Mi Primer Y Único Amor, Un Amor Prohibido.

Capítulo 48

Mi primer y único amor un amor prohibido 💕

Capítulo 48 

Me encantó esa canción, lo abracé con todas mis fuerzas, bailamos tres canciones más y luego salimos a comer algo, decidimos algo rápido una hamburguesa, luego caminamos tomados de la mano por el parque, buscamos un lugar silencioso para hablarle a mi madre, eran casi las 10 pm, para desearle un feliz año desde ya, pues más tarde es más difícil comunicarse,    además imagino que ya deben estar acostados, Santi también aprovechó para hablarle a los papás, mi madre me preguntó si me había encontrado con mis tíos, le dije que si, que los vi en uno de los kioscos, pero yo estaba en la discoteca que está al lado del comando y más tarde me iría a casa de unas amigas, que también estamos invitados, hablamos unos minutos y después colgué, Santi empezó a reírse.

—Santi: ¡Que bien te salió las mentiras!  


—Diana: Igual que a ti— lo abracé.  

El parque está más tranquilo que todos los otros lugares donde solo se escucha música a todo volumen y toda clase de ruidos, estaba feliz, esta noche es más que perfecta, pero tenía algo atravesado en el pecho que no sabía como decirle, pero tampoco quería arruinar esta noche, estaba en un gran dilema, no quiero ocultarle nada, menos si pienso entregarme a él en cuerpo y alma, además entre nosotros no existen los secretos, estábamos sentados en una pequeña banca del parque contemplando el cielo y las estrellas.

—Santi: Gracias por hacer una locura más conmigo—dejó un beso en mi frente—,este año me dejó momentos únicos e inolvidables contigo mi vida, espero que el próximo año llegue cargado de muchas cosas buenas para ambos, solo anhelo que llegue el día donde no tengamos que separarnos.

—Diana: Un año más juntos mi vida, a diferencia que este año si pudimos despedirlo juntos, no a distancia como el año anterior— inhalé—,deseo que el próximo año esté lleno de las mejores cosas para ambos, que todos nuestros sueños se cumplan.

—Santi: Mi chatica, el único sueño que nos falta es convertirnos en marido y mujer, esperemos que se pueda cumplirlo, lo único que anhelo es formar una familia contigo mi princesa.

Bajé la mirada, creo que llegó el momento de hablarle con la verdad, me levanté empecé a caminar, él tras de mí.


—Santi: ¡Que pasa, mi vida!—me abrazó por la espalda.


—Diana: Esta noche es más que perfecta y no quisiera que nada la arruinara— me giré, quedando frente él, encontrándome con sus ojos hermosos que parecían confundidos—, tengo algo que decirte— bajé la mirada—,puede que esto cambie todos nuestros planes hasta tu manera de verme—una lagrima rodó por mi mejilla.

—Santi: ¡No entiendo!—tomó mi rostro en sus manos haciendo que lo mirara—que es eso que podría pasar, para que cambie todos nuestros planes.


—Diana: Tú quieres casarte conmigo y formar una familia— una lágrima se escapó de mis ojos—, yo no creo poder formar esa familia contigo. 


Sus ojos se cristalizaron, me miró confundido, al parecer no entendía nada, nos sentamos nuevamente me tomó de las manos.

—Santi: ¿Cómo así?  No quieres casarte conmigo— una lágrima se escapó de sus ojos hermosos.

—Diana: ¡Mi vida, no pienses eso!— tomé su rostro en mis manos— no hay nada que desee más que ser tu esposa,  mi vida, es solo que para formar una familia imagino que más adelante vendrán los hijos y yo… —mi voz se quebró, sentí sus brazos rodearme. 


—Santi: ¡No llores mi vida, que pasa mi princesa!  


—Diana: Yo no puedo tener hijos—solté, y bajé la mirada—,por eso tal vez yo no sea la mujer que mereces para formar una familia, porque aunque nos casemos yo no puedo tener hijos —le conté todo—,no soy una mujer completa.  


Lo miré a los ojos, pero la expresión de su rostro no cambió, todo lo contrario, me abrazó y limpió mis lágrimas, dejó un beso en mis labios. 

—Santi: Mi chatica, no vuelvas a decir que no eres una mujer completa, eres una mujer en toda la extensión de la palabra y no te cambiaría nada, si no puedes tener hijos eso no me importa, en nada cambia las cosas mi vida, las familias de dos también son perfectas, adoptamos un perrito o un gato, ya se que te encantan los animales—sonrió—, pero eso no cambiará la manera en la que te amo, la manera en que mis ojos te ven, tu eres perfecta para mi, ojalá yo pudiera prestarte mis ojos, para que veas lo hermosa que eres, nada cambiará nunca lo que siento por ti, mi princesa.

—Diana: Eres el hombre más maravilloso del mundo, no sabes el peso que me quitas de encima mi vida—lo abracé—,estás seguro de esto, en cualquier momento puedes querer tener un hijo, además que dirán tus padres cuando sepan que el niño de la casa no podrá darles nietos.

—Santi: Mi vida — tomó mi rostro en sus manos —,lo que los demás piensen y opinen no importa, solo importa lo que pensemos tu y yo, para mi no cambia nada lo que me acabas de confesar, yo te amo tal y como eres, no te cambio nada mi princesa.

No saben el peso que me quité de encima, el es el hombre más maravilloso del mundo, me dijo que seguiremos adelante con nuestros planes y con mucha más razón se quiere casar conmigo, me dijo que para formar una familia no necesariamente hay que tener hijos, nada en nosotros es normal, que nuestra familia estará conformada por nosotros dos y algunas mascotas, sonreímos seguimos disfrutando de esa gran noche, eran casi las 11, le dije que regresáramos al hotel, creo que ya bailamos lo suficiente, ya disfrutamos mucho, me dijo que si no quería esperar la despedida del año, le dije que no importaba el lugar para despedir el año lo único que importa es la compañía y yo tenía la mejor, compramos unos jugos para brindar, ya que a ninguno de los dos nos gusta el licor, empezamos a caminar tomados de la mano, mis nervios aparecieron otra vez, el empezó a molestar, sabía que todo lo hacía para tratar de que me relajara, llegamos al hotel yo sentí que el corazón se saldría de mi pecho, entramos a la habitación, él tenía una sonrisa maliciosa, se quitó los zapatos se dejó caer sobre la cama, prendió la televisión, entré al baño me lavé el rostro, estaba muy nerviosa, creo ambos estamos nerviosos pues esto es nuevo para los dos, bueno yo más nerviosa el no lo demuestra tanto, cuando abrí la puerta el estaba recostado en el borde, me miró con esa dulzura se acercó dejó un beso en mis labios.

—Santi: Mi princesa, no pasará nada, que tu no quieras, podemos pasar la noche juntos como aquella vez—me tomó de la mano—,ven, acuéstate conmigo.

—Diana: Te amo—enrolle mis manos en su cuello—,yo no quiero dormir contigo, quiero estar contigo mi vida— inhalé.

Unimos nuestros labios en un beso apasionado, dulce y profundo, sentí su lengua jugar con la mía, la manera en que sus besos eran más intensos, sentí un fuego intenso que me quemaba lentamente, me dejó sobre la cama, sentí sus labios en mi oreja hasta la base de mi garganta, todo mi cuerpo se electrizó fue como recibir  una corriente directa de electricidad, bajó dejando suaves y dulces besos por mi cuello, cierro los ojos dejo caer mi cabeza hacía atrás, dejando a merced todo mi cuello, siento sus besos succionantes que llegan hasta la clavícula y bajan lentamente por mi pecho, mi respiración es agitada, se detiene, levanta la mirada, una mirada hermosa, deja caer un poco el peso de su cuerpo sobre mi, un gemido se escapa de mis labios al sentir su erección firme sobre mi intimidad, su respiración agitada, con la mirada le dije que podía continuar, sentí sus dos manos entrar bajo mi blusa arquero mi espalda al sentir el rose de sus manos sobre mi piel, acaricia lentamente mi vientre sube sus manos con una lentitud agonizante sin dejar de besar mis labios, puse mis manos en el borde de su camiseta la arrastro por encima de su cabeza, dejando su hermoso torso desnudo, él hizo lo mismo con mi blusa, quedándome solo con el sujetador, sentí el calor de su piel sobre la mía, un jadeo se escapó de mis labios, esta vez sentí sus labios desde mi vientre en un rose tan delicado y perfecto, subiendo lentamente, cerré los ojos disfrutando de cada sensación que me producía sus labios mientras yo acariciaba suavemente su espalada, siento sus manos acariciar mi espalda, con su nariz quita un mechón de cabello que tengo sobre el rostro, suspira y me besa detrás de la oreja sentí la humedad en medio de mis piernas, descargó  nuevamente su cuerpo sobre el mío, siento su erección firme y fuerte, tirante contra mi, mi respiración agitada, escucho una risita en un susurro.

—Santi: Necesito—con su voz ronca y la respiración agitada—,que me ayudes con esto — hablaba de los broches del sujetador—, lo siento, no soy un experto en esto— sonrió.

Sonreí, yo misma los desabroche, me los quité tirándolos al suelo, abrió sus  brillantes ojos cafés, su  mirada intensa se posó en mis pechos, mordió su labio inferior, sus ojos brillan con malicia un escalofrío me recorre, pone mi cara en su rostro otra vez, atrayendo mis labios a los suyos, su beso es suave y acariciante, me distrae por completo, baja su mano hasta  mis pechos acariciándolos con tanta delicadeza, deja un suave apretón en ellos haciendo que se escape un gemido de mi boca, primero atormenta un pezón y luego el otro con sus dedos, luego con sus dientes y labios oh pero tan suavemente, ellos se contraen y se alargan en dulce  respuesta, baja sus manos siento sus pulgares sobre mis jeans sin dejar mis labios, en ese momento me paralice recordé las cicatrices, con la respiración agitada puse mis manos en su pecho, me miró, entre sollozos le pedí que por favor apagara la luz, se levantó así lo hizo, nos quedamos en total oscuridad, bueno ni tan oscuro, porque se reflejaba pequeñas luces, pero era más que perfecto, desabrochó mis jeans gentilmente los jala hacia abajo   con mis bragas por mis piernas, sentí mis mejillas arder estaba desnuda completamente frente a su ojos, empieza un lento trazo con sus dedos desde mi rodilla subiendo por mis muslos justo en un punto se detiene, cierro los ojos, siento sus labios dejando besos húmedos en esa parte. 

—Santi: Por esta razón querías que apagara la luz ¡verdad! — susurró besando cada una de mis cicatrices —,para mi eres perfecta princesa, esto solo son adornos para tu hermoso cuerpo—,no soy un experto, pero daré lo mejor de mi. 

Siguió ascendiendo sus dedos sobre mis piernas, hasta que tiene sus manos en mis caderas siento como tira de ellas hacia a delante y siento pegada su boca, siento como se tensa todo mi cuerpo, una sensación inexplicable corre por mi piel, siento su lengua, un jadeo se escapa de mis labios, siento un movimiento de su lengua, arqueo mi espalda con una mano me aferro de las sábanas y con la otra agarro de su cabello, esta vez gimo en voz alta, va girando su lengua como describiendo círculos, siento que respira sobre mi clítoris, eso provoca que mi cuerpo reaccione, lo pide a gritos quiero sentirlo, Oh, solo eso puedo decir, sigue con la tortura de su lengua tan suavemente y agonizante, cierro los ojos absorbiendo cada sensación de mi cuerpo, siento que estoy demasiado húmeda, y su lengua no se detiene, desliza un dedo en mi interior luego otro y los mueve con agonizante lentitud dentro y fuera, acaricia lentamente la pared frontal de mi vagina, mientras sigue lentamente lamiendo y chupando, esto es lo máximo, se pone de rodillas en la cama me toma de la mano guiándola hasta su pecho, las manos me tiemblan, pego mis labios a los suyos, en un beso suave pero profundo pongo mis manos en su pecho empujándolo lentamente cae sobre la cama, sé que ahora es mi turno, no soy una experta tengo toda la teoría llegó la hora  de poner la práctica, bajo besando su cuello lentamente dejando besos húmedos, bajo por su pecho rosándolo con mis labios, siento como tensa su cuerpo, eso me encanta , gruñe suavemente -Hmm- y levanta la cabeza para darme una ardiente mirada, sigo besando su abdomen hasta llegar al borde de sus pantalones, llevo mis dedos hasta la hebilla  de su correa, esta vez soy yo la que pide ayuda, no se como desabrocharla, escucho una risita, él mismo quita su correa y el pantalón, quedando solo con la pantaloneta, se acuesta nuevamente, volví a empezar el recorrido desde su cuello bajando por su pecho al mismo tiempo que bajaba mi mano, me acuerdo y me da risa, sigo bajando mi mano hasta que por encima de su pantaloneta, sentí su gran erección fuerte y tirante, subí mi mano y mi rostro a la velocidad  de la luz hasta que llegué a sus labios, soltó una risita, murmuró.

—Santi: ¡Que te asustó!—sonrió—,el lobo te va comer, empezó a reírse.

Le di un pequeño empujón, estaba roja, le dije que no me parecía chistoso, que nada me había asustado, solo subí así de rápido para darle un beso, obviamente no me creería algo así, claro que me asusté, como esa gran longitud va entrar en mi, eso que solo lo toqué encima se la ropa, ¿será que si podré caminar después de eso?  Mis manos me temblaban el las tomó las llevó contra su pecho, dejó un beso en mi frente.

—Santi: Si quieres nos detenemos— susurró.  


No, tenía que dejar la timidez y todo a un lado, besé su cuello hasta su oreja, sentí como se erizó cada centímetro de su piel, le susurré, dejaré que me guíes, sonreí, él tomó mi mano la bajó lentamente hasta su erección, inhale, solo me dejé llevar por todo lo que sentía, bajé mis dedos por su pecho como haciendo dibujos sobre el, deslice mi mano acariciando suavemente su enorme erección, bajé su pantaloneta con bóxer incluidos dejándolo libre, ¡oh por Dios! Es la cosa más hermosa que he visto, tiene la longitud perfecta y el grosor perfecto, creo que mis manos son demasiado pequeñas, lo acaricié suavemente sentí como tensionó sus caderas, sujeto su sexo erecto y lo aprieto  con mucha delicadeza, un gruñido se escapa de su boca ¡Ah!  Gime y se tensa veo como cierra sus ojos, lo pongo en mi cálida boca empiezo a dar vueltas con la lengua en la punta succiono suavemente lo meto en mi boca hasta donde puedo, no llevo ni la mitad y siento que me ahogo, enrolló mi lengua a su alrededor empiezo a succionar con un poco más de insistencia, su respiración aumentó   me agarra de los hombros dejándome sobre la cama su respiración agitada,  gatea sobre la cama empieza a besar mis tobillos, la cara interna de las rodillas, los muslos, la cadera, mi vientre siento su lengua jugar alrededor de mi ombligo, no puedo contenerlo un gemido se escapa de mi, siento su lengua debajo de uno de mis pechos, luego del otro, mi cuerpo se retuerce, siento suavemente como separa mis piernas con sus rodillas, está sobre mi, manteniendo el equilibrio susurra “ te deseo” sus hermosos ojos se encuentran con los míos, siento su longitud rozar mi sexo siento como lentamente se va hundiendo dentro de mi, ambos cerramos los ojos, un pequeño grito se escapa de mis labios a la misma vez que un gruñido se escapa de los suyos, es doloroso para ambos, pero es la sensación más bonita de todas, una entrega total de dos personas que se aman, sigue entrando en mi lentamente, clavo mis uñas en su espalada, se detiene, su voz tan ronca me excita, me encanta,  siento como entra en mí y lo estrecha que estoy, me duele pero se que a él también, pongo mis manos en su pecho, suplicando que se detenga, lo hace, me pego a sus labios mientras me acostumbro a su tamaño, le pido que continúe, pero luego él es el que se detiene, aprieta sus labios para ahogar sus gemidos, sale de mi y luego entra de nuevo lento y con mucho cuidado hasta que siento que algo dentro de mi se rompe, duele y mucho, él hunde su cabeza en mi cuello yo me aferro de su espalda, soltando un pequeño grito ambos al mismo tiempo más bien un gemido acompañado de una lágrima que rueda por mi mejilla, y con ella la sensación más bonita, nos detenemos unos segundos, luego entra nuevamente en mi lentamente en un movimiento tan perfecto aun duele pero ya es un dolor que se convierte en placer, tiene la mirada nublada y yo solo jadeo debajo de él, mi boca se encuentra con la suya, cierro la boca y disfruto de cada sensación, de cada caricia de cada beso, se escuchan a lo lejos las campanas que anuncian el año nuevo, y nosotros en ese momento somos solo uno, terminamos al tiempo, juro que fue lo más hermoso, una sensación que no tiene explicación, para ser la primera vez, no estuvo tan mal, todo lo contrario a mi me encantó, nos quedamos abrazados esperando que la respiración se normalizaran, en una entrega total para siempre.  


Continuará…..  


11/junio/2020 


Autora: Patricia López  

Medellín Colombia  


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