CAPÍTULO 19: Mejores Amigos.

Entré al salón y mis amigas ya habían empezado a hacer los carteles.

—¿Y los demás?—pregunté.

—Harry dijo que iría a clases porque no quería perderse ninguna—respondió Angie.

— Mejor, ya no lo aguantaba más— dijo Sofi.

—Y los demás creo que fueron a comprar golosinas como les pediste— siguió diciendo Angie.

—¿Y que tal con Zack?—pregunta Sofi— se los ve muy enamorados.

—Estamos bien, ayer casi lo hicimos pero yo no estaba preparada—dije.

—Ay que tiernos—dijo Angie—¡¿Espera, qué?!

—Lo que oíste— dije un poco pausada y ruborizada.

—Esta bien, es mejor que se de cuando los dos estén seguros, no hay que apresurar las cosas, si el te quiere lo entenderá y si no es porque es un idiota que sólo te quiere para eso—dijo Sofía.

—Lo sé, el me dijo que si no me sentía para hacerlo que no lo haga, además todavía no somos novios.

—¿Qué?¿Todavía no te lo pidió?—preguntó Angie—creí que ya lo eran.

—No, todavía no.

—Bueno chicas, acá compramos las golosinas—dijo Nicolás.

—Bien, ahora colóquenlas en bolsitas como si fueran sorpresitas—dijo Sofi.

—Ni que fuera un cumpleaños de niños—dijo Enzo.

—Si, pero tiene que quedar bien presentado, tenemos que demostrar que al menos nos esforzamos—dijo Angie.

—Esta bien, tienes razón—respondió Enzo con una sonrisa.

Salimos del aula y nos dirigimos a la cafetería ya que era la hora del almuerzo.

—¡Hola chicos y chicas! Bienvenidos a la cafetería—dijo Laila para todos los que estaban en el comedor—¡Mañana regalaré todo mi outfit bellísimo que ya no uso a las chicas, para que se vean super hermosas, sólo tienen que venir y llevarse lo que les guste pero a cambio de un voto, y para los boys habrá descuentos en el gimnasio para que puedan hacerse más musculosos y lindos, aunque más que mi Zack no lo creo—dijo murmurando lo último.

—¡Ay que es insoportable!—dijo Sofi— ya no se puede comer tranquila.

—Vamos a ver que están regalando en el otro estante—dijo Angie y tomó mi mano y me llevo hacia él que estaba del otro lado de la cafetería.

—Hola chicas, estamos regalando entradas para una fiesta—dijo la chica que manejaba el estante.

—¿Sabes que somos tu competencia?—preguntó Angie.

— Si, pero nosotros invitamos a todos—respondió—les daré seis entradas así llevan a su grupo, no pueden entrar sin él.

Angie tomó las entradas y volvimos con Sofía.

—¿Qué sucedió?—preguntó Sofía.

—Regalaban entradas para una fiesta, nos dio para el grupo entero—dije.

—¡Estupendo! Tenemos que ir—dijo Sofi.

—Estas loca, es nuestra competencia— dijo Angie.

—Por eso mismo, tenemos que ver que traman—dijo Sofi.

—Los chicos no querrán ir— dije.

—No te preocupes, yo me encargo— dijo Sofi.

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—Hola mamá—había olvidado que estaba castigada.

—Hola cariño.

—Mira, se que estoy castigada, pero me invitaron a una fiesta y es importa te ir, todos irán.

—No, todos no, porque tu hermano y tú no irán.

—Ya se que nos portamos mal, pero está fiesta es muy importante.

—Ya habrá otras cariño.

—Esta bien, tu ganas— dije ya rindiendome— ¿Pero al menos me dejas ir de Lucas un ratito?—pregunté— necesito hablar con el.

—Esta bien, antes que me vaya a trabajar quiero que vuelvas.

—Si, gracias, te amo— dije y me fui de Lucas.

Toqué su puerta y me atendió la madre.

—Hola hija, pasa, está en la terraza.

—Hola, gracias— respondí y subí las escaleras.

Lucas estaba sentado en una reposera con sus auriculares mirando el cielo.

— Si sigues mirando el cielo voy a creer que quieres volar— dije.

—Hola ¿Qué haces aquí?—interpeló Lucas—¿Y tú castigo?

—Mamá sólo me dejo venir un ratito.

—¿Irás a la fiesta?—preguntó.

— Sí.—respondí.

—¿Y tu mamá te dejó ir ?

-—No, pero me escaparé—dije— hoy trabaja de noche, así que si vuelvo antes que ella no se enterará.

—¿Y a tu hermano que le dirás?—interrogó Lucas.

—No lo sé, ya se me ocurrirá algo—dije—¿Tú irás?

— Si, es gratis, hay que aprovechar.

—Ya suenas como mi amiga Sofi—sonreímos los dos—bueno, no quiero incomodarte, pero me gustaría que sigamos con la charla de hoy.