Escucho la puerta abrirse con fuerza y luego es tirada de nuevo. Me digo a mi misma que esto no puedo estar pasando. Luego siento unas patas encima de mi pecho. Siiii es mi perro Picasso lamiendome la cara e intenta morderme la nariz, traumante pero cierto.
Me levanto lentamente de mi cama y me dispongo a arreglarla, pero como adormitada soy un completo desastre choco con mi mochila grande pero ya es tarde son las 6:30 y si quiero disfrutar de la playa cuando esta sola debo irme ya así que me lavo la cara y los dientes, me pongo unos pantalones para correr mi top y por mis inseguridades personales encima de este me coloco una camisa.
Mi perro siente que saldremos al ver que le quiero poner la correa y empieza hacer un gran drama nivel Dios. Mi mamá aparece en la cocina y con cara burlona me dice:
-Buenos días.
-Hola mamá, saldré a correr y esteeee ya me voy.
-Llevas celular, llaves, agua y...
La interrumpo antes de que termine
-Si mamá, estoy lista, estaré bien. Solo no te preocupes a la esquina y ya estaré hiperventilando y volveré a comer más de lo que sude.
-¡¡Jajajajaj!!... Te espero aunque sea corre 30 minutos.
-No sabia que estaba tan mal de mi peso.
-No lo digo para que seas saludable y tengas resistencia. Además, Picasso no querrá regresar rápido.
-Eso no lo dudo- Le doy un abrazo y me despido.
Se podría decir que lo más difícil es salir de casa pero realmente no, sobre todo si tenemos en cuenta que siempre fui la peor del colegio en deportes. Picasso va caminando a mi lado, así que todo está genial.
Después de un rato llegamos a la playa y comienzo a correr y tal como me lo esperaba esta sola. Me siento libre y corro muy cerca de las olas que llegan a la orilla mientras el sol me de frente en la cara y siento como mis zapatos levantan la arena. La verdad no he sentido el tiempo pero ya llevo 20 minutos corriendo y me estoy ahogando, Picasso esta cansando también lo puedo ver mientras me arrodillo cansada y el se acerca a mi.
Buscamos un lugar para sentarnos donde no de tanto el sol, ya lo vemos y me siento, hago mi cabeza hacia atrás y al sentir una brisa por naturaleza cierro mis ojos y me suelto el cabello. Pero de repente Picasso tira de la correa soltandose de mi mano y empieza a correr, lo empiezo ha seguir de golpe.
Este perro es un traidor, si no llegamos enteros a casa nos mataran.
Detrás de mi escucho que alguien grita:
-¡Cuidado!
Me giro sobre mi propio eje de golpe. Veo a un chico en una motocicleta con una cámara de cuero en cabello rubio, blanco y ojos azules, evidentemente este chico no es originario de aqui. Él siente que lo observo y me pregunta:
-¿Estas bien?
-Noooo, mi perro salio corriendo y lo perdí, solo vi que subió esas gradas y ya no lo vi.
Puedo jurar que no me importa hablar con desconocidos y menos que se escuche mi preocupación.
Él me regala una sonrisa amable y me dice:
-Tranquila, la casa que esta arriba en esas gradas es de mis padres, podemos ir a buscar a tu perro.
-Ummm es que...
Tengo miedo no quiero ir con el allí. Jamás he estado allí.
-Este podría subir pero no creo que tu perro obedezca a un desconocido.
-Esta bien, subiré contigo.
Empezamos a caminar, al llegar las gradas retrocedo para que el pase primero el me mira y se rie pero pasa delante de mi, subimos las gradas y escucho unos ladridos y yo esos los conozco, corro miro a Picasso quien se lanza a mi.
Escucho que el chico de ojos azules se dirige a alguien más y le dice:
-Por dios y ahora que te dedicas a robar perros.
Tienes suerte que yo haya encontrado a la chica y no papá.
Levanto mi mirada y veo a una chica es muy bonita. Es rubia, blanca, alta y ojos azules. Es evidente que esta chica es familiar del chico, ambos gozan de un físico espectacular y yo me siento tal agitada y fea alrededor de ellos.
La chica me devuelve a la realidad y me mira con cara de perrito regañado:
-Lo siento muchísimo, amo los perros y mi padre no nos deja tener uno y pensé que si decía que uno me estaba siguiendo y no tenia hogar me dejaría quedármelo.
La miro intentando entender todo lo que me ha dicho. Agarro aire porque sigo hiperventilando.
-No hay problema, entiendo, solo que te tocara intentarlo con otro perrito porque este para mi es casi mi todo.
-Entiendo no hay problema. Podemos empezar de nuevo mi nombre es Allison.
-El mio es Roma. Mucho gusto.
El chico ojos azules se mete en la conversación y dice:
-Mi nombre es Mark y disculpa lo sucedido es que mi padre es muy estricto y mi hermana muy terca.
-No hay problema.
Nos miramos los tres y antes de que esto se vuelva incómodo decido romper el silencio.
-Bueno yo tengo que volver a cada y debo llevar a mi perro. Fue un gusto conocerlos a ambos.
En eso la puerta se habré de golpe y un chico ojos cafés, blanco, un poco alto, cabello castaño claro con algunos mechones rubios, nos mira y pregunta:
-¿Qué sucede aquí?
Mark le contesta:
-Allison robo un perro y la dueña está aquí. La encontré preocupada buscando a su perro.
-Por dios Allison.
Nadie dice nada y el silencio vuelve, yo solo miro a Piccaso porque no quiero tener contacto visual con ninguno de ellos. Pero esto cada vez se vuelve más incómodo y el ambiente se vuele pesado, así que agarro una bocanada de aire y hablo:
-Bueno yo ya me tengo que ir.
El ojiazul Mark me mira y me dice:
-Yo te llevo lo menos que puedo hacer por lo que paso es ayudarte y llevarte a casa.
-No gracias realmente ha hicieron mucho por mi y además Picasso debe de caminar y yo también necesito hacer ejercicio.
-Bueno no te obligare.
-Cuídate Roma, tal vez nos volvemos a ver, estaremos por aquí unos días.
-Gracias Igual adiós.
Empiezo a caminar y luego a trotar con Picasso y cuando ya estamos bastante lejos me detengo de golpe al encontrarme frente al chico ojos cafés, de enfrente si es más alto que yo, más de lo que pensé. El se asusta también pero ninguno de los dos se mueven pero el rompe el silencio