Mi Vida (saga 1 Demonios)

Capítulo XXIII: Obediencia

 

Selene

- ¿Qué significa eso? - pregunto una vez Vladimir se ha molestado en explicarme la situación. 

Buscaba por todos los medios comprender la situación, pero aparente debía quedarme allí en su hogar por tiempo indefinido, eso empleaba el no visitar a mis padres y seguir con la perorata mentira de que aún me encontraba en Cotswold, en su totalidad las cosas aquí debían ser exactamente igual a como eran en Jackson Hole, con la diferencia de que esto no se trataba de un juego, había personas buscándonos a ambos. 

- Este lugar es seguro por los momentos, no van a encontrarnos, pero eso no significan que puedan venir hasta acá, mi hogar no es completamente inexistentes para algunos - bufo mirando mis dedos.

- De acuerdo - digo sin más - pero lo haré si me prometes que mis padres estarán seguros.

Sus ojos me detallan y sé que dicha promesa implica muchas cosas. Pero no puedo acceder a otros rumbos sin tener la certeza del bienestar sobre mis padres.

- Serán cuidados - agrega afirmando. 

Trato de sentirme complaciente con esa respuesta, aún cuando la inquietud me aclama... el no verlos va a ser díficil y no sé cuanto deba tomarme esto. O tomarnos a los dos buscar una solución.

- No te sentirás tan sola con Clara a tu lado. 

- ¿Ella sabe de mí? - pregunto.

- Ella sabe lo suficiente - suspiro aceptándolo -. Pero es esencial que ella este contigo en todo momento. 

- Espera - lo interrumpo - ¿Eso quiere decir que te irás?

- Necesito investigar algunas cosas - frunzo la boca no agradable con esa respuesta - pero solo será por unos minutos dependiendo, no me iré por completo. Nos buscan a los dos ¿lo recuerdas?

- Lo sé - me coloco de pies para intentar asomarme sobre dicha ventana con la esperanza de ver un poco el entorno y tratar de distraerme para no pensar mucho en lo que ocurre -. Pero aclaro que me metiste en este embrollo por huir. 

Lo veo sonreír a medias con burla.

- Que yo sepa no fui el que se interpuso en el camino chocando con mi auto - lo miro mal. 

- Fue un accidente - me quejo. 

- Como quieras. 

- No debí salir de casa para ser exactos - murmuro soltando una exhalación larga.

- Tal vez - y tras decir eso vuelve a irse.

Muy poco conversamos, siento que lo que Clara augura de que él no es muy propenso a las charlas tiende a ser cierto, debo agradecer que ella se encuentre o de lo contrario, me aburriría si tengo que tener al anfitrión para que entretenga mi estadía, en Jackson Hole no era una muy eficiente salvo para sacarme de mis casillas.

- ¡Selene! - me exalto de inmediato al instante en que Clara se ha aparecido chillando de alegría - Oh perdón ¿te he asustado?

- No te preocupes - la veo caminar serena hasta donde encuentro. 

- Vladimir me dijo que podía mostrarte el lugar, así que vamos - indica uniendo su brazo con el mío para arrastrarme por esos pasillos. 

Exhalo por la nariz, considero que merodear puede no resultar al gusto conveniente de Vladimir, aunque tampoco nos advirtió de hacer tal cosa. El único propósito de Clara ha sido entretenerme, ha sido darme una compañía, una amiga y por ese lado debo tenerle cierto agradecimiento a Beltrame, después de todo lo que hemos pasado o lo poco agradable de como nos hemos llevado ha tomado cierta consideración de buscarme a alguien que me distraiga. Clara resulto ser una persona muy amigable, parlanchina, fuera de aquella personalidad tosca y evasiva de Vladimir o incluso su hermano, a quien al caso no lo he llegado a ver más desde que se presentó aquel primer día.

He querido investigar con Clara un indicio de la vida de Vladimir, pero en lo único que he llegado a encontrar son quejas hacia su comportamiento y ante eso no tengo una duda posible de lo que pueda llegar a ser. Clara me señala unas muestras de algunas obras de arte, estatuas en reliquias, incluso algunas habitaciones que en su efecto se encuentran vacias en el sentido de que no hay nadie quien pueda habitarlas. Salvo el polvo y las sábanas blancas que cubren el resto de la casa.

- Lastima que no puedo mostrarte el clan, de seguro te gustaría - dice abriendo un huevo faberge que muestra una carroza cuando se revela. 

- ¿Clan? - la miro. 

- Mi clan, el que lidera mi hermano - explica. 

- ¿Son muchos? - la veo cerrar el huevo y dejarlo en su sitio. Me empleo acariciar el relieve y sus detalles en oro. 

- Son mil vampiros por cada clan - hago una mueca de sorpresa. 

- Y en el palacio del rey ¿Cuántos habitan? - pregunto curiosa.

- Oh, bueno, el castillo es mucho más grande - se ríe - pero habitan pocos las verdad, son como doscientas personas para la seguridad del rey, agregando al consejo. 

- Comprendo - susurro viendo algunas otras obras de pintura. 

- Vladimir me comento que te pareces a la difunta esposa del rey - la miro. 

- Si - me sincero. 

- Ya veo porque te esconde - me sonríe. 



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En el texto hay: asesinatos, vampiros, amor

Editado: 21.11.2022

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