Mi querido tulipán ( Bilogía Familia #1) (2015)

CAPÍTULO 16

A la mañana siguiente, Marta los llevó al hospital, y después se fue a su consulta.

Era psiquiatra, le iba muy bien y era bastante querida entre sus vecinos, le gustaba ayudar a la gente que se encontraba perdida, sin rumbo. Una vez, ella misma se sintió así, hacía muchos años de aquello, pero no había día que no se levantara pensando en lo que pasó y en lo arrepentida que se sentía.  Le hubiera gustado saber que fue de ellos, como estaban, si él podría recordarla, había sido su primer amor y como bien dicen, es el que jamás se olvida. Por suerte, mucho tiempo después de su error, conoció a Milek en el restaurante de un hotel de Ibiza, ella era una joven triste y asustada, él no cejó en su empeño y consiguió que le diera una oportunidad y ahora llevaban casi veinte años juntos y le había dado a uno de sus tesoros, Melissa, una niña que siempre había sido muy rebelde pero a la que amó desde el momento que supo de su existencia, pero sin duda alguna aún tenía una espina clavada en su corazón y que deseaba poder sacarse algún día.

Cuando llamaron a consulta a Nowak, Alma pudo ver como se tensó en la silla, entró con él pero sabía que no iba a entender nada puesto que aquel doctor no hablaba español, se conformaría con poder saber que todo iba bien.

Le quitó las vendas del pie y vio como con ayuda de una muleta podía caminar sin apenas dificultad, eso la alivió mucho, ya no tendría que estar empujándolo todo el tiempo. Empezó a charlar con el doctor y seguía sin entender ni una palabra. El médico la miraba de vez en cuando y le sonreía, ¿tendría buenas noticias? Minutos después, llegó una enfermera, no era tan simpática como el doctor, los tres salieron de la consulta. Nowak se negaba a utilizar un bastón, así que tenía que dejarse guiar por Alma, poniendo la mano sobre su hombro, y ella a su vez seguía a la enfermera.

—¿Adónde vamos?—preguntó—No entendí nada de lo que ha dicho el médico.

—Me ha dicho que tenía que ir al neurólogo, al parecer quiere verme y hacerme unas pruebas.

—Ojalá sean buenas noticias—él no respondió, pero también deseaba que fuera así.

Esta vez no pudo entrar con él, pero esperó pacientemente  a que saliera y le dijera algo. El doctor salió y sorprendentemente era español, como ella, casi saltó de alegría y entró.

—¿Hay buenas noticias doctor?—preguntó preocupada.

—Algo así señorita, la inflamación está cediendo, en alguna de las pruebas que le hemos realizado al señor Nowak, sus ojos han reaccionado a algunos estímulos de luz, eso sin duda es muy bueno. Lo que aún no sabemos a ciencia cierta es cuando recuperará la vista, podría ser mañana mismo, tal vez el próximo mes o el año que viene, eso dependerá de sus ojos.

—¡Eso es estupendo! ¿Has oído eso?—sin darse cuanta le estaba apretando la mano.

—En un mes debe volver señor Nowak, a no ser que recupere antes la visión, si eso llega a suceder debe venir inmediatamente—como parecía que había perdido la capacidad de hablar, Alma respondió por él.

—Gracias doctor, no dude que tendrá noticias muy pronto, estoy segura—el joven doctor le tendió la mano y ella se la estrechó con cortesía, después ambos salieron de la consulta, en donde Alina estaba esperando para llevarlos a casa.

Después de que su amiga le contara las buenas noticias acerca de su hermano se puso muy contenta.

—Creo que esto merece ser celebrado, iremos a comer a McHalley´s—propuso la muchacha.

—No es buena idea, es mejor que vayamos a casa directamente.

—Es una gran idea, llevas o mejor dicho llevamos encerrados un montón de días y es bueno que nos dé un poco el aire para despejarnos. También pienso que deberías hablar con una personita a la que estoy llamando, toma—le dio su teléfono y la voz de Bradley  apareció.

—Hola Bradley, me agrada mucho escuchar tu voz. ¿Qué tal estás?

—Bien, estudiando mucho. Alma me dijo que hoy tenías que ir al hospital ¿Cómo te ha ido?

Yahir le contó todo el proceso a su vástago, estaba muy emocionado por saber que Bradley se preocupaba por él aunque fuera un poco…la coraza de su corazón se resquebrajó un poquito más. Siguieron hablando de los estudios de Bradley y qué tal le iba por Argentina, después de más de veinte minutos se despidieron. Mientras tanto, Alma y Alina hablaban cerca de él.

—No sé porque me da que mi hermano está cambiando, no sé si es por el accidente o porque al fin alguien se preocupa por él, sin duda nunca ha tenido quién se ocupara de él, ni siquiera Corinna lo hacía, te debemos muchísimo.

—Está cambiando y ya está, la razón no soy yo, son las circunstancias, Bradley está más receptivo seguramente sea por eso—desvió la cabeza hacia él un momento, y se rascó detrás de la oreja.

—Bradley habló conmigo el día que fue a ver a Yahir, me contó la pequeña conversación que tuvisteis, no te quites mérito.

—No soy una santa que hace milagros, yo sólo intento ayudar en lo que puedo, mi padre así me lo inculcó y quiero que esté orgulloso de mí—siempre que hablaba de Tomás le brillaban los ojos.

—Alma quiero preguntarte algo, pero no quiero que te enfades conmigo—su amiga asintió y la instó a seguir hablando—¿No tienes curiosidad por conocer a tu madre?




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