Mi primer y único amor un amor prohibido 💕
Capítulo 44
Está vez llegó en la moto, ya pudo conseguir una, ahora sería más fácil para él movilizarse, lo abracé tan fuerte como pude, no saben cuanto necesitaba ese abrazo, me besó como si no existiera un mañana, esos besos que te devuelven la tranquilidad en estos momentos de tormenta, prendió la moto me hizo señas para que me subieran, no saben los nervios que sentí, me daba miedo, no me gusta mucho subirme en estos aparatos por la dificultad que me daba, me daba pena.
—Santi: Mi vida, no te de miedo, sabes que no dejaría que nada malo te pase.
—Diana: Eso lo sé—suspire—, lo que pasa es —me quedé en silencio unos segundos.
—Santi: ¿Qué pasa mi vida?
—Diana: Me da un poco de pena, sabes que yo soy diferente, pues me da un poco de dificultad, es eso.
Como siempre él encontró la manera perfecta en la que podía subirme en una moto sin que sintiera molestia, no ponía los pies donde normalmente se ponen, sino donde los pone él, de esa manera era más cómodo para mi, él siempre busca la manera de hacerme sentir cómoda. Ese mismo día en la tarde tuvimos la oportunidad perfecta de enfrentar a Raquel, que al vernos nos saludó de la manera mas hipócrita, Santi me tomó de la mano, yo sabía que esta vez él hablaría.
—Raquel: Que lindos se ven juntos—sonrió.
—Santi: ¡Verdad que si!—dejó un beso en mi frente—,no falta el que quiera separarnos—lo dijo con sarcasmo.
Raquel y Saúl cruzaron miradas, ella se puso nerviosa y bajó la mirada.
—Raquel: ¿Quién va querer algo así?—sonrió entre dientes.
—Santi: Usted—la miró muy serio, esa mujer se puso pálida— ¡me explica esto!— sacó el teléfono le mostró el mensaje—abrió sus ojos como platos, se puso pálida—, así como este mensaje le enviaste uno Alberto pidiéndole que nos separara, que te ayudara ¿Por qué lo haces?— lo dijo muy serio.
—Raquel: Eh, yo, no sé nada— empezó a titubear—, no tengo idea.
—Diana: No seas mentirosa que tu sabes que ese mensaje lo enviaste tú, yo le reclame a Luis y él lo confirmó, además conozco tu forma de escribir.
—Santi: Quien te crees para meterte en nuestras vidas, no vuelvas a intentar algo así otra vez, no te metas con Diana, porque tu solo me conoces la risa, no quieres ver mi lado oscuro.
Ella empezó a llorar, según que ella nunca envió nada, Saúl estaba pálido al ver lo enojado que estaba Santiago, no la defendía no decía nada, esa mujer sacó un montón de excusas tan estúpidas, incluso dijo que ella si lo escribió como broma, pero que nunca lo envió, que ella tiro el chip seguro al caer en una piedra se envió solo el mensaje, pueden creer la disculpa tan pendeja, obviamente no le creímos nada, Santiago muy molesto le dijo que con nosotros no se volviera a meter, le dijo a Saúl que controlara la mujer sino quería tener problemas.
Desde ese día tampoco volvimos a cruzar palabra con esa mujer, Gladis se encargó de hablar mal de mi, con parte de la familia, con algunos vecinos, yo solo ignoré los malos comentarios, al fin a Juliana muchas personas la han visto haciendo cosas malas, incluso la vieron en el cementerio del corregimiento teniendo relaciones con el novio, que vergüenza, Gladis también tuvo el descaro de llamar a Amanda y a Rafael para hablar mal de mi y de mi madre, con lo que ella no contaba que ellos sabían como pasaron las cosas, Rafael le dijo que no se metiera en la vida de Santiago ni en la mía, que se dedicara a cuidar a la hija.
En esa finca los únicos que se hablaban era mi padre y mi tío los demás parecíamos enemigos. Mi madre y Gladis solo lo necesario. Un mes después Santi de regalo de cumpleaños me regaló un oso de peluche enorme, no saben la rabia de Juliana pues ella siempre soñó con un novio detallista, pero nunca le daban nada, estábamos invitados al cumpleaños de Juliana que lo celebrarían el sábado, nosotros dijimos que no iríamos, pero mi padre me dijo que tenía que dejar el orgullo y el rencor al fin somos familia, Gladis le habló a mi tío Rafael según porque a ella le dolía estar peleada con nosotras, que le ayudara, prácticamente nos obligaron asistir a la dichosa fiesta, porque a Santi su padre también le dijo que tenía que perdonar que todos somos familia, para evitar problemas y disgustos decidimos ir, Santi al igual que yo es muy rencoroso cuando una persona se le sale muy difícil que le vuelva hablar, salí del colegio estaba en casa de María, cuando llegó mi madre con mis suegros y Santi que con la mirada me dijo todo, mi madre le dijo a mi suegro que ella me conocía, que supuestamente Santi subía por mi para irnos al cumpleaños de esa, pero ella estaba segura que ninguno de los dos iría, que bien nos conocen, porque esas eran las intensiones, él decía que venia por mi y ninguno de los dos iría, mi suegro dijo que el conoce a Santi y sabía que algo así podía pasar.
Me saludaron muy amables, es la primera vez que los tengo al frente después de todo lo que pasó, Rafael nos abrazó a ambos, por lo que nos contó él, arreglará las cosas, según ya enfrentó a mi madre con Gladis hablaron se pidieron perdón y solucionaron todo, que solo faltamos nosotros, al tiempo pusimos los ojos en blanco, según Rafael no se puede envenenar el corazón con odios y rencores, que bien o mal somos familia llevamos la misma sangre, que ellas pueden hablar todo lo que quieran pero uno como persona sabe lo que realmente es, nos abrazó.
—Rafael: Ahora entiendo porqué se llevan también los dos—sonrió—,ambos son iguales, tan orgullosos tan rencorosos, como dos almas gemelas, dos personas tan diferentes y al mismo tiempo tan iguales.
—Santi: Nos están obligando a ir a un lugar que no queremos, lleno de gente hipócrita, Gladis puede ser tu hermana pero la manera en la que trató a Diana nunca se me olvida— lo miró—,tú sabes que una palabra mal dicha nunca se puede remediar.
—Rafael: Tienes razón hijo— me miró—, tú sabes que todos en momentos de enojo decimos cosas sin pensarlo, palabras que lastiman y que nunca pueden borrarse, pero todo merecemos una segunda oportunidad.
Él lo decía por la manera en la que me trató, de echo ya me pidió disculpas por ese mal momento, aunque las palabras dichas no se borran me dijo que él se tragó las palabras porque sabe la clase de mujer que soy, el tesoro tan valioso que encontró su hijo y está orgulloso de eso, de saber que su hijo tiene una mujer maravillosa.
—Rafael: Tú sabes la clase de mujer que tienes a tu lado, ninguna palabra que ellas digan logrará ensuciar la esencia de Diana, más se ensucian ellas, llenándose la boca de calumnias, solo les pido que hagan las pases, no les estoy pidiendo que regrese la confianza como antes.
Decidimos ir a la dichosa fiesta, sabíamos que Rafael hablaría con todos reunidos para solucionar las cosas, me preguntó en que momento cambió todo entre nosotras si se supone éramos tan unidas, le conté todo, con lujo de detalles, la manera en la que yo le guardé todos sus secretos y la manera en la que ella me encochino.
Editado: 15.08.2021