Mi Vida (saga 1 Demonios)

Capítulo VIII: El viaje

 

Selene

Existían diversas reglas importantes cuando se era convertido, la libertad no siempre era lo primordial y cuando muchos aspiraban a la vida eterna debían entender que había diversas limitantes para reconsiderarlo.

1-. Las mujeres vampiros no siempre obtenían la misma libertad que los hombres. Solo se les era permitida ciertas cosas, no obtenían la libertad de cazar como lo hacían los de su sexo opuesto o incluso el Rey, se cazaba para ellas.

2-. Las mujeres no podían perseguir y matar humanos por sí sola, de hacerlo se les interpondrían un castigo.

3-. Cuando obtenían el cambio se les entrenaba solo para el control de la sangre, no eran entrenadas en batallas, no luchaban. La mayoría de las mujeres solo estaban para atender, reconsiderar ciertos puntos y crear los antídotos que se les era inyectados a todos para permanecer en el sol por el tiempo necesario. Antídoto que actuaba por tres meses, al expirar el tiempo su piel se consumía en lastimeros sin ello, era crucial el antídoto en esa entonces, pues muchos avanzaban en el día.

4-. Una mujer vampiro no era líder de un clan, no se consideraba para estar en el trono.

5-. Los hombres no podían enamorarse de humanas. De hacerlo traería un castigo si se convertía sin la supervisión del consejo.

6-. No se podían crear híbridos.

7-. No se podía ofrecer sangre de vampiros a humanos.

8-. Al ser convertido por ley, deberías poseer un clan, de no serlo, se le daría caza. Razón por la que aún existen disputas, pues existen rebeldes como Jodiel que no se acostumbran a ser mandados. 

9-. Al ser convertido debes entender que todos son tus hermanos, tu familia y por ley no debes asesinar a tu familia.

10. Las relaciones con humanos están permitidas, pero no se puede considerar como íntimos o familia, menos revelar los secretos. No hasta que se demuestre que son pareja.

Amelie una vez indicó que era divertido, muy pocas veces obtenías responsabilidades, pero que a veces se volvía como ser apuñalada con una espada. Espada que estoy muy segura el rey le apuñaló, pues antepuso las reglas primero antes del cariño mutuo que conservaban.

Después de la cena y las incógnitas, los día siguieron pasando, no volví a tener otro sueño que me relacionara con Alexia o Vasile, mis padres aún seguían insistiendo mi desaparición, y mis dudas y tantas preguntas se acumulaban conforme otra se creaba.

Mis estudios pronto llegarían a su fin y las vacaciones de navidad entrarían en sus facetas, razones por las que mis padres más ahondaban en el tema, deseaban que mi viaje fuera como unas vacaciones de invierno larga.

Bajo las escaleras con prisa, adentrándome con rapidez al despacho de mi padre para informarle con diversión algo, pero me detengo en seco cuando me encuentro la figura de Jodiel, espaldas a mí. No necesita voltearse para notar mi presencia, estoy muy segura que ya lo sabía mucho antes.

- ¿Dónde está mi padre?

- Ha salido – detallo el cabello azabache del susodicho, su figura alta y erguida, su rostro pulcro de una barba y su jovial eternidad que lo caracteriza.

- Bien – tomo medio giro para salir.

- Espere señorita Kerr – me detengo en seco detallándolo sin la mínima intención de prestarle atención a lo que sea desea indicarme.

Kerr, ese era mi apellido. Bueno, jamás teníamos por nombre Greco, según nuestra cronología ese apellido solo se dió una vez a una mujer que despojó a un Italiano. Tal vez por ella se conoce nuestro linaje. Algo que nos dejaba entrar a más confusiones de las normales. Celeste no fue Greco, Celeste fue Cambel.

- Le sugeriría que recapacite sobre el viaje, es de mera importancia que reconsidere ciertos aspectos.

- Ese asunto debe ser solo recapacitado por mí – me giro, pero cierra la puerta de inmediato posándose frente a ella, lo que hace que mi cuerpo se sobresalte por su rapidez.

- Usted solo es una mocosa que no entiende los peligros pasados ¿Cree que esto es como un paseo al parque? ¿Imagina siquiera los peligros que pueden repercutir si usted es descubierta? Se le da esta información porque han estado en la búsqueda de la llave que su tía ocultó hace años y para explicarle, es la única exactamente capaz de correr un peligro grave, no solo atenta a sus padres con su presencia, atenta a los demás que ni son allegados.

¿Llave? Sabía mi tía había ocultado algo, pero no sabía era una llave. Cada que le preguntaba a mis padres detalles, me evadían con otros temas. Lo cuál era irónico, porque auguraban debía saber ciertas cosas y me ocultaban las más importantes.

- Soy consciente de todo – le digo entre dientes.

- No lo aparenta, aparenta luchar algo que ni puede luchar y tampoco conoce… si quiere ver morir a toda su familia, puede quedarse. Si quiere salvar muchas cosas huya, razones por las cuales su abuela pudo seguir un linaje pacifico.

Chasqueo la lengua no dispuesta a tener que ser sermoneada por un vampiro que no lo considero mi familia.

- Si usted nos ayuda, podría ayudarla también… conozco a alguien que la puede ayudar con sus sueños. Un demonio puede seguir sus reencarnaciones, incluso la ayudará a saber si Vasile se encuentra en este mundo.

- ¿Y porque debería creerle? Estoy segura que mi padre no sabe nada de esto.

- Su padre no lo hubiera permitido, acercarse a demonios es peligroso. Pero es la única persona que le dirá quién es usted, incluso la puede ayudar a prevenir calamidades, se dicen son divinos del porvenir.



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En el texto hay: asesinatos, vampiros, amor

Editado: 21.11.2022

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