Mi primer amor

Capítulo Extra parte Uno.

Hacía una semana que había llegado a la casa de papá. Aunque la bruja no estaba muy feliz de verme.

Además de que ella me la ponía difícil, tal vez porque me había acostumbrado a la vida en la ciudad que mis únicas preocupaciones eran las relaciones públicas y los estudios, también se le sumaba lo deprimida que me sentía.

—Anneley pon la ropa a lavar—ordenó la bruja—Anneley dobla la que está seca y guardalas en placar por color—lo único que hacía era darme órdenes.

—Sí—respondí, y yo como una idiota asentía, pero no podía negarme ya que si quería quedarme debía aguantar ciertas cosas. 

Los meses, las semanas y las horas pasaban, pero mis sentimientos seguían intactos. Hacía más de tres meses que habían pasado de aquel acontecimiento, con mis amigas hablábamos menos, a Zack terminé por bloquearlo, no quería hablar con él porque me sentía tan culpable por lo que hice, lo bueno de todo esto que con mi hermano nos arreglamos y eso hacía que nuestras conversaciones de whatsapp fueran más seguidas.

———————

Decidí salir a tomar un poco de Aire ya que tantas tareas del hogar me agobiaban.

—¡Anne, has vuelto!—se acercó una chica de cabello rubio teñido, fumaba un cigarrillo y vestía de un short corto de jeans con un top negro.

—Hola Emilia, tanto tiempo—salude a la chica. Emilia es mi vecina, mucho no me hablaba con ella porque la mujer de mi papá no me dejaba salir y mi padre casi nunca estaba en casa asique ella era la que estaba siempre al mando.

—Te has ido por mucho tiempo y no me has dicho nada—contestó Emilia, me hablaba como si fuéramos amigas íntimas de toda la vida, creo que hay personas que aparecen en tu vida y te hablan como si te conocieran desde que naciste.

—Sí, en realidad no se lo había dicho a nadie de aquí, fue mi primer impulso que tuve y decidí volver a casa de mamá—conté.

—Sí, dicen que el que no arriesga no gana, espero que la hayas pasado bien—Emilia se acercó y nos sentamos en unos de los canteros llenos de flores que estaban ubicados frente a mi casa.

—Sí, igual yo arriesgué pero no gane nada—sonreí algo triste.

—Siempre hay que ser positivos y aprender de los errores—sonreímos al mismo tiempo.

—¡Anneley!¡¿Dónde estás?!—exclamó la bruja desde el interior de la casa.

—Bueno, creo que tienes que irte, espero que podamos salir y hablarnos más seguidos—dijo Emilia, me saludó con un beso en la mejilla y se fue.

Suspiré profundo ya que sabía que se venían los sermones de aquella mujer.—¡Voy!—exclamé desde el exterior y entré a la casa.

Como les dije, los sermones vinieron, traté de ignorarlos asique subí a mi habitación, pero ella me siguió.

—Mira chiquilla, aquí no vas hacer lo que tu quieras—hablo la bruja en un tono de voz alto.

—¡Me tienes cansada!¡Tú no eres mi madre para decirme que hacer!—exclamé, mi cara estaba roja, ya que era la primera vez que le escupía todo el enojo que transmitía.

—¡No seré tu madre, pero esta es mí casa y se hace lo que yo digo!—vociferó la mujer—¡ Y si no haces lo que yo digo, hago lo que sea para que tu padre te pague otro boleto de vuelta a casa!—cerró la puerta de mi habitación con toda su fuerzas y se fue.

—¡Ay!—chillé. Cada vez sentía más odio a esa mujer. Minutos después tocan la puerta—¡¿Y ahora que quieres?!

—Soy yo—dijo mi hermana detrás de la puerta con una vocecita tierna.

—Lo siento, pasa—respondí un poco más calmada y ella accedió.—Lo siento estoy un poco de mal humor, pero ya se me pasará—sonreí para disimular mi enojo.

—Escuche que discutiste con mamá, ella puede ser algo pesada pero te quiere—era obvio que ella no entendía nada de lo que estaba pasando y no tiene porque saberlo, es una niña y no tiene que preocuparse por estas cosas.

—Lo se—sabía que la bruja no me quería, pero tenía que simular que si por ella— solo peleamos un poco pero se arreglará.

—Sí, espero porque no me gusta que mis dos personas favoritas se peleen—contestó Victoria. Tampoco entiendo como esa mujer puede ser su favorita, aunque si me pongo un poco en su lugar yo también quiero mucho a mi mamá. Ella me sonrió y salió de mi habitación.

Todo en mi vida estaba mal, no quería estar acá. pero tampoco quería volver a la ciudad, mi corazón estaba hecho pedazos y tampoco tenía con quien hablarlo, mis amigas ya no me escriben, son esos típicos grupos que muy debes en cuando suben un meme y la mayoría les clava el visto. Lucas no tenía celular, hace unos día lo publicó en sus historias de instagram y mi hermano, se que le contaba todo pero no quería arruinar de nuevos las cosas si le hablaba de Zack, y si le decía lo de la bruja ya sabía lo que me iba a decir : —Te dije que no volvieras a esa casa, son todos unos idiotas.— Y lo pensé imaginando la voz de mi hermano. Poco a poco me fui alejando de ellos, pero como dice mi amiga siempre hay que pensar en positivo, y lo bueno era que hice una amiga aquí, aunque no la podía ver mucho al menos sabía que podía contar con ella.




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