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Siempre que eran fiestas en mi pueblo, todos nos emocionábamos mucho.

Eran las primeras vacaciones desde que empezamos las clases, así que había que disfrutarlas al máximo.

- ¿Tú que días vas a salir? .- me preguntó Andrés.

- No sé, los que tu quieras.

Andrés siempre tenía que hacer los planes mucho antes para que nada saliera mal. A veces hasta me ponía nerviosa con tanta preparación.

- Bueno pues esta noche te pasaré la lista de días que puedo salir. Por cierto, como hoy es el último día de clase hay que asegurarse bien de los deberes y de apuntar todo lo que tenemos que hacer durante esta semana...

Lo dejé ahí haciendo planes y me fui a buscar a Marcos. Por lo menos era menos pesado y además quería saber como le iba los estudios aunque ya supiera la respuesta.

Se acabaron por fin las clases a una velocidad alucinante. Era un jueves por lo que no tenía historia y no podía ir a decirle a Alex como me alegraba de no tener que verlo durante una semana entera. Ya se lo recordaría cuando volviera. Me fui al autobús y antes de que el saliera ya estaba dentro camino a mi casa. Que ganas de empezar la fiesta.

Esa noche siempre era la mejor. Todo el pueblo sabía que nada era más importante que estar presente en la apertura de las fiestas del pueblo, que se hacía siempre en la misma plaza. Todos se ponían guapos e impecables porque ahí veías a toda la gente conocida. Yo no iba a ser menos y me use un vestido rojo de tirantes, con una cremallera en la parte de delante, que me caía más o menos por encima de la rodilla. Me alisé el pelo y me puso mis mejores tacones. Estaba verdaderamente guapa y lo necesitaba para salir con mi amiga Olivie.

Olivie era una francesa con una envidiable melena rubia rizada y unos ojazos verdes que hacían que innumerables hombre se partieran el cuello al verla pasar. A mi me encantaba porque estaba igual de loca que yo y apenas podía verla, ya que nos conocimos cuando vino a estudiar un año en mi instituto y solamente hablábamos por Skype. Ella tenía un español casi horrible, cosa que no ayudaba mucho porque yo de francés si que sabía algo, pero cuando salíamos por ahí traducirla era una misión imposible y más cuando quería ligar.

Decidimos esperar hasta que fuera la hora de ir a la plaza tomando algo en uno de los tantos chiringuitos que habían por las calles de alrededor.

- Y dime ¿Qué tal tu familia?.- pregunté mientras me traían mi maravilloso Martini.

A pesar de ser menor de edad solo por un año, cuando eran fiestas del pueblo nunca acostumbraban a pedir el carnet en los chiringuitos, porque sabían que los jóvenes iban a beber de una forma u otra, y si ellos eran los que cobraban, mucho mejor. En caso de que la policía lo viera simplemente se desentendían alegando que habíamos enseñado un carnet falso.
Olivie, se decantó por un simple copa de vino, ya que se dio cuenta de que allí no iban a servirle su querido "Vin Brule".

- Están trés bien. Mi hermana pequeña ha tenido su primer día de clase. Ha llovido mucho al principio, pero luego estaba más feliz.

- ¿Cómo que ha llovido?

- Agua cayendo en la cara, gotas de los ojos. Je ne sais pas.

- Aaaaah, estaba llorando ¿no?

- Oui, oui. Llorando.

Ambas nos empezamos a reír.

- Dios, que cacao tienes con el español.

- Intento exprimirme mejor pero c'est très difficile.

- Si le vas diciendo eso a la gente sí que te van a exprimir. Es «expresar».

- A la mierda, tu me entiendes.

Eso sí que se lo sabía bien. Le tenía mucho cariño.

- ¿Voy a buscar un baño d'accord?

- Okey, está nada más girar la esquina. Aunque no sé que te vas a encontrar dentro.

- Ojalá sea un rico espagnol.

- Tranquila que eso será más adelante.

Como le gustaba la fiesta. Era una alegría estar con ella, tenía una frescura que se me contagiaba.

- ¿Tú no eres demasiado jovencita para beber?

Pegué un brinco en la silla y me giré hacia la voz que había oído. No podía ser.

- Idiota, me has asustado.

- Ese era el plan.- dijo Alex con una media sonrisa.

- Me estas siguiendo cual violador ¿verdad?

- Si claro, no tengo yo nada mejor que hacer.

Alex estaba especialmente guapo. Quizás por su aire informal ya que era la primera vez que lo veía fuera de clase o porque el azul de su camisa le pegaba con el azul de sus ojazos.

- ¿Qué desea profesor?

- He visto que estás acompañada de una muchacha muy guapa, y estaba interesado.

- Serás cabrón, que estás casado.

- ¿Y tú como sabes eso?

- Tu dedo.

- Oh mierda, es verdad.- Se hizo el sorprendido.

- Pero si quieres ser un idiota infiel olvidate de Olivie.- No iba a dejar que se acercara a mi Oli.

- Oh, que bello nombre. No parece salido de una película de dibujos animados.

- Venga , hasta luego.- dije haciendo ademan de levantarme.

- Es broma tonta no te vayas.

'- ¿Qué quieres?.- pregunté volviendo a sentarme.

- Hoy no te has despedido de mi, eso es muy feo.

- Jajaja. ¿Me tengo que despedir de ti siempre?

- No mientas que sé que me has buscado en el departamento.

- Pero porque quería saber una cosa de los deberes.

- Así que es verdad. Me has buscado en el departamento.

Mierda, había caído como una tonta. Claro ¿Cómo podía saberlo él?

- Ya te lo he dicho, por unos deberes.

- Vale, entonces dime ¿Qué duda tienes?

Vacilé unos segundos.

- Estamos fuera del instituto, no me marees.

Ya estaba sonriendo.

- Tranquila, me gusta que me busques.

- ¿Dónde me dijiste que estaba tu mujer?

- Justo donde no te interesa.- había sonado más frío que antes y ya no sonreía.

¿Le molestaba que hablara de su mujer?

- Ya nos veremos en clase.- dijo al mismo tiempo que se levantaba y se iba.

Había sonado bastante frío. Mierda. No quería que se enfadara, pero tampoco había dicho ninguna mentira. Que más daba, me estaba preocupando por una tontería.
Olivie ya había vuelto cuando yo aún estaba absorta en lo que había pasado.
Me dejé llevar por la alegría de Olivie que, contra todo pronóstico había encontrado a un bombonazo español esperando para ir también al baño, con el que se había "exprimido" a gusto. Que facilidad tenía esta mujer por ligar.