Mi Secreto (actualizando)

Capítulo 9

 

Kate

Esta es la peor semana que he tenido, mi vida ha cambiado drásticamente, está llena de problemas, peleas, discusiones. Estoy más preocupada que nunca. Se suponía que vine a este lugar a divertirme, a pasarla bien si necesidad de embriagarme.

Empecé mal, porque beber fue lo primero que hice, ni siquiera llame a mi padre y le avise que no llegaría hasta hoy, y está totalmente furioso, pero aun así me dijo que podría quedarme unos días con la condición de que me portara bien.

Y es lo menos que he hecho.

Acostarme con Lucas me trajo problemas. No sé en qué mierda estaba pensado cunado lo hice, el alcohol me arma de valor y eso no me gusta, no suelo ser valiente, en realidad odio las contiendas. No suelo defenderme, no sé qué decir o que hacer en esos casos.

Más cuando sé que me lo merezco totalmente.

Discutir con Nicolás no me hizo bien, mi ánimo es una mierda y no tengo ganas e hacer nada, la única razón por la que vine a la cena fue por Lucas, necesitaba aclarar las cosas con él.

Dejando mis problemas de lado.

Desde que acompañe a Mich al baño me esmere por notar su comportamiento y tratar de descifrar que le sucedía. Cuando está cerca de Aiden se nota tensa y con nerviosismo, pero desde que subimos al coche su humor dio un cambio raro.

Se nota más ¿Relajada?

Estaba lavando sus manos y cara en el lavado del baño, algunas chicas entraban y salían sin ninguna prisa, cuando por fin nos quedamos sola me decidí a enfrentarla.

La observe a través del espejo —¿Que te sucede? —me miro con cierta incredulidad. Alzo una ceja.

—¿A mí? —se señaló.

Asentí levemente luego entrecerré los ojos u poco —Te noto... extraña.

Bufo —Tonterías —avanzo hacia la salida, la seguí.

Preferí no seguir preguntado Michelle es muy reservada con sus cosas, a pesar de ser mejores amigas hay muchas cosas de ella que no sé, o tal vez sí, pero me entere por mí misma no porque ella haya decidido contármelo, y eso está bien.

Quizás en otro momento hubiera insistido en que me contase, pero hoy no tengo cabeza para tratar de averiguar lo que le sucede.

El pasillo se me hizo eterno cuando Nicolás y su sonrisa arrogante apareció en mi cabeza apoderándose de mis pensamientos. Aun no lo supero, eso está claro.

Todavía recuerdo todo lo que vivimos hace algunos años.

Acababa de llegar a la casa de Michelle, es una chica que conocí hace algunos días en la escuela, no es muy simpática que digamos, pero no puedo escoger con quien juntarme o no para hacer mis tareas.

Su hogar es acogedor, el aroma a café y pastelillos recién hechos es lo primero que te recibe al entrar. El señor Fay estaba leyendo el periódico, la tv estaba encendida frente a él con el noticiero puesto. La señora Fay estaba en la cocina, desde aquí puede escuchar su canturreo.

No sabía si avanzar o quedarme hay plantada en la puerta.

—Vamos a mi habitación —hablo Michelle desde las escaleras, al observe. Desde la primera vez que la vi en la institución supe que era una chica rara, su comportamiento era distante, no solía socializar o unirse a las actividades recreativas, siempre solía llegar temprano y sentarse en el último lugar como si se estuviera escondiendo.

Volví a la realidad cuando dio dos golpecitos en mi cintura por detrás, me giré con rapidez, entonces lo vi.

Desde entonces me perdí.

En sus ojos cafés.

En su sonrisa perversa y divertida.

En su característico mechón rubio que suele llevar por algún motivo.

En el lunar debajo de su boca.

Él fue mi perdición, desde ese momento.

Automáticamente me detuve cunado el sonido de los tacones que trae Mich dejaron de provocar golpes secos contra el suelo, me voltee, la encontré absorta en sus pensamientos observando algo detrás de mí, sin pensar lleve mi vista a ese punto.

Aiden y Isabela estaba en la puerta de entrada, en una situación muy... comprometedora. Aiden estaba muy cerca de la chica frente a él, se aproximó a su oído y dijo algo que no logre oír, luego de eso siguió caminando hasta salir.

No fue mucho lo que aprecie para darme cuenta de que lo que sucedía entre ellos en ese instante era algo especial por así decirlo. La sonrisa de Isabela fue la mayor prueba de ello.

Regresé mi vista a mi amiga, la vi tragar grueso para seguir caminando como si nada ¿Que le sucede? La Michelle que conozco estaría gritando y volviéndose loca en este momento por esa escena.

Ni siquiera tuve tiempo de alcanzarla porque me paralicé cuando vi a Nicolás salir por el mismo lugar que lo hizo su amigo.

Isabela

Lo vi llegar a su auto junto a Nicolás y apoyar su cuerpo en él, saco un cigarro, lo encendió para luego llevarse a la boca dándole una calada, me observo mientras soltada el humo, pude ver una pequeña sonrisa traviesa formarse en sus labios ¿Acaso esta...? Así como apareció se borró al ver algo detrás de mí, o a alguien.

—Michelle —dije al notar su presencia.

Asintió en forma de respuesta saliendo ella también ¿Que les dio a todos por irse? Ni siquiera hemos terminado de cenar. La seguí al igual que su amiga.

Llego hasta los chicos.

Aiden la observo, fijamente, sin perderla de vista, calculando cada uno de sus pasos, a la espera de su atención, su mirada era tan presentante que hasta yo la sentí, esperé que al menos hubiera un choque, pero no hubo nada.

Indiferencia fue lo único que recibió, y eso le dio justo en el orgullo, lo confirmé cuando lo vi tensarse y apretar la mandíbula con fuerza que disimulo sin éxito. Está acostumbrado a su atención y el no tenerla le esta carcomiendo el cerebro. Lo sé.

—Nicolás quiero volver a casa —hablo sin más.

Este solo se dispuso a ignorarla, al estar comiéndose a la rubia con los ojos fue la única respuesta que su hermana recibió de parte de él. Soltó un bufido.



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En el texto hay: secreto, romance, amor

Editado: 09.08.2022

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