Mi Primer Amor (parte dos)

Capítulo Cuatro: Mudanza

—¿Puedo saber qué pasó? — interrogué con timidez mientras ordenaba su ropa en el armario.

—No te preocupes por mis cosas, tú tienes que ordenar las tuyas — agrega mi amigo al sentarse en la orilla de la cama con una camiseta que sostenía en su mano derecha—recién llegas a tu casa y debes estar cansada.

—No hasta que me digas que pasó — alcé una ceja al terminar de hablar.

—Siempre chusma— reímos ambos— papá quiere obligarme a manejar su empresa— dejé lo que estaba haciendo y me senté a su lado— quiere que sea su mano derecha—suspiró— pero ya sabes que no me gusta la administración — mi amigo siempre ha querido ser corredor de autos, pero sus padres nunca compartieron esa opinión.

—Entiendo— acaricié su hombro— entonces hasta que no cambies de opinión no te dejará entrar a la casa ¿verdad? —aseguré.

—Estas en lo cierto—afirmó mi amigo, le di un abrazo de consuelo—me alegro que estés aquí, si no fuera así no sé dónde estaría ahora—dijo sin soltarme—bueno, ya, ahora cuéntame tú ¿por qué has vuelto? — nos separamos al cambiarme de tema.

—Sabes que puedes contar conmigo siempre— le sonreí de lado— pues nada, solo que he vuelto a hablarme con mi amiga Emilia, al principio se enojó cuando me fui, pero luego me comprendió y nos amigamos — sonreí— mi hermano le hizo una buena jugada a la bruja colocando algo raro en sus cremas, lo que le ocasionó una reacción alérgica en la cara.

—Que genio este Mati—respondió luego de largar una carcajada.

—Y luego me encontré con Zack— mi corazón comenzó a estrujarse al pronunciar su nombre. Le conté lo sucedido aquella noche, lo cual me respondió con un abrazo.

—Sabes que no te voy a juzgar por tus acciones— secó una lagrima que caía de mi mejilla. No la había sentido, asique supongo que salió de mi alma— pero como consejo de un amigo, ese chico volverá a traerte problemas en el corazón y deberías tratar de olvidarlo.

—Creo que tienes algo de razón— volví a sonreí de lado— bueno, cuéntame tu— cambié de tema. Teníamos que ponernos al día, ya que no estuvimos mucho en contacto— ¿Qué pasó aquí en la ciudad?

Lucas me contó que luego de esa noche las cosas no fueron igual, Zack se mudó con Alex, a que los rumores suponían que no quería estar en su casa sabiendo que había aparecido su padre. Las chicas ya no se hablaban como antes y eso me entristeció bastante, pero por suerte su relación con Angie iba muy bien, también me dijo que se había anotado en una escuela de pilotos y que Angie estaba por empezar la carrera de maestra jardinera en la universidad.

—¿Maestra jardinera? —pensé en voz alta—eso podría ser, tú ya tienes una aspiración por la que luchar, en cambio yo todavía no sé qué estudiar—dije al recostarme en la cama mientras observaba el techo blanco de la habitación.

—Puedes intentarlo, eres joven y hay que hacer lo que uno le guste—respondió Lucas acostándose a mi lado.

—Ya pareces mi abuelo dando esos consejos—agregué y nos echamos a reír—de verdad te extrañaba, extrañaba reírme así contigo— mi amigo me sonrió de lado.

—Bien, ya debes ir a hacer tus cosas— interrumpió— y yo seguiré con esto— lo miré como si estuviera seguro de lo que me estaba diciendo— estaré bien, no te preocupes— le di un último abrazo y me dirigí hasta mi habitación para acomodar mis pertenencias.

♥♥♥

A la mañana siguiente nos levantamos a desayunar, mamá nos esperaba con un rico café y unas tostadas en el comedor.

—Gracias mamá Susy— saludó mi mejor amigo. Con mamá lo miramos, ya que vestía de camisa y zapatos— comeré una tostada para no despreciar su desayuno y me iré en busca de algún trabajo— confesó al observar nuestras miradas.

—No tienes por qué buscar un trabajo, no te pediré dinero— agregó mamá— aquí tienes lo que necesitas.

—Si lo sé, pero lo hago para poder sentirme cómodo— aseguró y mamá asintió. Comió su tostada y se retiró por la puerta principal. Con mamá seguimos desayunando, un silenció invadió el entorno.

—¿Mamá? — levantó sus ojos hacia los míos, luego de darle un sorbo a su café — ¿Alguna vez amaste a papá?

—¿Qué es esa pregunta cariño? — bajó la taza de café a la mesa, no omití sonido, pero ella prosiguió— Claro que sí.

—¿Y quién fue tu primer amor? ¿Aún lo amas? —interrogué.

—Pues, tu padre —contestó, su mirada era fría— pero ya sabes que lo nuestro no funcionó, ¿por qué quieres saber todo esto cariño? — volvió a tomar un sorbo— ya sabes la historia de cómo terminó y porque no funcionó.

—Sí, ya lo sé mamá— le di un mordisco a mi tostada— pero era chica y no sabía esto de la infidelidad, omitiste detalles y ahora los necesito.

—Es un poco incómodo hablar de amor con tu hija, pero está bien, te lo contaré — hizo a un lado su taza y continuó— sabes bien que tu padre trabaja en la empresa de Mariana, su nueva mujer— asentí— en esos tiempos yo era ama de casa, me dedicaba a cuidar a tu hermano y a ti. En ese entonces tu padre era gerente, en lo cual me permitían entrar y salir del edificio para llevarle el almuerzo. No hay mucho que contar, uno de esos días se lo llevé y encontré a tu padre con ella.

Si mi papá ya no sabía valorar a las mujeres, que me puede esperar de los hombres en sí. Sé que también hay mujeres así y es por eso que me cuesta creer en el amor o mejor dicho en la confianza del otro. Por supuesto que en el amor creía, ya que estaba enamorada y por la forma en la amo, si alguien me lo preguntara dirían que estoy completamente loca, pero así de alocado es todo lo que siento aun sabiendo que el dolor abunda en mí.

—Entiendo mamá, es que quería saber la historia completa— confesé. Se notaban sus ojos algo mojados, asique decidí terminar la conversación ayudando a juntar la mesa— iré a la universidad, veré si hay lugar todavía para anotarme— ella asintió y corrí hasta mi habitación a cambiarme y salir de la casa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.