentimientos al verlo.

Los profesores nos repartieron una botella de agua y un sándwich a cada uno para que almorzamos. Con mis amigas nos sentamos hacia un costado, en donde se encontraban unos troncos.

—Entonces, esta noche esperamos a que los profesores se duerman y nos encontramos en el bosque— dijo Angie.

—¿En el bosque, por qué?—dijo Juli—¿No sería mejor estar todos en la cabaña?.

—No seas miedosa, será más divertido y aparte prenderemos una fogata.—responde Angie.

—¿Pero cómo sabremos si los profe estarán dormimos?—pregunta Juli.

—No lo sabremos, intentaremos escapar haciendo el menor ruido posible.—dice Angie y toma de su bebida —con estas excursiones será más fácil porque tendremos más ideas de como escapar.

—¿A dónde irán?—preguntó Missy amiga de Laila—Si no me dicen les diré a los profesores— dijo mientras hacía una sonrisa falsa.

—Está bien, iremos hacer una fogata—dice Juli y la fulminamos con la mirada al ver que le dijo el plan—Bueno chicas ella preguntó.

—Hubieses inventado otra cosa— Le dice Sofi susurrándole al oído.

—Gracias, adiós—dijo Missy y se fue a sentar con Laila.

Terminamos de almorzar y volvimos al campamento.

_____________________

Llegó la noche y nosotras estábamos planeando cómo escapar sin que nos pillaran los profesores.

—Saldremos por la ventana de la habitación— dijo Sofi.

—Pero el bosque queda para el otro lado— dice Angie mientras armaba la mochila con las bebidas dentro.

—Si, pero si salimos por la puerta será más fácil que nos pillen—responde sofi mientras buscaba las linternas—tomen una —dijo repartiendo estas mismas.

Pusimos ropa en cada cama como si estuviéramos durmiendo, apagamos las luces y sólo dejamos encendida la del baño.

Sofi fue la primera en salir por la ventana y se cae.

—¡No! Las cervezas—dice Angie.

—¡Shh!—dije—apuren que nos van a descubrir.

—Sí, gracias, estoy bien y ellas también—Dijo Sofi con los ojos entreabiertos.

Terminamos de salir y nos dirigimos en puntilla al final de la cabaña para espiar que no haya nadie.

*¡CHRUP, CHRUP!*

Giramos a ver que era.

—Lo, lo siento—Susurró Juli mientras terminaba de masticar una papa frita.

—¡¿Puedes dejar de comer en estos momentos?!— murmuró Angie.

—Perdón, es que me pongo nerviosa en estas situaciones—dijo Juli.

Volvimos a girar para ver que no haya nadie y aprovechamos para correr hacia el bosque.

—¡Si! ¡Esto es vida!—gritó Angie mientras tiraba las papas de Juli hacia arriba.

— ¡No!—gritó Juli—eran las últimas que me quedaban—dijo frunciendo el ceño.

—Mañana te compraré otras.—responde Angie.

Seguimos caminando hasta notar que estábamos lejos de las cabañas. Sofi comienza a hacer la fogata con ramas que fue recolectando en el camino y Angie la ayuda alumbrando con la Linterna.




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