Prólogo

- Amy por favor ayúdame eres la única que sabe mi secreto, mi mejor amiga y la única en que confió. - Me suplica Carlos al seguirme.

Bajamos las escaleras a toda prisa.  El elevador se daño otra vez.

- Estás más loco de lo que pensaba.  Creo que el sol ya te afecto el cerebro. – Respondí casi sin aliento al tratar de huir de él.

- Vamos Amy no puede ver el lado positivo. Podrás viajar, estarás estable económicamente y hay amor. ¿Qué más puedes pedir? – Menciona en tono burlón.

Me detuve en seco, giré sobre mis talones para enfrentarlo mirandole fijamente a los ojos.

- Claro que habrá amor de por medio. Un amor de hermanos no de pareja, que no es suficiente para un matrimonio. - Gritó o por lo menos el eco de las escaleras lo hizo parecer así ya no sé.

- Por favor te necesito. Es la única manera para que mi padre me dé una oportunidad de trabajar al lado de mi hermano gruñón en Palacios Model Company.

Me hace un puchero, pero esto no me convence.

- Mejor diles la verdad. Tarde o temprano se tienen que enterar...- Me interrumpió antes de poder terminar mi argumento. Odio que haga eso.

- ¿Estás loca? Sabes muy bien lo que mi padre piensa de los gays. Si le confieso que soy homosexual. No solo no me dejará trabajar en la empresa, sino que me va a deshereda. – Menciona cabizbajo. - En cambio, si le demuestro que soy capaz de trabajar tan bien como mi hermano el soso. Tendré una oportunidad. No me interesa ser el #1, solo quiero que se siente orgulloso de mí por una vez en su vida. Al terminar todo les confesare la verdad. De este modo podre demostrar que no importa mi preferencia sexual. Puedo ser profesional y exitoso como cualquier otro persona. - Sus ojos se iluminaron.

- Esta bien, me casaré contigo. - Me rendí. Carlos empezó a saltar igual que cuando encuentra rebajas en las tiendas. - Eso sí, será bajo mis condiciones. - Dije firme.