Mi Primer Y Único Amor, Un Amor Prohibido.

Capítulo 29

Mi primer y único amor un amor prohibido 💕 

Capítulo 29 

Nos bajamos del taxi empezamos a caminar la casa está a unos 5 minutos.


—Ana: ¿Què piensas hacerle a Luis?  


—Diana: ¡Qué curiosa!— sonreí.


—Ana: No me dejes con la duda—hizo un gesto de puchero.


—Diana: Está bien, te voy a contar—le conté lo que tenía planeado.  


—Ana: ¡Qué!  Estás loca, ten mucho cuidado.  


—Diana: No te preocupes, Saúl me debe muchas, le pediré que me ayude.


—Ana: Pero ellos son amigos ¿será que si te ayuda?  


—Diana: Pero yo soy su hermana—sonreí—,el me debe muchos favores.


—Ana: Solo ten mucho cuidado, si en algo puedo ayudarte lo haré—sonrió—,se lo merece por pendejo.  

Llegamos a casa de Paola, había mucha gente, lo primero que hicimos fue saludar y felicitar a los novios, Juan se acercó a saludarme, me abrazó besó mi mejilla me tomó por sorpresa.  

—Juan: Que gusto verte otra vez, ¡estás hermosa señorita!  


—Diana: También me alegra verte—sonreí—, muchas gracias por el cumplido.


—Juan: Espero que hoy me des el gusto de bailar contigo, aunque sea una canción.  


—Diana: Claro que si.  


Saludé el resto de conocidos y familia, luego me acerqué a saludar a Luis que estaba platicando con Saúl en el patio sentados en una banca, lo saludé de la manera más hipócrita con un beso en la mejilla, me senté a su lado, empezamos a platicar, me contó que compró celular nuevo, un poco más avanzado que él que tenía, se me ocurrió una idea maravillosa, saqué a bailar a Saúl quien me miró un poco sorprendido.


—Saúl: ¡Ese milagro! ¿Estas enferma?  

—Diana: Solo quiero bailar contigo—sonreí.


—Saúl: Estás muy maliciosa—sonrió—,¿Qué planeas?  


—Diana: Que mal pensado eres—recosté mi cabeza en su pecho y susurré—, necesito un favor tuyo.


—Saúl: Lo sabía—sonrió  

Le conté lo que el tenía que hacer, que debía estar muy pendiente, primero no estuvo de acuerdo pero luego término aceptando solo con la condición que Luis no se enterara nunca que él me ayudó, baile con Juan como me lo pidió, su mirada era un poco extraña, hasta puedo jurar que se molestó cuando me vio tan cerca de su hermano, o será mi imaginación,  Juliana ya estaba tomada no entiendo como no se dan cuenta, regresé me senté con Luis.



—Luis: Estás muy hermosa hoy—me miró de pies a cabezas.


—Diana: Gracias—sonreí—.¿Cómo va tu vida?   


—Luis: Un poco complicado—respiró profundo —,como es todo con ella. 


—Diana: No te pongas triste, ojala todo mejore.


Seguí platicando con Luis de todo un poco, hasta que le dije que si tenía música nueva para que me pasara a mi celular por bluetooth, no puso ningún problema, tomé el celular empecé a reproducir canciones y a pasarlas a mi celular, él seguía entretenido, en ese momento entro una llamada justo de Milena, sin que él se diera cuenta la rechacé y puse el celular en silencio, esa mujer seguía insistiendo, pero Luis ni por enterado, su celular le faltaba poco para descargarse por eso lo utilicé, le moví todo lo que podía hasta que se descargara, cuando ella marcó nuevamente respondí sin que el lo notara dejé el celular unos segundos en mis piernas, mientras solté una carcajada, obviamente lo hice para que ella escuchara y luego colgué, me imagino que escuchó el ruido de la música aparte de las risas de una mujer, tomé mi celular le envíe un mensaje a Milena igual como ella lo hizo conmigo.

Mensaje 💬  

—Diana: Ni le insistas  porque no te responderá las llamadas, mi flaquito está conmigo y no sabes como disfruto besarlo, definitivamente besa delicioso, extrañaba sus besos.

Al instante respondió el mensaje con toda clase de insultos, apagué mi celular para que no empezara a marcarme a mi, no saben como disfruté ese momento de solo imaginarme la cara que puso la estúpida vieja esa, que recibiera un poco de lo que ella me hizo a mi, le entregué  el celular a Luis.


—Diana: Se descargo tu celular, se apagó.  


—Luis: Milena va matarme—se puso las manos en la cabeza—,donde me marque y la mande a buzón.


—Diana: Todo por mi culpa—bajé la mirada—, discúlpame.


—Luis: No, no es tu culpa, no te preocupes.


—Diana: Ella sabía donde estabas.


—Luis: Si, yo le conté que estaba invitado a un matrimonio.


—Diana: No te preocupes, ella se debe imaginar que si no respondes, es por el ruido o porque se descargó—me levanté y lo tomé de las manos—,cambia es cara mejor bailemos, nunca lo hicimos antes, me lo debes.


—Luis: Está bien—sonrió.

Empezamos a bailar llamando la atención de Juan que no dejaba de mirarnos, seguí platicando con él, mientras le sonreía muy coqueta, le susurré cerca al oído provocando un escalofrió en él.

—Diana: Lastima que no pudiste enseñarme todo eso que decías—mordí mi labio inferior —me miró sorprendió y luego sonrió.


—Luis: Pero aún se puede—dejó un pequeño beso en mi cuello—,este pendejo ya cayó.


—Diana: ¿De verdad?—lo miré directo a los ojos con una sonrisa malvada.


—Luis: Busquemos un lugar mas privado y te enseño lo que quieras princesa.


—Diana: Me parece bien, primero te adelantas tú, luego yo, para que nadie sospeche nada. 

Le encantó la idea, me dijo que nos veíamos en 5 minutos detrás de la casa donde están las marraneras, se adelantó con una gran sonrisa, no pensé que caería tan fácil el pendejo ese, que  poco me conoce, le hice señas a Saúl ya él sabía lo que tenía que hacer, mis padres estaban muy entretenidos bailando,   me fui alejando poco a poco, cuando pase por el lado de un tanque grande mire que Juliana estaba platicando con algunos de sus ex novios por lo que veo estaba muy tomada, solo ignoré seguí, no podía dejar que nadie me viera, respire profundo, él me tomó de la mano se acercó trató de besarme, me alejé con cautela para que no sintiera que lo rechazaba.

—Diana: Tengo nervios—susurré.


—Luis: Este no es el mejor lugar pero prometo tratarte como una princesa, lo único malo es que no tengo condones y tendrá que ser rápido antes que noten nuestra ausencia.


—Diana: Entonces mejor no—estaba oscuro solo con el reflejo de la luna, pero  con eso era suficiente porque podía ver la lujuria y el deseo en sus ojos, me giré, dándole la espalda.  


—Luis: Espera, no importa, no terminaré dentro de ti, confía en mi, yo se como hacerlo, solo la puntica.


—Diana: Perfecto—lo dije con una sonrisa malvada.

Trató de besarme otra vez pero giré la cara solo besó mi cuello, sentía asco pero este sería mi desquite, jamás pensé fingir también, obviamente no dejaré que besé mis labios ni que me toque,  no traicionaría el niño de ojos hermosos nunca, al parecer estaba un poco desesperado, bajaba sus manos tratando de tocarme yo solo lo alejaba.

—Luis: ¿Qué pasa?—con la respiración agitada. 


—Diana: Calma—lo empujé contra una pared de los corrales, dejó escapar un gruñido.


—Luis: No tenemos mucho tiempo—sentía su deseo. 

Increíble lo que una mujer puede causar en un hombre sin siquiera tocarlo, su cuerpo empezaba a responder solo con acariciar sus manos.  

—Diana: Tengo la teoría me falta la práctica— Murmuré en su oreja mientras dejé un pequeño mordisco en ella, eso lo puso como loco, lo tomé de las manos con fuerza—, yo pongo las reglas ok.


Con la respiración agitada solo me decía si, si, lo que tu quieras preciosa, pero rápido no tenemos tiempo, solo bájate el pantalón te inclinas, le quité la camiseta con mis dedos acaricié su pecho como haciendo dibujos, el se moría por besarme o tocarme pero yo no lo dejaba, le decía que eran mis reglas, tenía que obedecer, así lo hizo, le dije que se quitara el pantalón lo hizo, me pidió que me quitara la blusa y lo hice pero él no contaba que debajo tenía otra pequeña blusa que me llegaba hasta el ombligo, me devoraba con la mirada, le dije que se quitara los bóxer, como buen niño obediente lo hizo, que creen si era verdad lo que el decía, lo tenía chiquito, me alejé unos centímetros como si me fuese a desabrochar el pantalón y justo en ese momento escuchamos.


—¿Quién anda ahí?  


—Diana: ¡Escuchaste!—susurré. 

—Luis: No escuché nada—me tomó de las manos.

—¡Quién está ahí!—se escuchaban varias voces se ve una pequeña luz de un celular.

—Diana: Nos descubrieron.


Con una gran sonrisa tomé su ropa y salí corriendo, según como si tuviste miedo de ser descubierta, escuché un pequeño grito.

—Luis: Diana espera, mi ropa.  


—Diana: Perdón, lo olvidé—respondí en voz baja, la dejé tirada un poco lejos de su alcance.

Regresé corriendo por la parte trasera de la casa, todo salió como lo planeé, se quedó con los sumos alborotados desnudo y con ganas, no saben como lo disfruté. Que bueno que Saúl no me falló, yo le dije que en 10 minutos llegara hasta la parte trasera de la casa empezara hablar, al parecer le dijo algunos amigos que lo acompañaran y por eso las voces, todo salió perfecto, me saqué la espinita, comprobé que algunos hombre no piensan con la cabeza,  si no con lo que tienen en medio de las piernas, a los minutos regresó Luis al lugar donde estaba, yo no volví acercarme, me parecía extraño ver que Ana estaba sentada y Juliana acostada en sus piernas, no podía moverse de lo borracha que estaba.  


Me alejé un poco de todo el ruido, eran casi la una de la mañana, saqué mi celular le escribí un mensaje al amor de mi vida, aunque imagino que a esta hora duerme. 

Mensaje 💬  

—Diana: Daría cualquier cosa por tenerte aquí en estos momentos conmigo, poder abrazarte decirte lo mucho que te amo, te extraño tanto amor mío, cuento los días para volver a verte y abrazarte, en ese momento que se detenga el tiempo para tenerte conmigo siempre, te amo.


—Santi: También daría cualquier cosa por estar contigo mi chatica en estos momentos, recibir ese abrazo y muchos besos de tus dulces labios, te has convertido en una necesidad, te necesito conmigo, te amo.


—Diana: ¿Te desperté?  Perdón.  


—Santi: No mi vida, no puedo dormir, te extraño demasiado, es muy difícil estar lejos de ti, es como si una parte de ti te faltara ¿Cómo la estás pasando?  


—Diana: Digamos que bien, todos siguen bailando, yo solo quiero tenerte aquí, pero no se puede.


—Santi: No te pongas triste mi chatica, todo este dolor, toda esta espera valdrá la pena cuando volvamos a encontrarnos, te daré todos los besos y abrazos que tengo guardados para ti mi princesa.


—Diana: Pues serán muchos los besos que te daré hasta quitarte el aire, te amo, trata de dormir mi vida, más tarde hablaremos. 


—Santi: No te preocupes si me quitas el aire tú me lo devuelves, te amo, cuídate mucho mi vida.


Miré al cielo y una lágrima se escapó de mis ojos, siempre es lo mismo luchar contra esta necesidad que siento de tenerlo aquí conmigo, un vacío tan grande que no puede llenarse, regresé me senté al lado de Ana,  recosté mi cabeza en su hombro, Luis no dejaba de mirarme, yo solo evadía sus miradas, me quedé platicando con Ana y me contó lo que estos chicos estaban haciendo con Juliana,  no entiendo esta niña porqué no aprende, no mide las consecuencia de las cosas, nos quedamos platicando el resto de la madrugada y cuando amaneció desayunamos nos despedimos de todos y bajamos a tomar el transporte de regreso a casa, estaba muy cansada solo quería dormir, porque solo en mis sueños lo puedo tener tan cerca como yo quiera, darle todo los besos que no puedo darle.




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