FUEGO CRUZADO

POV/ NARRADOR

El plan era sencillo. Atraer a Barry al astillero abandonado con una trampa usando el dinero que él creía que Rafe aún tenía. Pope hackeó el viejo teléfono de Rafe para enviar los mensajes falsos, mientras JJ y Kiara escondían cámaras alrededor del lugar. Todo estaba listo.

Rafe solo tenía que llevar el maletín y actuar como si aún fuera el mismo de antes.

—¿Seguro que puedes hacer esto? —le preguntó Sarah, justo antes de que se bajara del jeep.

—No —respondió Rafe—. Pero lo voy a hacer igual.

Él caminó solo hacia el lugar, el cielo cubierto de nubes, como si incluso el clima supiera lo que se venía. En el interior, Barry ya lo esperaba, sonriendo con esa maldita arrogancia.

—Mira nada más. Rafe Cameron. Volviendo a donde pertenece… de rodillas.

—¿Quieres el dinero o no? —dijo Rafe, tirando el maletín en el suelo.

Barry no se agachó.
—Lo quiero todo, Rafe. El dinero, tu reputación… y a Helena. Quiero que sepas lo que es perder algo de verdad.

Y entonces, del rincón más oscuro del astillero, Helena apareció. Atada. Con una cinta en la boca. El corazón de Rafe se paralizó.

—¡No! ¡Ella no tenía nada que ver!

Barry rió.
—Ahora sí. Ahora Helena es tu punto débil.

Rafe dio un paso adelante, pero Barry sacó el arma.
—Ni un movimiento.

Lo que Barry no sabía es que Kiara ya había mandado el video en vivo a la policía local… y JJ estaba en el tejado.

Un solo disparo rompió el silencio. JJ disparó primero, dándole a Barry en el hombro. Rafe aprovechó el momento y se lanzó sobre él. El arma cayó. Los dos forcejearon, mientras ella gritaba por detrás.

Fue Pope quien entró corriendo y cortó las cuerdas. Helena se liberó, corrió hacia Rafe, y justo cuando Barry intentaba levantarse… Kiara lo apuntó con otra arma.

—Se acabó —dijo—. No te atrevas a moverte.

La policía llegó minutos después.

Barry fue arrestado.

Y Rafe, por primera vez, no huyó. No escapó. Se quedó ahí, con Helena, abrazándola como si su vida dependiera de ello. Porque lo hacía.

—¿Estás bien? —preguntó, con la voz quebrada.

—No. Pero estoy contigo —respondió—. Y eso es lo único que importa ahora.

Sarah miraba desde lejos. Y aunque aún no perdonaba a su hermano… por primera vez, vio algo distinto en sus ojos.

Humanidad.

05 CHAPTER