Capítulo 10
¿Decir la verdad?
Los días pasaron, perdí la timidez para saludarle. Cada día pasaba por su salón y saludaba desde la ventana, a lo que le veía responder con una sonrisa mientras sostenía el lápiz láser en sus manos y explicaba su clase. Y cuando aún no llegaba le dejaba algún detalle de dulce, bebida o fritura.
Un día me invitó a entrar a su aula, observé que tenía montonal de papeles extendidos sobre su escritorio y no parecían exámenes. Los apartó luego de que entré y dejándolos a un lado sobre carpetas me invitó a tomar asiento y hablamos un poco, o más bien nos conocimos. Nuestras conversaciones se hacían cada vez mas personales y a veces un poco divertidas, lo cual me hacía verme sorprendida cada vez que decía algo y él reía, no sabía que era tan graciosa y mucho menos que él pudiera sonreír tanto. Conocí que era alérgico a los camarones, sus mejores aventuras de adolescente, su música favorita.
Cuando llegaba otros días con Elia y Nico hablaba mas conmigo que con ellos, y siempre que me contaba algo cuando conversábamos a solas terminaba sus oraciones con un " no se le digas a nadie" aunque no fuese muy importante. Parecía tenerme confianza y una "amistad" parecía estar apareciendo entre nosotros.
—Tienes que decirle!—exclamó Esme, compañera del turno matutino. Estaba haciendo mi servicio en la biblioteca y en el receso ella me buscaba, al saber sobre mis sentimientos hacia el profesor lo creyó ridículo, pero al ver el brillo de mis ojos cuando hablaba sobre él supo que en realidad me estaba enamorando.
—No!—contesté mientras acomodaba los libros que habían llegado.
—Vamos Sofía...—puso su mano en mi hombro— Creo que sería buena idea que se lo confesaras.
—No, ¿Qué dices? No puedo hacer eso—digo alarmada— si lo hago, jamás me volverá a hablar—digo convencida.
—No creo que el profesor sea tan inmaduro para ya no hablarte...—me dice.
—No lo sé... me pone nerviosa, ¿Cómo crees que me pondría si se lo dijera?
—Ok, esta bien. No insistiré.
No estaba segura, una parte de mi quería cometer tal burrada. Pero otra se contenía en miedo.
Al día siguiente Esmeralda llegó con Ericka, otras de mis amigas que había conocido en ese turno. Entraron a la biblioteca en modulo libre y esperaron a que Omar desapareciera de nuestras vistas. Cada vez que les contaba lo que pasaba entre Chris y yo se emocionaban, eran curiosas y querían detalles de todo, como si mi vida fuera mas interesante que la suya.
—Cuéntanos, ¿se te ha insinuado?
—¿Te a coqueteado?
—¿Qué les sucede? El profesor Chris no es de esa clase—les digo mientras hago sostener unos libros para subir en las escaleras metálicas y acomodarlos.
—Pues para que deje a un lado sus asuntos y quiera tener una conversación contigo, dice mucho—comenta Esme.
—Bebé... no se que decir —dice angustiada Erika —nunca creí esto de ti—menciona.
—¿Qué cosa?—suelto confundida y bajo sosteniéndome fuerte —No es como que este saliendo con él o que haya pasado otra cosa...—digo abrumada—solo platicamos.
—Dime, si tuvieras... si se diera la oportunidad, ¿te atreverías a salir con él?—curiosea Erika.
Me asombro a tan directa pregunta y las miré a ambas.
—¿Cómo crees?—suelta Esme—Sofía es una chica que no se atrevería a salir con un profesor, no es de ese tipo. Siente algo por él pero eso no significa que va hacer algo con él—menciona burlona. Ella había estado conmigo desde secundaria y sabía que siempre había guardado distancia con los chicos, y aunque sabía que no era malo ser así, ese día me había sentido insegura. Erika no aparta la vista de mi atentamente esperando mi respuesta.
— y ¿Por qué no?—solté a la defensiva.
Ambas, en especial Esme me miraron sorprendidas.
Estaba comenzando a odiar que dijeran que todos menos yo. ¿Y por que yo no podía ser atrevida? Quería a crear una definición errónea de lo que en verdad era yo.
¿Por quéyo no podría divertirme con un sentimiento así? Estaba creciendo ese sentimiento, y eso era resultado de todas las veces que lo iba a buscar para conversar con él. Porque no podría pasar algo mas?
Mis pensamientos estaban nublados, probablemente ya había llevado mi imaginación a otro lado.
—por Dios Sofía!—regaña Erika—te escucho y no lo creo.
—Sofía...¿en cerio piensas que él no está buscando algo de ti?—dice Esme y la miro incrédula— deberías darte cuenta ya que eres hermosa, y si no eres idiota apuesto a que habrás notado que también le gustas a él y por eso deja que lo busques...
—¡Ya les dije que él no es así!—respondo alzando un poco la voz.
—No seas tonta —regaña Erika— apenas lo conoces.
—No es así...—dije molesta. Sonó la campana y las despedí de inmediato, me dejaron los libros en el escritorio y salieron del aula molestas.
¿Qué estaba pasando conmigo?
Dentro de mi corazón sentía que podría haber una posibilidad de que hubiera algo mas, pero por otro lado, un miedo se postraba en mi alma, esa clase de sentimiento que sabes que es algo peligroso, pero tu necedad y falta de voluntad impiden traspasar esa niebla.
Elia y yo espiábamos al profesor, Nico jugaba con una pequeña pelota de goma.
—¿Hoy hablaremos de nuevo con él?—preguntó mi amiga.
—¿tu que crees?!—respondo emocionada.
Un grito de parte de Nico nos sobresalto del lugar donde estábamos.
—¡Basta chicas! Me estoy hartando de todo esto.
—Shhh—dice Elia con su dedo sobre sus labios—¡cállate idiota! Nos va a atrapar.
—No sean tontas—dice—él no es estúpido como para no darse cuenta que ustedes espían desde aquí.
—¿Que dices?—suelta Elia aun tratando de hacerlo hablar bajo.
Mientras los escucho discutir veo desde el escondite que se gira a donde estamos. Me inclino hacia atrás para esconderme y noto que he olvidado advertir a mis amigos. Parecen distraídos mientras discuten, me inclino aun más para ver por un hueco si aún el profesor está viendo en nuestra dirección y estaba en lo correcto. Le veo sonreír ¿a caso me ha pillado? Vuelve a su clase y me aparto del escondite.