Mi Vida (saga 1 Demonios)

Capítulo VI: Recuerdos no gratos

 

Selene

El clima era tórrido, sin viento y con ramas secas dejando caer sus hojas, opinaba que muy pocas veces el clima se tornaba en este comportamiento tan extraño. En nuestro pueblo el frío y la neblina reinaba las calles. Escucho el sonido de una perilla moviéndose junto con el chillido de una puerta abriéndose para colar a mi padre que entra a la habitación y pasa a un lado extremo, observando con cierta precisión y un tanto de preocupación mi presencia.

En dicha entonces cuando supe toda la verdad fue difícil tomarlo, me tomó días afrontar que Celeste se encontraba viva, aún cuando mi reflejo no solo indicaba el caos que desataba. Mi abuela al principio imploro por mí, por mi futuro, por mi destino… pues comprendía que tanto había heredado el parecido con mi tía Celeste. Para no decir que éramos como dos gotas de agua, dada las circunstancias esas eran las razones por las que mis padres me ocultaban hasta de las sombras, con miedo a que el pasado se cruce en mi camino, un pasado que no me pertenece y uno que no estoy dispuesta a enfrentar porque no soy ella.

Y aun en la actualidad, eso sigue atormentándome, solo con el simple hecho de que Alexia a veces la entierra muy a fondo.

Mi padre trata de caminar sereno, fingiendo que nada pasa, pero ambos sabíamos que tan mal me encontraba, quizás mi madre le comentó sobre la pesadilla que había tenido dicha mañana. Busqué por todos los medios concentrarme en el instituto, incluso deje que Chiara y Katherine me ayudaran, pero ni mis amigas encontraron el éxito, fracasaron en vano y más sabiendo que no podía indicarles el porqué verdadero de mi desazón.  

- Estoy bien padre… ahora sí.

- No me agrada el simple hecho de que poseas la fotografía de ese hombre… te afecta más Selene - dice detallando el pequeño retrato de Vasile.

- ¿Pero aun así deseas mandarme a Polonia por mi propia protección sabiendo cuánto sus recuerdos me afectan?

Actualmente mis padres discutían sobre este tema… pensaban que las decisiones de Jodiel eran seguras.

¿Pero asegurarme qué?

¿La vida?

¿Qué más daba?

Era el vivo retrato de Celeste y posiblemente era la reencarnación de una mujer que vivió tres y casi agónicas vidas pasadas. Además mi familia tenía una tía que era hija de la oscuridad y que dormía profundamente en algún lugar de este mundo quien guardaba un secreto que le hizo peligrar la vida a todas mis generaciones y que gracias a eso Amelie intentó protegernos antes de que el rey la matará y mi padre usará las influencias de ese hombre, y las de Jodiel para protegernos.

"Si, nada podía empeorar".

Me dirijo a la cama y me envuelvo en una manta, pero al momento en que mi padre se escabulle por las sábanas para unírseme, me abraza por detrás acariciando mi cabello a la espera de que me calmase.

 - ¿Cómo puede estar viva? –. El me mira como si mi pregunta fuese absurda – lo sé, sé que dirás, pero pensé que el veneno de un alumbrado cesaba sus vidas.

- Ya lo sabes todo y aun así me sigues preguntando eso cada noche – sonrío -.Pues resultaría extraño que hiciese eso. Pero si ahondamos en el tema, pienso que está bien, el que ella este en un sueño profundo por mucho tiempo, así el tiempo busca aliviar y recomponer no solo los corazones sino los rencores.

-Nunca cremaron su cuerpo ¿Verdad?

-Él rey le hizo a ella una bonita tumba. Dónde está, no lo sabemos... De seguro ocultada en algún rincón de esté mundo.

Frunzo el ceño.

- ¿Por qué debo parecerme a ella? – me reprende con la mirada. Como si bastara mis pesadillas para tener que unirlas sobre el hecho de que era igual a Celeste.

- Una vez Amelie dijo – lo miro confusa, muy pocas veces recordaba los sucesos en mi niñez y era tan extraño porque sentía que algo faltaba. Una pieza en esos recuerdos, y cada vez que me esforzaba por cavar, caía en vano cuando lograba recuperar solo pasados tontos que sabía no eran necesarios y temiendo a eso, me daba solo a la idea de que era cierto, de que Amelie borro algunos de mis recuerdos por propia protección, y por quizás algo más grande que eso –. Ella me lo susurró con toda franqueza, que ustedes eran tan distintas. Se parecen, lo sé, pero en cierta parte yo siento que no.

Escenas bizarras se traducen: Ella cepillaba mi largo cabello y decía que a pesar de que nuestra melena era como las hojas del otoño con cierto tono rojizo y nuestros ojos azulados, los ideales que se iban formando se dirigían a caminos diferentes.

- No conocí a Celeste, pero lo que sí sé es que eres diferente a ella y única Selene, que nadie te diga lo contrario – asiento – y créeme linda. Ella deseo que nada de esto hubiera pasado.

Y nadie, me lo imagino, nadie desea esto y creo que si se lo imaginó, se lamentó como yo podría lamentarme después.

- Ahora hablemos de las pesadillas – suspiro negando – no me lo ocultes Selene, sabes que no es lo correcto.

- Detesto preocuparte – lo encaro.

- Pues lamentable, es el precio que decidí pagar cuando añore tener hijos. El preocuparse por ellos es parte de una de las reglas más esenciales.

- ¿Qué puedo indicar? Es lo mismo de siempre, vi a Alexia morir en los brazos de Vasile – bajo la mirada – y fue doloroso, fue como si en verdad yo fuera ella, como si mi vida no tiene un sentido más que encontrarlo. Se sintió tan real y tengo miedo padre – los ojos se me agrietan - ¿Qué ocurre si soy ella?

- Entonces eso significaría que crees en las reencarnaciones – ruedo los ojos.



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En el texto hay: asesinatos, vampiros, amor

Editado: 21.11.2022

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