Para la mala suerte de Jungkook, los días fueron pasando y no pudo obtener mayor atención por parte de Taehyung, y no es porque no lo intentará, es sólo que el castaño encontraba mil para evadirlo y Jungkook ya no sabía cómo acercarse sin hacer un escándalo.
Hacia el final de su primera semana se vio en apuros para elegir las dos clases extraescolares a las que se suponía debía ingresar, Jimin lo acosaba para que se uniera junto a él y Hoseok en el taller de baile, pero Jungkook había dejado hace mucho esa actividad... es para maricas, le dijeron una vez, y Jungkook prefería no recordar esos tiempos.
Así que siguiendo con las actividades que llevaba en su antiguo instituto, se unió al grupo de fotografía, y al equipo de básquet.
Fue el día viernes cuando tuvo la primera reunión con el equipo, y tal como supuso, estaba conformado por chicos similares a los de su antiguo equipo, despreocupados, algunos medio brutos, y de manejo fácil, Jungkook se sentía cómodo en ese ambiente, sabía cómo comportarse con ellos, y no tenía que preocuparse por ocultar sus emociones, ya que ellos no estaban realmente interesados en él, a diferencia de Suga y su grupo, que parecía que intentaban leer su alma.
Aquel día se reunieron en una pequeña sala que estaba junto a los camerinos, y es que debían reorganizar todo para dar cabida a los integrantes nuevos, y Jungkook se sorprendió al encontrarse allí con una cara conocida.
—¿Te conozco verdad? Solías vivir en Busan —preguntó un chico.
—sí… eres el primo de Jung Su ¿o me equivoco? —dijo Jungkook intentando recordar.
—¡Sí! Soy Jackson, mi primo me contó lo tuyo, ¡eres una leyenda en Busan!
—Ese idiota siempre exagerando... —masculló Jungkook, al notar que todo el equipo les rodeaba y estaba atento a la conversación.
—Estás en esta escuela, tuviste que dejar Busan, así que no creo que exagere, a ti te expulsaron —sentenció Jackson, casi con admiración.
—Es una larga historia, solo diré que mis padres me arrastraron a esta ciudad, y si no venía lo siguiente era una escuela militarizada —respondió haciendo que varios chicos lo miren con interés.
Jungkook sabía que estaba exagerado, sus padres nunca harían algo así, lo último en lo que pensarían seria en separarse de él, pero al estar rodeado de aquellos chicos, y ver que tenían toda su atención puesta en él, hizo que las palabras comenzaran a salir prácticamente por sí solas, esto era lo que Jungkook mejor sabía hacer, y con el correr de los minutos, y las historias que Jackson fue sacando a flote, una sensación de seguridad se fue extendiendo por todo su cuerpo, por primera vez desde que llego a esa maldita ciudad.
—¿Y lo de la maestra? Jung Su me contó que te la follaste y los descubrieron, así que ella tuvo que marcharse de la escuela —dijo Jackson, haciendo que todos esperaran aun con más atención su respuesta.
—Parece que tu primo solo sabe hablar de mí, tendré que hablar muy seriamente con ese idiota —exclamó Jungkook, aunque lejos de mostrarse molesto, acompañó esas palabras con una sonrisa, haciendo que varios chicos chocaran sus puños en señal de aprobación.
—Eras como su mejor amigo, o algo así, solo sé que admira todo lo que haces… ¡morirá cuando sepa que estamos juntos en el equipo! —gritó Jackson.
—Y dime, la maestra estaba buena…. —interrumpió otro chico, haciendo algunos gestos obscenos, atrayendo nuevamente la atención a ese tema.
Y la verdad es que Jungkook nunca tuvo nada intimo con esa profesora, es más, ni siquiera era profesora como tal, era una chica que ingresó a su instituto para hacer unas prácticas, estaba aún en la universidad, y congenió muy bien con él… tanto que varias veces se le insinuó, llegando una vez a arrastrarlo a un salón vacío cuando se suponía que todas las clases habían terminado, pero para su mala suerte, algunos de sus amigos vieron todo, y les tomaron fotografías ingresando allí, lo que se convirtió en un escándalo de proporciones, la chica fue apartada de la escuela, y reprobó el semestre, por lo que tuvo que iniciarlo en otro sitio.
Jungkook sabía que hacía mal… sabía que era un error jactarse de algo que en realidad no había sucedido, pero la sensación de ser admirado nuevamente le nubló la razón por un momento, y les brindó a aquellos chicos todo lo que estaban esperando. Le gustaba tener el control sobre su vida, y esta era la única manera que conocía para conseguirlo, era algo simple, esos chicos realmente no se preocupaban por él, y él mucho menos por ellos, así que funcionaba todo fácilmente. Y estaba en medio de esa burbuja de idiotez y falsa bravuconería, cuando comprendió que él solito se estaba hundiendo cada vez más en la mierda…