Mi primer y último crush

10.- Dream glow

—¿Por qué hueles mi almohada?

—Eh...

Haber pensemos algo racional que no suene como el stalker que somos. La bandana hermosa que tiene, me sigue poniendo nervioso, debería estar prohibido por el Gobierno que utilice esa vaina. No entiendo cómo le puede quedar bien, y no un bien normal sino uno demasiado sexy, que me dan ganas de regalarle mis pantalones y quedarse desnudo pajareando atrás de sus anchos hombros.

—Porque...—alzo la mirada hacia las estrellas colgantes que me miran burlonas—¿Dream glow? ¿Te gusta esa canción?—señalo con mi barbilla las palabras escritas con resaltador en su pared.

Se sonroja violentamente.

Lo he pillado.

Con las manos en la masa.

Ahora no se va a acordar del momento incómodo que tuvimos... que buena. 10/10 me merezco un premio. ¿A dónde está el enano nalgón? Necesito que me de dinero... diciendo que no le iba a dar cuando viniera a su casa.

La di, marika, ay, que felicidad.

—So...—mis mejillas se tornan rosadas—¿Te gusta bitiez?

—Sí...—vuelve su voz más gruesa, como para que ignore el hecho que le gusta la banda de chicas del momento.

—Eso no lo sabía... es interesante cuánto puedo descubrir...—farfullo anotando mis apuntes en una pequeña libreta que saco de mi bolsillo.

Al sujeto le gusta esa banda de chinitos.

Preguntar a Danna cómo identificarlos para tener un tema de conversación, y no quedarme como bruto mirando al suelo de nuevo.

Me siento en el piso, controlando mis ganas de ir a oler entre sus sábanas, meterme entre su ropa, robarme lo que pueda y salir corriendo despavorido hacia mi casita. El crush se sienta a lado mío, llenando mis fosas nasales de su embriagante olor, huele como a desodorante masculino y perfume de rosas mezclado con un poco de menta de pasta de dientes en su aliento.

—Tenemos que hablar sobre una obra de William Shakespeare ¿alguna idea?—mi boca queda muda, no me gusta leer, lo único que leí fue de pequeño las fábulas del zorrito porque me obligaron, era eso o comer zanahorias crudas por un mes.

Nate tiene sus prioridades.

—¿Romeo y Julieta?

—Es muy cliché. Te apuesto que lo hacen cada año.

—Eh...—no me acuerdo de ninguno más, y ese me acordé porque me vi la peli con Leonardo Di Caprio porque sino... hubiera sido la burla frente a Liam de nuevo. Mi cerebro se ha quedado en blanco, veo pajaritos en el cielo, de tanta concentración que tengo en no regarla de nuevo—La de... ¿Disney?

William me mira con el ceño fruncido, analizando mi última respuesta, cierro los ojos como defensa a su risa, sin embargo, esta nunca llega, los vuelvo a abrir y observo como el moreno se ha parado hacia un estante, coge algo entre sus manos, lo sostiene con recelo, se vuelve a sentar y me lo extiende.

—¿Qué es eso?

—Es la lista de las películas de Disney que se han hecho con el tiempo...

Sigue hablando, sin embargo, yo solo veo sus labios moviéndose rápidamente, sintiendo como la saliva se escurre por mi boca, me la seco con el dorso de la mano, sin dejar de verlo de reojo. Me encanta como me está comenzando a hablar igual que a su mejor amigo, como se suelta, me conversa con tanta emoción sobre las películas Disney, y todo está bien hasta cuando se emociona demasiado por la nueva película de Aladdín.

—Woah woah—digo parándolo con mi mano—¡¿Te gusta Aladdín?

Fuck no. Es mi película favorita, si a mi me gusta demasiado ese peliculón, lo veo todas las veces que me da pereza hacer las tareas, mientras me rasco el ombligo, y que a MI CRUSH le guste.

Lo siento, me voy a morir.

Nos vemos en el infierno, bai.

—Es mi película favorita.

—Es demasiado buena asíes.

—¿Cuál es tu parte favorita?—me pregunta siendo sus ojos iluminando mi cara cuando me ve, siento el calor en mis mejillas, murmullo una respuesta como puede, para poder deshacerme en sus lindos obres negros, marrones que me tiene enamorado desde esa vez que le vi salvar a un gatito de ser arrollado por un descuidado chico que iba comiendo un emparedado.

Seguimos hablando hasta olvidarnos de nuestra tarea, me cuenta de su vida, cómo su sueño es convertirse en un profesional en fútbol, cómo va a misa todos los domingos con su familia, cosa que yo no hago porque mi familia no es muy religiosa y preferimos reírnos de las personas ofendidas cuando aceptaron el matrimonio igualitario, que días tan bueno, joder, también me relata cómo quiere ir a estudiar al exterior como su hermano mayor y yo le relato la vez que me trague una lombriz pensando que era un caramelo porque Holland me lo dijo y esa otra vez donde confundí el perro de Danna con otro perro y terminé dando vueltas por toda la urbanización buscando al desgraciado.

Eran buenos tiempos.

Me encanta ver cómo pudimos congeniar tan rápido, cuando nunca hemos hablado antes. Es como que el destino nos puso en este camino para primero ser amix, luego más que amix y a la final novios. De tan solo, pensarlo, mi corazón se agita rápidamente y me dan ganas de gritar de la felicidad, me siento demasiado feliz, mi pecho se retuerce felizmente al ver cómo me sonríe mientras me explica el cuento real que fue base para la Cenicienta, aunque yo me lo sé de memoria, mi cara no puede dejarle de ver tan contento y me dan ganas de compartir este sentimiento de calidez por el resto de mi vida con él.



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En el texto hay: humor, romance, drama

Editado: 24.12.2020

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