Mi Vida (saga 1 Demonios)

Capítulo XXVI: Lucha de sentimientos

 

Selene

Siento una leve caricia que me sobresalta y regresa al presente de forma abrupta, el lugar a mí alrededor se encuentra oscuro, pero basta mi temor para chocar contra algo o más bien alguien en mi intento desesperado por encontrar respuestas y claridad.

- Tranquila – alguien indica deslizando sus dedos por las hebras de mi cabello para intentar calmarme.

Alzo la mirada para encontrarme con aquellos grises ojos que resplandecen con la apagada luz que la poca luna nos ofrece. Mi cuerpo notablemente tiembla ante su cercanía y de forma salvaje me alejo sintiendo un extraño revuelco del estómago que no comprendo cómo explicar.

Quisiera poder entender que ha debido de suceder, lo último que recuerdo es ver a Vladimir tratando de leerme las demás cartas, pero mi mente exhausta se dejó llevar mirando el techo con las diversas preguntas de lo que había descubierto de Cataleya y Leya. Tal vez debí haberme quedado dormida para suponer y el hombre a mi lado debió traerme en brazos a la habitación.

- Te has quedado dormida – explica – y considero que deberías intentar descansar.

- Incluso descansar me agota fácilmente… pero intentaré – le hago saber temerosa.

- De acuerdo – se coloca de pies – si tienes alguna pesadilla debes avisarme para batallar con ella.

Quiero reírme de lo que ha indicado, pero una fuerte migraña me ataca sin pensarlo llevándome a una situación que me hace jadear en desespero.

<<Vamos Selene, necesitas intentar dormir  - niego cuantas veces sobresaltándome en mi propio sitio para lanzarme al otro extremo de la cama.

- No quiero Amelie. Déjame jugar otro rato más.

- Él te va a castigar sino haces caso – hago pucheros cruzándome de brazos detallando la mota rubia de la mujer que al frente pelea conmigo desesperada – si te da miedo puedo quedarme contigo toda la noche.

- ¡No! – digo corriendo por toda la habitación.

- Si tiene la niña alguna pesadilla, debes avisarme para batallar con ella – una gruesa y gutural voz demandante se escucha dejándome helada con Amelie atraparme entre risas>>

Me llevo las manos a la cabeza chillando del dolor.

- Selene – Vladimir corre para sujetarme a tiempo cuando intentaba en la desesperación salir de la cama en mi plan fallido de tropezarme con ella.

Sus brazos me envolvieron sobre el suelo, pero me sujete con fuerza de su camisa en el esfuerzo de que la migraña desapareciera, sin cuenta alguna hundí la cabeza sobre su pecho. De inmediato un aroma a madera y limón inundo mis fosas provocando que aquel cítrico tratase de nublar cierto dolor desechándolo a un lado.

- Ha sido… ha sido .... Creo que recordé algo perdido– mi cuerpo tembló.

- ¿Un recuerdo? – frunció el ceño – no te enfrasques en eso, vamos. Puede lastimarte.

No dije nada, pero tampoco hice algo para alejar a Vladimir de mí y mucho menos él cometió algo para hacerlo. Me quede allí esperando que mi cuerpo recobrara su control con el sujetándome en todo momento sin tener la más mínima idea de querer alejarse.

Ahora había supuesto que podía recobrar ciertos sucesos pasados, hasta las fechas nunca había creído que tuviera varios recuerdos con Amelie y que en ellos supone una desconocida voz.

¿Quién habrá sido aquel hombre?

Definitivamente debería hablar con mis padres bajo la potestad de arreglar todo y en el suceso descubrir eso que acaba de ocurrir en mí.

¿Pero porque ahora recordaba eso? tal vez se debió a que Vladimir indicó algo que me sumergió a sacar dichas escenas a la luz.

- ¿Estas mejor ahora? – Vladimir susurra y brinco sobre sus brazos habiendo olvidado que me encontraba en ellos.

- Si… creo – me alejo de él – fue algo… algo extraño.

- ¿Qué sucedió? ¿deseas contarme? Estoy tratando de no leerte, sé que te incómoda – coloca un mechón de cabello detrás de mí oreja, su leve toque hace que mi piel se estremezca.

- Fue… con Amelie, no digas nada, sé que la conociste – intento explicar – estaba junto a ella pero creo que era una niña, no quería dormir y luego se apareció alguien… esa voz.

- ¿Voz? – afirmo.

- Si, había una voz, creo que de hombre. Pero no estaba segura si se traba de mi padre – lo detallo.

Él no dice nada, solo se queda expectante observándome.

- Creo que es hora de que hable con mis padres ¿no es así?

- Tal vez sea necesario – me asegura colocándose de pies- pero primero debemos encontrar una manera de como hablar con ellos. Ezio me ha dicho que están muy atentos, si Ryan no se contacta o mucho menos Ricardo, es porque tienen la soga sobre el cuello. 

-. Espera ¿A dónde vas?

Gira su cabeza para buscar mis ojos.

- No creo poder dormir ahora ¿puedes… puedes quedarte? – pregunto temerosa.

- ¿Quedarme? – bato la cabeza.



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En el texto hay: asesinatos, vampiros, amor

Editado: 21.11.2022

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