Capítulo 5

2011, Un mes antes de terminar el instituto.

Como siempre he dicho “mi año no puede ser perfecto”. Al parecer la presión por terminar el instituto y entrar a la universidad no eran suficientes así que las malas noticias y los problemas me llegaron como una bofetada en la cara.

En primer lugar estaba la loca de mi suegra que no sabía que era mi suegra, pero al parecer se enteró.

Supe que algo iba mal cuando iba llegando a mi casa y noté que un auto muy lujoso estaba justo en la entrada. Pensé en seguir de largo como si no supiera que ese auto estaba ahí por mí, sin embargo, cuando intenté poner en marcha mi plan la loca madre de Kyle se bajó del auto para ponerse justo frente a mí.

_ Buenas tardes señora -al menos intenté ser educada-

_No tengo tiempo para tus falsos modales vine por algo muy simple y es que te alejes de mi hijo. Pensé que hace un tiempo había sido muy clara al decirte que no te quería con él, pero al parecer eres más tonta de lo que pensaba. –Por supuesto, demostrando cada segundo cuánto le agrado, pensé irónica-

_Señora, no le tengo miedo. Amo a Kyle así que no pienso alejarme de él. –intenté sonar segura-

_No quería recurrir a esto, pero si no lo haces te aseguro que en menos de cinco segundo tu madre estará de patitas en la calle.

_Mi madre es lo suficientemente buena en su trabajo como para encontrar cualquier otro lugar.

_No me subestimes niñita –elevó un poco la voz- Tengo contactos en toda esta ciudad, no solo tu madre será despedida al igual que tu padre sino que me aseguraré de que no encuentren trabajo en ningún otro lugar.

_ ¡No puede hacernos esto! ¿Por qué se rehúsa a que su hijo sea feliz? –Estaba a punto de ponerme a llorar, no podía creer que una madre hiciera cualquier cosa por ver infeliz a su hijo-

_Le estoy haciendo un favor a mi hijo, escuché perfectamente como le decía a Ava que solo estaba contigo porque le ayudabas a subir sus notas y a veces le ahorrabas el trabajo de cuidar a Lily. Debo admitir que estoy orgullosa de que quiera subir sus notas, pero no estoy dispuesta a esperar y ver cómo se enamora de ti y tira su futuro a la basura, debe tomar el puesto de su padre y no puede perder el tiempo contigo.

_Le aseguro que no me volverá a ver nunca más cerca de su estúpido hijo ahora le pido de la forma más educada que se retire y me deje en paz. –No podía seguir con esta humillación-

_ Está bien, una última cosa… ¿Es cierto que estás embarazada de mi hijo? –Quedé en shock, era imposible que ella supiera algo así-

_No –Pero mi voz no se escuchó lo suficientemente firme-

_No me mientas –Sacó un sobre blanco de su cartera y me lo entregó- En este sobre hay lo suficiente como para que te deshagas del problema y desaparezcas de nuestras vidas. Tengo entendido que ya terminaron todo en el instituto, como no es necesario que asistas a la graduación te aconsejo que te vayas de inmediato.

_Entendido –No tenía sentido discutir, podía ser orgullosa y tirarle su dinero, pero era lo mínimo que podía recibir si su maldito hijo había jugado conmigo y además nisiquiera iba a saber de mi “problema”-

Una vez que esa arpía se fue me permití soltar todas las lágrimas que se estaban acumulando en mis ojos. Entré rápidamente a mi casa para encontrarme solo con mi madre doblando un poco de ropa sentada en el sillón. No dudé en lanzarme a sus brazos y comenzar a llorar.

Creo que estuve alrededor de quince minutos llorando sin poder hablar, todo esto era demasiado difícil. Por una parte sentía que había decepcionado a toda mi familia. Fui aceptada en la universidad de mis sueños con una beca completa, no obstante, me encontraba a punto de perder todo por lo que tanto había luchado ya que estaba embarazada. Embarazada y sola a los diecisiete años.

_ ¿Qué pasa mi niña? –Al fin preguntó mi madre-

_ Terminé el instituto con el mejor promedio de toda la generación y hoy recibí la carta de Harvard, me aceptaron y tengo una beca completa.

_ ¿Entonces por qué lloras hija? Esa es la mejor noticia que podías recibir. Es por todo lo que has luchado desde pequeña.

_Estoy embarazada. –No tenía caso aplazar el tema porque de una u otra forma mi madre se iba a enterar-

Todo quedó en silencio y solo contaba los segundos para que mamá comenzara a gritar, a decir lo defraudada que está de mí, que no soy su hija y que tengo menos de cinco minutos para recoger mis cosas y largarme de una vez. Para mi sorpresa, ninguna de esas frases salió de la boca de mi madre.